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Puro cuento / La Feria

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Sr. López

 

Los que señalan de compradores de votos a los priistas malandros (que también hay decentitos en ese partido, como en todos), se andan arriesgando a que les contesten y les hagan cuentas de otras maneras de comprar votos muchísimo más caras.

 

En plan cínico (queda advertido), imagine esta infame escena: en un callejón oscuro o tras un huizache, un priista (de los muy malos, malísimos), con la cara cubierta con un paliacate (o bufanda, depende del clima), le rasca el hombro a un tenochca con anemia cívica, y le insinúa al oído con palabras de requiebro vergonzoso, que afloje (su voto), por  200, 500 ó 1,800 pesos…. y el elector con disminución de glóbulos patrios en sangre, diciendo “no soy de esos”, acepta (y cumple)… ¿qué?… es una terrible falta ética, dirá usted y tiene razón (porque no tiene hambre), y una ofensa grave a la rancia tradición electoral mexicana; de acuerdo. Pero sería un pago una sola vez y ya. El maléfico priista, ya saciados sus más bajos instintos en boleta, urna y acta de casilla, no le vuelve a dar un peso ni a ver el pelo al mancillado ciudadano que aflojó por necesidad (no crea que por gusto, no es “de esos”, la necesidad lo llevó a “eso”); y si se topan por la calle, los dos hacen como que no se conocen.

 

Ahora vamos comparando (el que se lleva se aguanta): ¿qué es más barato: un inconfesable pago por evento y sanseacabó, o la propuesta del Pejelectoral, que también es compra de votos?… sí, no se haga.

 

Mientras dicen (porque pasa), que el PRI da tarjetas de débito a cambio de votos, el santo señor de Macuspana (vea los diez compromisos que hizo al registrar su candidatura, el 12 de diciembre pasado, como parte de su “Proyecto Alternativo de Nación”), propone mantener todo su sexenio con 3,600 pesos mensuales, a 2 millones 300 mil jóvenes que no estudien ni trabajen.

 

No aplican restricciones; el milagroso señor de Tabasco realizará el prodigio de colocarlos de aprendices (“desde el 1 de diciembre de este año”), a esos 2 millones 300 mil, pagados con el dinero de todos nosotros (el peladaje que pagamos impuestos por bobos que somos); ¿y se pregunta uno: en dónde va a colocar a tanto muchacho?… ¿y si no les encuentra chamba?… son 8,280 millones mensuales… al año: 99,360 millones; en el sexenio: 596,160 millones… y a ver qué pasa cuando el siguiente Presidente quisiera quitar tamaña prestación: ¡ardería Troya!

 

Calcule usted semejante barbaridad: el PRI recibe del INE 1,675 millones de pesos para todos sus gastos en 2018, incluidas las campañas electorales. El importe mensual de la propuesta del patriótico Pejempleador (8,280 millones), son casi cinco años de todo el dinero del PRI para este año (y peor: el INE aprobó este año 6,788 millones para todos los partidos políticos; un año de mantener jóvenes sin chamba ni escuela equivale a más de 14 años de presupuesto público a todos los partidos en este año electoral).

 

¡No es compra de voto!, dirá un fervoroso seguidor de la verdadera fe del Pejesús. ¡Oook!… no, no es eso, nos confundimos, perdone (no discuta nunca con un Testigo del Pejehová), pero es eso, exactamente eso: compra de voto. Igual que los 2,400 pesos mensuales de “apoyo a 300 mil universitarios de escasos recursos”… ¡en la torre!, 720 millones mensuales; 8,640 millones al año… 51,840 en el sexenio… y los siguientes sexenios, porque no fácilmente se los podrían quitar después: -“Estudio, soy pobre, ¡mi lana!”

 

Como prometer no empobrece, el Pejemplar también ofreció duplicar la pensión a adultos mayores. Actualmente el “Programa 65 y Más” de la Sedesol, paga 980 pesos mensuales a 5.5 millones de tenochcas ya viejos (que lo de “adulto mayor” es otro eufemismo mexicano: viejo es viejo, y no es grosería)… bueno, ese compromiso equivale a otros 5,390 millones mensuales, 64,680 al año… pero no es para que voten por él, que igual van a votar por él, claro, por supuesto.

 

Ya vamos en 172,680 millones de pesos anuales de nuestro dinero que don Pejeneroso regalará de nuestra parte a la que será su clientela incondicional (99,360 millones para “ninis”; 8,640 para estudiantes de escasos recursos; 64,680 para viejitos), porque si solamente el 20% de los ninis juran exhalar en aras del Peje su aliento, contará con una muchedumbre de 460 mil aguiluchos, prestos a retacar plazas en protesta de lo que él quiera que protesten (o a favor de lo que él disponga apoyar), sitiar el Congreso, asediar la Suprema Corte o lo que se le ofrezca a su líder y patrón (que el que paga, manda), y esos 460 mil jóvenes entusiastas son cerca del doble de militares activos del Ejército mexicano (267,500 elementos sin contar los de reserva), el segundo ejército más poderoso de Latinoamérica según datos del “Global Firepower Index” (el primero es el de Brasil). Así que el Pejecutivo mata tres pájaros de un tiro: votos, huestes y paralización de la ciudadanía representada por sus instituciones. A todo dar (y todo, con nuestro dinero).

 

Dice mucho don Pejecutivo que para eso y más le alcanzan los 500 mil millones de pesotes que se va a ahorrar en corrupción… y sí, le alcanzaría, pero que alguien le explique (despacito), que si de veras fueran 500 mil millones (cifra que se sacó de la parte final de su sistema digestivo), y si de veras él obrara el portento de que desde el 2 de julio de este año (eso dijo), nomás ganando las elecciones, la corrupción desaparece de este país (vendría el papa Francisco a canonizarlo en vida, y la Fundación Nobel con todo y Rey, a darle un premio especial, el Nobel de la Baba Milagrosa)… si ese milagro sucediera, ¿qué cree don Pejentecato…?, no tendría nada, cero, ni un quinto, porque acabar mágicamente con la corrupción (quiero ver dijo el ciego), significaría que todo el presupuesto se gastara bien y todo está asignado, peso por peso, para algo específico, no sobra nada, solo se gastaría bien (¿pensará que hay una partida especial para raterías?).

 

Todo lo que ha prometido el Pejesús (empezando por lo de “amor y paz”), es cuento, puro cuento.

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