Guillermo Ochoa-Montalvo
Querida Ana Karen,
Amanda viajó en 2022 a Qatar, una ciudad del futuro difícil de igualar a otra cualquiera. Después del ataque de Irán a las instalaciones militares más grandes de Estados Unidos localizadas en el Estado de Qatar y que Donald Trump declaró que “estos ataques abren un camino a la paz”, le pido que me hable de Qatar, al margen del conflicto actual. Con esas ganas de chismear salimos a cafetear.
—Deja te cuente. Jamás podrás imaginar lo majestuosa, contratante y brillante que es el Estado de Qatar con una monarquía absoluta dominada desde mediados del Siglo XIX por la familia Al Thani. ¿Y qué crees?
—¿Que creo?, Amanda.
—Después de su independencia del protectorado de Inglaterra en 1971, en 1995, el jeque Hada al Thani se convierte en Emir al derrocar a su padre Jalifa bin Hamad al Thani, en un golpe de estado. En el 2013, el emir el hijo accede al cargo de monarca tras la abdicación de su padre. Date una idea de su tamaño; México es 170 veces más grande que Qatar. El territorio de Qatar es equivalente a la Isla del Carmen en Cozumel con sólo 11.581 km², pero de una riqueza enorme que proviene de las perlas, el petróleo y en especial, del gas natural que lo coloca en el tercer lugar de productor; además de sus yacimientos de uranio.
—Háblame de sus niveles de bienestar, Amanda.
—¡Imagínate! Este Estado soberano árabe ubicado en el oeste de Asia que ocupa la pequeña península en el Este de la península arábiga invirtió en el mundial de fútbol del 2022 miles de millones de dólares que superan lo invertido por todos los campeonatos anteriores juntos. El mundial lo colocó en el mapa comercial, turístico y empresarial.
—¿Y su gente?
— Catar posee la mayor renta per capita del mundo y ocupa el segundo lugar en desarrollo humano. Aquí sus habitantes apenas llegan a 3’200 mil. El 12% de su población catarí goza de pleno estado de bienestar mientras que el 88% de sus habitantes, provenientes de otros países viven en extrema pobreza y niveles casi sub-humanos destinados a las majestuosas obras de infraestructura; a servir como obreros en las industrias y en algunos servicios secundarios. El Banco Mundial califica a Qatar como una economía de altos ingresos, y aun en medio del conflicto bélico, figura como el país más pacífico del mundo.
¿Y su cultura?, Amanda
—Es una nación elevadamente espiritual que le permite planear su futuro hasta lograr una economía avanzada, sostenible y diversificada. Por ahora, goza de los más altos índices mundiales en salud con hospitales de excelencia; servicios médico de prevención y atención que ya quisiera Dinamarca; viviendas confortables; aquí los cataríes no pagan impuestos sobre la renta ni sobre las ventas. Las empresas extranjeras pagan impuestos sobre bebidas con mucha azúcar, bebidas energéticas, alcohol, tabaco y carne de cerdo. Las pensiones y jubilaciones son las más altas del mundo.
—Pero es una nación occidentalizada, Amanda.
—En algunos sentidos sí, pero su mentalidad, creencias, religión y rituales es muy distinta a la de los occidentales. Los cataríes mantienen al Islam como columna vertebral. La religión musulmana que surgió en el Siglo VII echo profundas raíces. Cada día el bullicio de las calles se detiene por un instante para la meditación. Estas oraciones son uno de los cinco pilares del Islam y se realizan en momentos específicos del día, determinados por la posición del sol. Las 5 oraciones son: al amanecer es el FAJR; al mediodía la oración es el DHUHR; en la tarde, el ASR; al atardecer es el MAGHRIB; al anoche, el ISHA.
—Pero ellos tienen fama de ser excéntricos, ostentosos y derrochadores en su vida de lujo; además de vivir con una doble moral en la clandestinidad y máximos secretos, Amanda.
—Totalmente cierto. En medio del desierto y el mar, se elevan los rascacielos de mármol; edificios futuristas. Ves circular automóviles exclusivos y los más caros del mundo; algunos bañados en oro y llenos de diamantes; puedes ver a las amantes luciendo prendas que te costarían 20 años de trabajo; zapatos lujosos de 50 mil euros o más; membranas a clubes privados exclusivos para multimillonarios donde el juego, diversión, perversión y degenere sin límite, convive con los negocios, acuerdos de inversionistas, diplomáticos y políticos.
—¿Lo viviste o te lo contaron?
—Existen áreas adonde es imposible entrar si no perteneces a ese círculo cerrado; pero hay otros centros de diversión en donde descubres la vida de lujo y de placer de los musulmanes y sus mujeres; ¡no hablo de sus esposas!, sino de las amantes quienes, como ya te dije; cargan millones de dólares en vestuario, cosméticos, accesorios, joyas, automóviles viviendo en lujosas mansiones.
—Es todo un contraste de creencias y estilos de vida, Amanda. Debiste conocer Qatar más joven…
¡Bestia!, ni loca. Pero dime, ¿a qué viene tu curiosidad sobre Qatar?
—Son dos cosas. Ya una vez fue bloqueada por los Emiratos Árabes, Estados Unidos, Arabia Saudita y otros países imponiéndole severas sanciones, acusada de alentar el terrorismo, manipular los asuntos internos de sus Estados vecinos; pero en 2021, por mediación de Kuwait y Estados Unidos pudo reabrir sus fronteras iniciando un proceso de reconciliación entre Riad y Doha a fin de promover el turismo. Así, celebró el mundial de fútbol. Estos temas habrá que analizarlos en la actual coyuntura de la pacificación al conflicto de Medio Oriente, porque al parecer Estados Unidos podría perder más en esta guerra de lo imaginado.
—Y la segunda cosa ¿a qué se refiere?
—Amanda, a la mentalidad de los Musulmanes. Una nación tan pequeña se ha desarrollado al aprovechar sus riquezas que no son tan inmensas como lo de México y es ahí, donde me pregunto: ¿Por que México sigue siendo un país de miseria, desigualdad social, violencia extrema y con los niveles más bajos de desarrollo humano? —Tu sabes la respuesta, ¿Qué quieres que te diga?. Las mentalidades de los países avanzados son una cuestión de amor.
