RODULFO REYES
De imprevisto, grupos económicos preponderantes comienzan a voltear sus ojos a Tabasco para hacer antesala en Dos Bocas. El gran capital, más allá de los pronósticos de quienes no le ven futuro, empieza a ver con seriedad la refinería concebida por Andrés Manuel López Obrador.
Sobre la gran obra, a la que se le inyectará en los próximos tres años por lo menos ocho mil millones de dólares, caen toda suerte de pronósticos, algunos funestos.
Precisamente ayer, el diario Reforma, que abanderada la cruzada para echar abajo la megaconstrucción, dio a conocer que el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) resolvió que la Secretaría de Hacienda debe entregar a un particular los estudios de costo y beneficio del proyecto de inversión de Dos Bocas.
El rotativo agrega que en un primer momento la dependencia negó la existencia de dicha información, pero al adentrarse al análisis encontró que sí cuenta con ella.
También el jueves, De Jefes, columna de negocios del diario El Financiero, dio a conocer que el Grupo R, que preside Ramiro Garza Cantú, ejecutará dos contratos para construir plataformas marinas y perforar pozos en la Sonda de Campeche.
El prominente empresario, sostiene, “quiere aprovechar todas las oportunidades que traerán los cambios en Pemex y la visión de López Obrador de impulsar la producción y refinación de crudo en el país para no depender del extranjero”.
De hecho, dice, “Grupo R está a la espera de la licitación para construir la refinería de Dos Bocas”.
“Garza Cantú ya se frota las manos”, remata el espacio que lee la crema y nata de los dueños del dinero.
El Financiero entrevista sobre el tema a Carlos Mouriño Terrazo, capitán del Grupo Corporativo del Sureste (GES), quien, de entrada, es la de la idea que levantar la planta en aquel puerto petrolero de Tabasco va a tardar muchísimo tiempo.
“No quiero poner en duda porque no tengo el proyecto de la refinería y posiblemente ellos, los que la están anunciando, tienen mucho mejor los datos, pero yo desde el sector sí creo que va a ser muy difícil que en tres años esté funcionando la refinería con todo lo que implica”.
Pero acepta: “yo creo que el proyecto de Dos Bocas va a meter muchísimo combustible para surtir todo lo que es el valle de México y todo el centro del país”.
El miércoles, el propio Reforma en su sección de negocios publicó que la nueva refinería de Dos Bocas ya tiene “un potencial interesado”, que es la empresa mexicana Rengen.
“Somos una economía petrolera, la refinería tiene un valor estratégico y económico; tiene una importancia muy clara desde el punto de vista estratégico”, dice la nota.
“Una nueva refinería implica refinar el petróleo que tú tienes, versus estar importando gasolinas y diésel de Estados Unidos”, dijo Oscar Scolari, CEO y fundador de Rengen.
Para el directivo este proyecto es de suma relevancia para México, pues se están importando casi 700 mil barriles diarios de petrolíferos.
El mismo día, en El Universal el columnista Alberto Barranco Chavarría, autor de Empresa, reveló que será en abril cuando Pemex lance una licitación pública internacional para la edificación de la planta.
Los trabajos para el acondicionamiento del terreno, añade, se siguen realizando, pese a la multa de 13 millones 900 mil pesos impuesta por la agencia de Seguridad, Energía y Ambiente a la firma privada que realiza la tarea.
Barranco calcula la inversión inicial en 16 mil millones de pesos con una duración de tres años.
El debate por la refinería lleva días en la agenda pública del país. El lunes, en Excélsior el columnista económico Luis Enrique Mercado abre la semana con la aseveración de que despierta muchas dudas el levantamiento de la refinería en Paraíso “sin ningún análisis financiero y de medio ambiente”.
