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Primero, lo primero / La Feria

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Sr. López

Visitaron a los papás de Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, sus vecinos del edificio, para proponerles que se cambiaran, que si hacía falta les ayudaban con los gastos, pero ya eran insoportables las frecuentes incursiones del entonces adolescente Pepe, en la azotea (a los cuartos de las muchachas que antes se les decía sirvientas y no era grosería porque no es). Hecho el cambio de domicilio, uno de la familia con tonillo de sarcasmo, preguntó a tía Pepa, la mamá de Pepe, si era cierto que por culpa de él habían dejado ese “departamento tan bonito” y muy airada, dijo: -¡Pobre mi Pepito, siempre todos contra él! -… “Pepito”.

Hay ocasiones en que se duda decir algo. Hay cosas muy duras para nosotros los gallardos integrantes delpeladaje nacional. No es fácil, tal vez se dañe irremediablemente, el candor del tenochca simplex. Pero, ni modo, ahí le va: el gobierno nos ha mentido.

¡Tranquilo!… ¡deje ese revólver!… suelte esa cuerda, ¡bájese del banquito!… ¡escupa eso!… tómese untecito de tila, recompóngase, restablezca el ánimo y enfrente la realidad: no han bajado los homicidios, han pasado a desaparecidos.

Ya hay menos reguero de cadáveres en ciudades y pueblos, brechas y parajes, porque ahora hay campos de exterminio, hornos y fosas clandestinas: sin fiambre no hay asesinado. Además, el desaparecido luego resulta que aparece y si no, a lo mejor es que no quiere… penas de amor, malas calificaciones, deudas impagables, turismo de aventura… hay tantas razones para ausentarse y dejar de contestar de teléfono… y si en algún andurrial, en algún rancho, en alguna fosa, se encuentra la ropa del no visto, sus zapatos y sucartera, eso no prueba nada, que hay gente que no pierde la nariz nomás porque la trae pegada.

¿Mienten por vicio, por el gustazo de engañar?… no, bueno, sí, pero en este caso, por sembrar en la gente la esperanza, la alegría de que todo va bien y mejorando. ¡Sí se puede!

Mientras, en el mundo, truenan la boca negando con la cabeza: ¿qué les pasa a estos mexicanos?

La ACLED (Armed Conflict Location and Event Data, Localización y Datos de Conflictos y Eventos Armados, traducido a marro), fundada hace 20 años, es una organización muy seriecita que consultan la ONU y no pocos países desarrollados.

En su más reciente reporte -Índice de Conflictos 2024-, ACLED consigna que fuera de los países en guerra, México es el más peligroso y violento del mundo (se dice fácil, piense en Haití).

Reporta ACLED que México atraviesa por un periodo de “violencia continua”, en medio de “una guerra civil de cárteles” -del crimen organizado-, “con aproximadamente el 34% de su población expuesta a conflictos”, pues el gobierno “no tiene el control de todo el territorio”. Se le repite: el informe es de 2024.

Así nos ven a pesar de las sesudas explicaciones de la señora del segundo piso y las de su antecesor en las mañaneras. Así nos ven porque de plano no les da la gana aceptar que sí han disminuido los homicidios, que para eso los pasan a desaparecidos. Y hablando de desaparecidos… algo anda mal: 

​​Con datos oficiales del propio gobierno de la 4T, delRegistro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, del 1 de diciembre de 2018 al 24 de mayo de 2023 (nomás en esos cuatro años y seis meses, ni siquiera el sexenio completo del que NO vive en Palenque), en todo el país hubo 42,029 desapariciones… ¿es poco, es mucho?… bueno, para tener una idea: en la dictadura del fétido Augusto Pinochet que duró 17 años (de 1973 a 1990), hubo 1,093 desaparecidos (dato del 29 de septiembre de 2023, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile).

O sea, en México, bajo el gobierno amable, paternal, del predicador de los “abrazos no balazos”, tuvimos 3,845% más desparecidos (38.45 veces), que los del bárbaro Pinochet, dictador y asesino. Lo dicho: algo anda mal y lo que anda mal es que para disminuir los homicidios hay que “desaparecer” muchísimos. Así se entiende la necedad del anterior arrimado en Palacio Nacional, de disminuir como fuera, el número de desaparecidos, recordará usted.

Y nadie está diciendo que estos que estántransformando a México (¡y vaya que lo está transformando!), anden mandando matar o desaparecer gente, no, eso no (nada más chacotean con las cifras y la reclasificación de delitos), pero sí que es inexcusable su rotundo fracaso en la primera y más importante obligación de cualquier gobierno, sin la que nada es posible: la seguridad pública.

Dirá un desconfiado que eso dice una organización y no por eso es cierto. Puede ser pero entonces, revisemos algunas otras declaraciones y afirmaciones, sobre nuestra plácida patria:

La ONU en 2014, en esos años que ahora se añoran, declaró: “México vive formas inauditas de violencia”. En 2024, sobre los desaparecidos en el sexenio del Moreno mayor: “es una crisis humanitaria espeluznante” (Santiago Corcuera, expresidente del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU).“Es indignante que quienes buscan a familiares y seres queridos desaparecidos (…) sigan siendo atacados y enfrentando violencia en México”,comunicado de prensa de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, 30 de agosto de 2023. “ONU exige a México declarar prioridad nacional la lucha contra los homicidios de mujeres y niños”, 19 de septiembre de 2024. “ONU insta a México a abandonar de inmediato la militarización de la seguridad pública (12 de abril de 2022), “contraviene numerosas recomendaciones formuladas por órganos de tratados y procedimientos especiales de Naciones Unidas” (24 septiembre 2024)”. Y tantas y tantas alarmas más que desde el extranjero se encienden.

Pero, eso sí, el viernes pasado, la Presidenta, refiriéndose al más reciente escándalo por lo del rancho ese de reclutamiento y exterminio en Teuchitlán, Jalisco, le paró el alto a los maledicentes y aclaró: “(…) ayer vi que narcopresidente AMLO, ya déjenlo en paz, otra vez contra el presidente López Obrador (…)”. Sí, primero, lo primero.

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