Chiapas pareciera ir a contracorriente de la política del país en el que Morena y sus aliados, haciendo eco del discurso presidencial, se imponen sobre la oposición.
En cada discurso de Eduardo Ramírez se ha deslizado una idea de unidad que pareciera incluir a sus opositores. La constancia del mensaje va develando un propósito que va en sentido contrario a lo que se observa en el escenario nacional.
Por ejemplo: en el mensaje que dirigió en las afueras del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana, luego de recibir su constancia de mayoría como gobernador electo, pidió a los alcaldes electos a que “sumen a quienes fueron competidores y dignos contendientes en su proceso electoral; sumar en unidad para construir”.
Posteriormente, Ramírez Aguilar se reunió con Olga Luz Espinosa Morales, quien también fuera candidata a la gubernatura por el PRI, PAN y PRD, y habló de llevar a los hechos un pacto con dialogo entre fuerzas políticas opositoras. Eso fortaleció la versión de que la también diputada federal perredista pudiera asumir una responsabilidad en el futuro gabinete estatal.
Ayer mismo, Juan Carlos Gómez Aranda anunció que se reunió con “el doctor Eduardo Ramírez, Gobernador electo de Chiapas, para informarle de los avances del Plan de Gobierno que estamos integrando con las propuestas surgidas de los Diálogos por la Transformación, que con gran participación ciudadana realizamos recientemente”.
“Comentamos los nuevos equilibrios políticos nacionales resultado del proceso electoral, las responsabilidades de los actores públicos y del esfuerzo de inclusión política que debe acreditarse”, publicó y remató:
“También, hablamos de los retos inmediatos de la estratégica Frontera Sur y de la necesaria visión de largo plazo que requiere nuestro estado, así como de la participación plural que tanto se necesita”.
Queda entonces registrado que se insiste en un “esfuerzo de inclusión política que debe acreditarse” y de “la participación plural que tanto se necesita”.
Eduardo a fijado entre sus principales prioridades un Chiapas con seguridad y gobernanza. Queda claro que la oposición puede sumar a la gobernabilidad.
Chiapas se cuece aparte y Eduardo Ramírez haría bien en mantener su propósito de inclusión y pluralidad, aunque parezca ir a contracorriente en su propio movimiento.
