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Saldos del llamado del Jaguar Negro

Saldos del llamado del Jaguar Negro
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Por Manuel Ruiseñor Liévano

Con giras informativas por 16 municipios considerados estratégicos para el fortalecimiento de su proyecto político de unidad: Huitiupán, Simojovel, El Bosque, Venustiano Carranza, Tuxtla Gutiérrez, Ocotepec, Chenalhó, San Cristóbal de Las Casas, Chiapa de Corzo, Cintalapa, Berriozábal, Ocozocoautla, Pijijiapan, Huixtla, Cacahoatán y Tapachula; en este último lugar cerró su precampaña el aspirante único al gobierno de Chiapas por parte de la coalición “Sigamos haciendo historia en Chiapas”, Eduardo Ramírez Aguilar. Un recorrido en el cual se mostró el vigoroso músculo de la movilización social que anima la emblemática figura del Jaguar Negro

Vale la pena subrayar que, a lo largo de todo su andar, el aspirante del partido Morena contó con la presencia y respaldo de los liderazgos estatales de los 7 institutos políticos que dan fuerza a la coalición oficialista, así como de grupos organizados de la sociedad civil, de alcance regional y local.

Al cierre de su actividad, Ramírez Aguilar cumplió con 3 principios de toda estrategia político-electoral exitosa: Utilidad, pertinencia y oportunidad. Su gira fue útil y práctica en razón de los resultados y sumatorias alcanzados; fue pertinente en la selección de los lugares que visitó; y además oportuna en el sentido de atender y focalizar el reclamo social para la continuidad del proyecto de la 4T.

Queda claro, además, que la huella del Jaguar Negro puso en la mesa del debate público los principios  y la esencia que impulsan su proyecto: Cero tolerancia a la corrupción, lealtad a un proyecto de cambio de régimen y cumplimiento e impulso de sus propuestas. En otras palabras, no robar, no traicionar y no mentir al pueblo y seguir la ruta de la transformación de la vida pública en Chiapas como esfuerzo de continuidad. Lo cual quiere decir, el segundo piso de la llamada 4T.

En otro aspecto de los saldos de la precampaña, se puso de relieve su compromiso social, su conocimiento de la realidad del estado y su aprecio por Chiapas, su gente, su historia y su cultura. Sin duda, elementos que fortalecen la identificación de su figura y, por ende, le dan otra ventaja más en relación con lo que aún tendrán que construir sus adversarios en la oposición. Los cuales, hay que decirlo, acaso llegarán demasiado tarde al encuentro con la ciudadanía.

Otro mensaje que arroja la precampaña, es que Ramírez Aguilar tiene ya bien aceitada una maquinaria humana que deberá consolidar con sus propuestas en la siguiente etapa. Y, sobre todo, recoger la demanda de los diferentes sectores de la sociedad para devolver la confianza y respaldo a su candidatura.

La declaración que hizo en Tapachula el Jaguar Negro al cierre de esta etapa es, a no dudarlo, el mejor colofón. El hacer patente su compromiso de no fallarle a los chiapanecos, porque eso sería como faltar a sí mismo, a su familia y a la razón de ser de su aspiración: Servir a todas y a todos los chiapanecos de manera efectiva y comprometida.

Sin embargo, más allá de que Ramírez Aguilar sea únicamente el garante de la continuidad de la 4T por mera corrección política o por estricta continuidad, se advierte en él un sincero y determinado propósito de enriquecer ese proyecto y su legado con el aporte de su estilo personal de entender el oficio de la política y el ejercicio de gobierno. Una visión que su preparación y experiencia le han abierto a lo largo de la última década y media. Vale la pena recordar que no es en absoluto gratuito que la reciedumbre de carácter y su denodada cultura del esfuerzo, le hicieron ganar a pulso el mote del “Jaguar Negro”.

Un hombre que desde abajo y desde adentro de la escala social, ha ido en avance constante para cumplir el sueño de toda persona que abraza la esencia de la tarea política: guiar y servir a la gente. Los cierto es que, y los oráculos de la medición de la preferencia ciudadana lo confirman con sus encuestas, Eduardo Ramírez se parece cada vez más a alguien que ya encontró la fórmula efectiva para seguir sumando sin parar a favor de su causa hasta llegar a niveles inéditos de resultados en los procesos electorales.

No obstante, lo más importante de todo es que el cumplimiento de su palabra empeñada y su compromiso con la gente, se mantengan inalterables en sus principios. No olvidemos que más allá de lo que un hombre pueda poseer o saber, lo más importante es cumplir. Ese es el gran reto de Eduardo Ramírez Aguilar.

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