* La ceremonia de investidura de 881 juzgadores federales marca un momento de tensión política entre partidos sobre la independencia judicial
La toma de protesta de los nuevos integrantes del Poder Judicial de la Federación generó divisiones políticas entre los principales partidos del Senado. Mientras el PRI anunció que no asistiría al acto, calificándolo de “farsa”, el PAN confirmó su participación y pidió que los jueces electos escuchen la postura de la oposición.
Los senadores del PRI, en línea con su dirigencia nacional encabezada por Alejandro Moreno, argumentaron que la reforma judicial impulsada por Morena se convirtió en un mecanismo de control político. “No avalaremos un modelo que impone la ley del más fuerte y deja indefenso al pueblo de México”, sostuvo Moreno en un video difundido en redes sociales. La bancada priísta denunció que el proceso reduce la independencia judicial y concentra decisiones en un solo poder, lo que podría afectar el equilibrio de poderes y la vida democrática del país.
En contraste, el coordinador del PAN en el Senado, Ricardo Anaya, afirmó que su grupo parlamentario asistiría a la sesión solemne para fijar postura frente a los nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Anaya subrayó que el objetivo es dialogar directamente con los nuevos jueces y advertir sobre irregularidades en el proceso de elección, a fin de preservar la imparcialidad y garantizar que la justicia se mantenga al servicio de la ciudadanía.
El nuevo Poder Judicial, resultado de la elección del pasado 1 de junio con participación histórica de votantes, incluye por primera vez un presidente de origen indígena en la SCJN. En total, se renovaron 881 cargos federales y más de mil 800 cargos locales entre más de 7 mil candidatos registrados. Organismos internacionales y grupos civiles habían criticado la falta de filtros en las candidaturas y la rapidez del proceso, señalando riesgos para la independencia judicial.