Juan Carlos Cal y Mayor
En economía existe un término: “Dead cat bounce” o en español, “rebote del gato muerto”. Entre los inversionistas significa la alusión a un determinado comportamiento que se traduce al alza en las inversiones que se produce en el mercado después de una caída económica como sucede ahora con el efecto postpandemia. Solo que ese efecto puede resultar engañoso si no es sostenido.
El presidente ha presumido la estabilidad cambiaria del peso frente al dólar, el incremento de la inversión extranjera directa y un relativo control de la inflación comparado con el de otros países, pero no por eso menos impactante en la economía popular. Cierto es que ha habido “disciplina” financiera y ha aumentado la recaudación, pero vamos por partes.
Hay que considerar que además de importantes funcionarios que han abandonado el barco, llevamos al hilo tres secretarios de hacienda. Primero Carlos Urzua, luego Arturo Herrera al que engañaron con la promesa de encabezar el Banco de México y que terminó aceptando un cargo directivo en el Banco Mundial y ahora Rogelio Ramírez de la O. con un discreto, pero satisfactorio papel, al menos para el presidente.
Decíamos en un principio que las economías incluyendo la de México están viviendo un ligero repunte. Eso se puede apreciar en la medida en que la gente está volviendo a la normalidad. Cada que hay una crisis quiebran negocios, pero también surgen nuevos como áreas de oportunidad. Lo vimos ahora con la Fórmula 1 que generó una enorme derrama económica en la CDMX. Lo estamos viendo acá en San Cristóbal donde hay un repunte de la actividad turística. Pero más allá de ese efecto local, se prevén más inversiones en el sector inmobiliario entre otros rubros.
NEARSHORING
Hay un reacomodo en los mercados mundiales. La guerra comercial entre los EU y China, así como el desbasto energético y de granos por la guerra en Ucrania, están incentivando el “nearshoring”. Es la estrategia por la que muchas empresas han transferido parte de su cadena de producción a terceros países. La están moviendo a destinos cercanos por lo cual nuestro país se ve ampliamente beneficiado por su inmediatez con Estados Unidos. Por citar un ejemplo, las armadoras de automóviles representan hoy nuestro mayor ingreso de divisas.
SOLIDEZ
Todas esas medidas que el defenestrado “neoliberalismo” fue tejiendo a lo largo de los últimos años para integrarse a la economía mundial están permitiendo que México sobreviva a los vaivenes políticos y económicos tanto internos como externos. La casa está construida con buen material y por eso está resistiendo, diría metafóricamente. Nos es por lo que ha hecho el gobierno sino a pesar de ello. Heredó finanzas sanas e instituciones sólidas como el Banco de México. Se ha hecho hasta lo impensable por quebrar el negocio y no pueden.
RETROCESO
Así pasó en Chile con el modelo de mercado y ahora en Colombia. Les toma tiempo desmantelarlo y en algunos casos terminan haciéndolo. Ahí está Cuba donde no existe la propiedad privada ni se pueden hacer pequeños y menos grandes negocios. Así está Venezuela que es ahora uno de los países más pobres del mundo.
DERROCHE
Aquí se dieron el lujo de derrochar el dinero a manos llenas tanto en proyectos fallidos y mal calculados como consumiendo los fondos para la estabilización. El asistencialismo va durar lo que les dure el dinero. Han aumentado el déficit fiscal gastando más de lo que ingresan. Han exprimido fiscalmente a la clase medía y tolerado exponencialmente el comercio informal. La venta de huachicol está en su apogeo. La migración hacia los Estados Unidos sigue en aumento. Las remesas se han vuelto la tabla de salvación al incrementarse a más del doble. Dejaron tirado el NAIM y ha fracasado el AIFA. Compraron una refinería en Texas en 600 mdd para refinar la mitad de lo que necesitamos y en Dos Bocas levan 12 mil millones de dólares que esperemos que al menos produzcan algo. Las becas para jóvenes, los cajeros del bienestar, dinero para sobrevivir y seguir siendo pobres. La cerrazón en materia energética que ahora nos va traer consecuencias si perdemos el panel del T-Mec con los EU y Canadá. Unos 30 mil millones de dólares. Y aquí seguimos, aguantando.
Sin importar del color que sea, al próximo gobierno le puede reventar una crisis de proporciones mayores. Si se sigue expoliando a la clase, la diferencia entre ricos y pobres será cada vez mayor. La misma historia de los gobiernos populistas de los 70s. A ver a quien le echan después la culpa que para eso sí, se pintan solos.