* Pidieron la liberación de los presos políticos denunciando la violencia contra los defensores de los pueblos indígenas.
Daniela Alfaro
En un comunicado emitido desde el Centro Estatal de Reinserción Social para Sentenciados Número 05, los presos del colectivo “Indígenas Solidarios de la Voz de Amate” expresaron su condena por el asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez, ocurrido el pasado 20 de octubre. Los reclusos exigieron al gobierno de Chiapas y al presidente de México justicia por el crimen y demandaron la liberación de los presos políticos.
El grupo, integrado por seis internos, entre ellos Roberto Martínez Pérez y Martín Gómez López, calificó el asesinato del padre Pérez como un acto “cobarde” y un ataque a los defensores de los pueblos indígenas. En su mensaje, pidieron al gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, y a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, que se investigue el asesinato y se castigue a los responsables.
El asesinato del padre Pérez ha sido interpretado por los miembros de la Voz de Amate como parte de un patrón de violencia hacia los defensores de los derechos humanos en la región. En su carta, los presos denunciaron la persecución, desaparición forzada y asesinato de líderes indígenas que, según afirman, han sido objetivos de la violencia institucionalizada en varias regiones del país.
Además de exigir justicia por el asesinato del sacerdote, los internos solicitaron la liberación inmediata de todos los presos y presas políticas, no solo en Chiapas, sino en todo México y a nivel global. Este reclamo está relacionado con la situación de los integrantes de la Voz de Amate, quienes están privados de libertad bajo acusaciones que consideran políticas.
El mensaje concluye con una expresión de solidaridad hacia los defensores de los derechos humanos y los pueblos indígenas, a quienes los presos envían un afectuoso saludo y apoyo en su lucha. En el comunicado, se subraya que la lucha por la libertad y la justicia continúa, a pesar de las adversidades.
El caso del padre Marcelo Pérez Pérez ha generado gran conmoción, especialmente entre las comunidades indígenas, donde era muy conocido por su trabajo en defensa de los derechos de los pueblos originarios. El llamado a la justicia por su muerte resuena en una región marcada por la violencia y las tensiones sociales, que continúan afectando a las comunidades más vulnerables de Chiapas.
