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¿Se pueden renovar los partidos? / A Estribor

¿Se pueden renovar los partidos? / A Estribor
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Juan Carlos Cal y Mayor

De los tres partidos que conformaron el Frente Amplio opositor el menos apaleado fue el PAN. Conserva a duras penas la identidad, pero no deja de representar el sentir, las ideas, los valores y los principios liberales demócrata-cristianos de una parte de la sociedad mexicana ya muy arraigados en parte de nuestra idiosincrasia y sobrevivirá gracias a ello. No hay otro partido que cubra y represente ese espectro del electorado.

EX PRD

Al PRD se le dio cabal sepultura, murió de inanición, devorado por sus hijastros. Es una pena que se clausure un espacio para una izquierda democrática dispuesta a alternar el poder y no soñando con la dictadura del proletariado que sólo se concibe desde un partido de estado como lo es ahora Morena y que lo asume sin empacho, por mandato del pueblo. Esa justificación sirvió de base al priato para “legitimar” el presidencialismo omnímodo que gobernó por varios sexenios encarnando los sentimientos de la nación.

CUANDO BAJA LA MAREA

Acosta Naranjo, que destacó en los debates en el INE, busca ahora junto al senador Carlos de Icaza capitalizar el movimiento de la marea rosa antes de que se apague. No les será fácil porque se manifestó de forma inédita y coyuntural, sin pensar que el obradorato ya desde el poder orquestaría una elección de estado. Todo ese entusiasmo popular se apagó decepcionado después de la elección al ver que esos cientos de miles que se manifestaron en las plazas a lo largo y ancho del país, fueron superados por un tsunami de beneficiarios de los programas sociales.

EL PRI CHIQUITO

El PRI seguirá su proceso de colonización en Morena y continuará siendo el principal proveedor de candidatos ante el pasmo conformista de una izquierda que se domesticó con las migajas y pequeños espacios y privilegios suficientes para llenar la buchaca. Alito lo regenteará como una minoría negociante sin importarle ya, si representa el sentir de las masas. Será una sigla más operada como una franquicia para acceder a las migajas de los espacios de elección.

SIN RENUEVO

Los partidos políticos no están dispuestos a renovarse. Eso implica una generosidad y una visión que no pasa por la mente de sus dirigentes. No están ni estuvieron a la altura de la circunstancias. Por eso sucumbieron ante el aparato del estado. Por eso perdieron esa credibilidad que se necesitaba para ofrecerse como una alternativa viable y sobre todo confiable. Fueron un lastre y no un aliciente en la campaña de Xóchitl que se la jugó literalmente sola mientras la burocracia partidista se balanceaba en hamacas. No alcanzaron siquiera a conformar una estructura que vigilara las urnas.

PARTIDO DE ESTADO

Cierto es que Morena quiere apuntalar un régimen de partido único con sus partidos satélites, muy parecido al PRI de los setentas (lo mismo, pero más barato) antes del arribo de los tecnócratas. No sienten pudor en tener carro completo, en imponer su mayoriteo sin dialogar ni discutir por más que lo simulen. Viene por ello una embestida contra las pocas instituciones autónomas que aún sobreviven. La corte es la reina en este juego de ajedrez. Van por ella y no van a cejar en el empeño. Tienen todo para hacerlo.

SUPERAR EL TRANCE

Ejercer la democracia será cada vez más difícil, pero hay que resistir. No pueden ir tan lejos. La legitimidad no solo debe provenir de las urnas. Tiene que ver con el ejercicio de nuestros derechos y esos no se pueden cancelar a riesgo de aislarnos del mundo civilizado y convertirnos en una tiranía tropical. Es por ello necesario para la oposición superar el trance de la derrota. Revitalizarse y reconfigurarse a riesgo de no caminar rumbo a la extinción, solo que no está sucediendo así.

EL PAN PUEDE SOBREVIVIR

El PAN puede sobrevivir, pero no hay que esperar mayores cambios. Está secuestrado por una pandilla que lo ha convertido en una agencia de colocaciones. Muy atrás quedó la mística que lo caracterizó, un voluntarismo cívico que no buscaba posiciones de poder como fin sino como medio para servir y transformar. Sobran buenos ejemplos de buenos gobiernos que mejoraron notablemente la calidad de vida de sus habitantes. Sin embargo, el pragmatismo se impuso incluso sobre los ideales que defiende. Se corrió ideológicamente al centro y dejó de defender los valores tradicionales que lo caracterizaban.

NO HAY DERECHA

Hoy no existe propiamente una derecha que se asuma como tal. En otros países no se avergüenzan por esa definición, por eso ahora la tildan de ultra derecha o extrema derecha. La demonizan y estereotipan como elitista, clasista, confesional, burgués, distante de las mayorías populares. Y es ahí donde la izquierda populista hace de las suyas a pesar de que sus propias élites son burguesas. Para ello utilizan el asistencialismo como herramienta de control electoral. No han tocado eso sí, la macroeconomía, saben que sin inversiones no hay a quien cobrarle impuestos y sin impuestos no hay cómo sostener a la clientela.

RETROVISOR

Se antoja difícil la conformación de un nuevo partido y el que está en ciernes se asume como otro más con ideas entre el centro y la izquierda. Nos llevan a un derrotero que retrasará el desarrollo en un mundo donde hay naciones emergentes dispuestas a hacer los cambios para quedarse con el pastel. Deberían voltear a ver a países como Irlanda, Eslovenia, Singapur o Corea del Sur. El problema es que no ven para adelante sino con el retrovisor. Siguen la ruta de modelos fracasados y siendo así no podemos esperar otra cosa.

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