Juan Carlos Cal y Mayor
Sinceramente no sé para qué le dan tanta vuelta a la iniciativa presidencial que pretende liquidar a todos los ministros, magistrados y jueces del poder judicial federal. Va porque va, por más diálogos y foros que organicen faramalla que solo servirá para legitimar e imponer la santa voluntad de su majestad el señor de Macuspana. No hay manera de impedirlo y no se sabe que tan convencida esté Claudia Sheinbaum al respecto. El Tlatoni sigue en el poder y hay que tratarlo con pincitas. Tiene tiempo para ejecutar su plan de exterminio y además mayoría suficiente en la próxima legislatura.
ANTES DE PARTIR
El presidente no se podía ir sin antes cumplir su cometido de acabar con el poder judicial en represalia por las resoluciones que impidieron las infracciones legales que cometió durante su gobierno la 4t. La Corte fue un verdadero contrapeso del poder ejecutivo hasta que se fue Zaldívar y llegó Norma Piña. Igual Amlo decidió -antes de partir- ir contra los periodistas Mario Amparo Casar y Carlos Loret, pero esa es otra historia. Como buen populista se le ocurrió que, en la renovación de los integrantes del órgano judicial, sea el pueblo bueno y sabio quien los elija mediante voto popular. Harán lo que se les porque los tienen comiendo de su mano.
LA MISMA RUTA
Siguen la misma ruta de los gobiernos de Hugo Chávez y Evo Morales donde los poderes judiciales están de adorno y no es casualidad. Es el manual de las nuevas dictaduras que acomodan a las instituciones al servicio un solo poder. Después irán por el INAI para poder disponer del dinero público a discreción y sin la obligación de rendirle cuentas a nadie. Luego por el INE so pretexto de la necesidad de una reforma donde la oposición corre el riesgo de convertirse en comparsa porque no le harán ningún tipo de concesión. ¿Alguien sabe que hizo la CNDH desde que el presidente le metió mano?
Ese es el país que los 35 millones de beneficiarios del poder y los programas sociales eligieron. Harán lo que les pidan a cambio de mantener sus tarjetas de débito del bienestar. Es día a día lo que les importa resolver y les tiene sin cuidado siquiera ver las noticias a menos de que se trate del nuevo romance de Cristian Nodal y Ángela Aguilar. Es más conocido el rapero Peso Pluma que la mayoría de los políticos, y ya no digamos los aspirantes a jueces y magistrados, pero los van a elegir por voto popular.
LA MAGIA
No tiene ninguna ciencia, esa es la “magia” de los gobiernos populistas de izquierda. Tener contento al pueblo con apoyos sociales que luego se convierten en un barril sin fondo hasta que se les acaba el dinero como bien decía Margaret Thatcher. Recuérdese que las necesidades son infinitas pero los recursos son finitos. Hoy en Cuba existen libretas de racionamiento y el gobierno le da de comer al pueblo miserables dotaciones que apenas les alcanzan para su supervivencia. En Argentina hay 34,000 comedores comunitarios a los que acuden diariamente más de 5 millones de personas. Me recuerda a una película de finales de los 70s que se llama “Cuando el destino nos alcance” y donde precisamente la población en Nueva York se alimentaba de unas galletas verdes. A ese extremo los llevó el peronismo y los Kirchner.
NUEVOS JUECES SIN EXPERIENCIA
Sinceramente no sé qué fueron a hacer los ministros a los foros legislativos. Ahí se preparan las exequias del poder judicial. A menos de que sean ingenuos ya deben estar resignados a una justa liquidación y una pensión similar a la de su excolega Arturo Zaldívar. El pueblo no va salir a defenderlos, ya dijimos que les tiene sin cuidado. Lo que viene ya consumándose, el asalto al poder judicial, no pinta nada bien. Dice el presidente que no será necesario tener experiencia y menos esas cosas de la carrera judicial y las consecuencias van a ser funestas.
COMPINCHES
Bolivia, la única experiencia conocida de jueces y magistrados elegidos mediante voto popular ha sido un rotundo fracaso. Primero porque la participación fue nula y eso que el voto en Bolivia es obligatorio. Segundo porque el poder judicial con los cambios en ese país no ha hecho otra cosa que alinearse con el poder en turno. Más que una reforma para mejorar la administración de justicia, lo que Evo Morales necesitaba era un poder judicial que le autorizara la reelección dado que la constitución se lo prohibía expresamente. Los jueces resolvieron que de los derechos políticos de Evo Morales estaban por encima de la constitución y así fue que logró continuar en el poder. Amlo, Evo, Petro, Castillo, Ortega; No es casualidad que sean todos cuates o más bien son compinches. Por eso se ofrecen asilo y se protegen entre ellos. Lo tienen todo bien planeado.
LEY DE AMPARO COJA
El tema de la justicia en nuestro país va más allá de Corte. Tiene que ver con la Procuración de Justicia, con la prevención y también con la readaptación. Involucra primero que nada a los poderes judiciales locales porque la Corte no hace otra cosa que revisar sus determinaciones además de conceder el amparo de la justicia federal contra los abusos de autoridad. No se debe pasar por alto que se acaba también de reformar la ley de amparo con consecuencias gravísimas que atentan contra su propia naturaleza.
Derogar la suspensión provisional del acto reclamado hará imposible evitar que dichos actos continúen y provoque daños, perjuicios o violaciones a nuestras garantías individuales. De nada servirá obtener la razón si los hechos reclamados ya están consumados. De igual manera se derogaron los efectos generales que pudieran violar los derechos de otras personas para solo beneficiar al solicitante.
Lo que están haciendo es una barbarie, aunque lo quieran matizar. Será en perjuicio de ese pueblo bueno y sabio, resistente, sacrificado y resiliente que todo lo aguanta. Lo será también para los empresarios e inversionistas si esa administración de justicia en manos inexpertas y obedientes al poder no les garantizan certeza jurídica a sus patrimonios e inversiones. Es también el caldo de cultivo propicio para la corrupción sobre todo si a los nuevos jueces les tocan los sueldos de la austeridad republicana. A partir de la liquidación del poder judicial nos va tocar ver a los jueces haciendo política y decidiendo sentencias por aclamación como lo hizo Poncio Pilatos.
