Carlos Burguete
Fui a visitar a Malena Alvarado y me traje nuevamente la historia breve de Alaíde. Va aquí lo encontrado. “19 de diciembre de 1980, el secuestro de Alaíde Foppa”.
Nació en Barcelona el 3 de diciembre de 1914. Su padre, Tito Livio Foppa, era un periodista liberal argentino y su madre, Julia Falla, guatemalteca, provenía de una familia de ricos hacendados. Vivió un tiempo en Argentina y después en Italia, donde cursó sus estudios de secundaria. Pasó el bachillerato en Bélgica e inició sus estudios universitarios en Italia. Asistió en Roma al Departamento de Letras y de Historia del Arte. Escribió entonces sus primeros poemas en italiano.
En 1943 llegó a Guatemala, en vísperas del fin de la dictadura de Jorge Ubico e identificándose con el nuevo proceso político en 1944 asumió la nacionalidad guatemalteca. Colaboró activamente en la revolución: fue voluntaria en un hospital y participó en campañas de alfabetización. En 1945 conoció en Guatemala al entonces presidente Juan José Arévalo con quien tuvo un romance y con quien tuvo su primer hijo, Julio Solórzano Foppa, que nació en México y que lleva el apellido de Alfonso Solorzano, el hombre con el que Alaíde se casó y decidió fundar una familia.
Solorzano, era un hombre rico que había estudiado derecho en Alemania, y fue fundador del Partido Guatemalteco del Trabajo. Con él tendría otros cuatro hijos.
Posteriormente Solorzano fue nombrado cónsul en París. En 1950 regresó a Guatemala junto consufamilia, pero cuatro años después tuvieron que salir nuevamente al exilio tras el derrocamiento del gobierno del coronel Jacobo Árbenz Guzmán en junio de 1954. Solórzano había sido juzgado como militante de la izquierda radical y se vio forzado a dejar Guatemala y ubicarse en México. Alaíde vivió allá hasta su último viaje a Guatemala en 1980 donde despareció.
Sus indiscutibles méritos intelectuales le permitieron ocupar la cátedra de Literatura Italiana en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de México. Asimismo, fue fundadora de la cátedra de Sociología de dicha Universidad y catedrática en la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Alaíde se convirtió en un referente para el feminismo en América Latina: se integró en agrupaciones de mujeres, organizó exposiciones con marcada mirada femenina y fundó la revista Fem, uno de las primeros semanarios de México desde el que trasladó al público latinoamericano las ideas de pensadoras como Simone de Beauvoir.
Durante la década de los años setenta algunos de sus hijos se involucraron con la guerrilla guatemalteca, específicamente con el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP). El año 1980 sería trágico para Alaíde Foppa: su hijo Juan Pablo, quien militaba en el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) de la guerrilla guatemalteca murió en Nebaj, El Quiché y su esposo Alfonso Solórzano abrumado al enterarse de la noticia salió desorientado a la calle y murió atropellado en la Avenida Insurgentes de ciudad de México. La tristeza que tales eventos provocaron en ella, la hicieron escribir algunas de sus poesías más sentidas.
Alaíde Foppa viajó a Guatemala a renovar su pasaporte guatemalteco vencido y el 19 de diciembre fue secuestrada en pleno día en la 9ª avenida de la zona 1 de la Ciudad de Guatemala, desapareciendo sin dejar rastro. Los presuntos responsables serían miembros de la G-2 de la sección de inteligencia del ejército de Guatemala.
Al asumirse que fue el gobierno del general Fernando Romeo Lucas García el que ordenó la desaparición y más tarde el asesinato de Alaíde Foppa, organismos internacionales y grupos de intelectuales de Francia, Estados Unidos y México, exigieron que fuera regresada con vida, sin tener éxito en sus demandas.
En 1999, su hijo mayor, Julio, residente en México, realizó una campaña internacional, para tratar de encontrar sus restos y a los culpables de su muerte. Se dijo que los despojos de Alaíde Foppa habían finalmente aparecido en el cementerio de La Verbena, en la Ciudad de Guatemala.
Fue una poetisa, escritora, activista feminista, crítica de arte, profesora y traductora. Y muy recordada. De su obra poética merecen destacarse: «La Sin Ventura», «Los dedos de mi mano», «Aunque es de noche», «Guirnalda de Primavera», «Elogio de mi cuerpo», «Las palabras y el tiempo».