Sr. López
A tía Fides (de las de Toluca), tío Ernesto la abandonó con tres hijos. Dama muy cristiana y correcta, cuando hablaba de su huido esposo, lucía su capacidad para insultar como carretonero, porque no le pasaba un peso y decía de él cosas que enchinaban la pintura a un coche. Bueno, pero la tía tuvo un cuarto hijo… y un quinto… y llegó al noveno, todos de tío Ernesto, con el que tenía “reconciliaciones” de entre un día (más bien una noche) y una semana. Decía la tía: -A fin de cuentas, es mi marido –y tía Victoria, la deslenguada que en su vida tuvo más colchones que la cadena Sheraton, un día la atajó: -Di lo que quieras de Ernesto, pero tú y yo sabemos de qué comen tus hijos –y sí, de algo comían en esa casa.
El embargo impuesto por los EUA a Cuba, no es genocida como ayer afirmó nuestro Presidente quien lo llamó “bloqueo”, que tampoco es.
Genocidio es el exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad. El embargo yanqui a la isla NO es genocida, no pretende exterminar a nadie.
Desde 1962 Cuba tiene encima el embargo económico de los USA, que fue su reacción a las expropiaciones que Fidel Castro hizo a la bandolera, de empresas y propiedades de estadounidenses.
Pero todo hay que decir, las expropiaciones fueron la excusa a la negrísima intención de los EUA de seguir dentro de Cuba disponiendo y mandando, no se crea que motiva (motivó, más bien), a los EUA el romántico ideal de defender la democracia cubana, para restaurar el Edén caribeño, no, es cosa de intereses y a los EUA les salió el tiro por la culata con Fidel, que llenaba todos los requisitos para poder lidiar con el tío Sam: cínico, bandido, inteligente y con suerte, porque la Guerra Fría estaba que ardía y la URSS le entró de mil amores a mantener a Cuba a cambio de parte de su producción de azúcar (como el 10%, ni tanto).
Pero tan el embargo no es bloqueo, que Cuba puede recibir inversiones y comerciar libremente con 193 países, aparte de que el dichoso embargo no es absoluto: los propios EUA hacen donaciones a Cuba desde marzo de 1996: suministros y equipamiento para laboratorios y hospitales, dispositivos médicos, equipos para minusválidos, medicinas, vitaminas, alimentos, materiales y maquinaria para la agricultura, equipos para pruebas e investigaciones agrícolas, fertilizantes, suministros y equipos para la pesca; insecticidas, pesticidas, semillas, equipos de irrigación de pequeña escala y suplementos y medicinas veterinarios; ropa, utensilios de cocina, telas, artículos de aseo personal, equipos para la fabricación de jabón y para costura y tejido. Solo entre 2014 y 2020, las donaciones del pérfido EUA, sumaron 35 mil 802 millones de dólares, regalados, así, a la buena (o será que su puritana conciencia les remuerde).
Aparte, los EUA permiten que las empresas de su país comercien con Cuba productos agrícolas, alimentos, medicinas y suministros médicos. Los EUA ocupa el octavo lugar de las importaciones de la isla.
¿Bloqueo?… no, embargo y embargo mal hecho, porque no consiguió su perverso afán inicial de derrocar a Castro para mangonear a su gusto (al gusto de las empresas yanquis, más bien). Embargo estúpido que prolongó la vida del régimen castrista, dándole una “razón” histórica y regalándole discurso a un régimen de pillos que han bañado en sangre a su pueblo, que encarcela a sus opositores, que no permite la existencia de partidos políticos ni de prensa libre. Embargo torpe que echó a la isla en brazos del comunismo tropical como lo entendía Fidel: un amasijo de adjetivos y lemas de poca sustancia, sin haberse tomado el trabajo de leer ‘El Capital’ de Marx (y qué bueno, ni lo hubiera entendido; otros que jamás lo leyeron fueron Stalin y Mao, confesado por ambos).
Fidel Castro vivió mintiendo y de la mentira. Ya desde 1957, en su Manifiesto de la Sierra Maestra se comprometió a “celebrar elecciones generales para todos los cargos del Estado, las provincias y los municipios en el término de un año bajo las normas de la Constitución del 40 y el Código Electoral del 43 y entregarle el poder inmediatamente al candidato que resulte electo”. Sí, Chucha, se quedó en el poder 50 años, como dictador y pintándole violines al tío Sam (y este menda no puede negar que eso le simpatizaba).
Luego entregó el poder a su hermano Raúl, muy conocido por sus tendencias asesinas como las del afamado barbaján, el Che Guevara, ese que en la sesión plenaria de 1964 de la ONU, declaró: “Fusilamientos, sí. Hemos fusilado, fusilamos, fusilaremos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte”.
Ese Che que declaró en entrevista publicada en suplemento especial de la revista Tricontinental: “¡El odio es el elemento central de nuestra lucha! El odio tan violento que impulsa al ser humano más allá de sus limitaciones naturales, convirtiéndolo en una máquina de matar violenta y de sangre fría. Nuestros soldados tienen que ser así”. Muy inspirador.
O esta otra perla del pensamiento del Che: “Hay que acabar con todos los periódicos. Una revolución no se puede lograr con libertad de prensa”. Estamos advertidos.
Y en Cuba ahora es Presidente por cinco años, con el voto de nadie, Miguel Díaz-Canel, con reelecciones ilimitadas. Tachado de títere de Raúl Castro, en su primer discurso como Presidente, dijo: “Raúl Castro encabezará las decisiones para el presente y futuro de la nación”. Bonita la lealtad.
A ese régimen admira nuestro Presidente… muy su gusto. Las relaciones exteriores del país se deben regir conforme a nuestras leyes no por las preferencias personales de nadie. Y también muy su gusto su otra declaración de ayer:
“Yo quisiera que no hubiera bloqueo, porque eso es una política medieval, no tiene que ver con nuestro tiempo y con la hermandad que tiene que haber entre nuestros pueblos y con la fraternidad universal”.
¿Quién puede oponerse a la hermandad, a la fraternidad universal? Nadie, aparte de Fidel, Raúl, el Che… ¿quién?