Sr. López
El peor equipo de futbol de la liga escolar de la Ciudad de México, era el del colegio en que este menda hizo Primaria y Secundaria. Al dueño y Director General del plantel, el deporte le interesaba menos que el clima en Hawaii, y nunca cambió al entrenador (el maestro Godínez), que dibujaba muy bonito y en el pizarrón todo terminaba siempre en gol. Se veía tan fácil. Claro que a la hora de jugar la cosa era de pena ajena. Ni porras echábamos para hacer menos el ridículo.
No todo el que gana la elección a un cargo público, tiene capacidad para ejercerlo y no es rareza que sus habilidades políticas de poco sirvan a la hora de enfrentar las responsabilidades de la administración pública. De grillo no sale león ni de guajolote, águila.
Por supuesto hay quienes siendo solo políticos de maniobra y discurso, cuando triunfan en las urnas se rodean de especialistas en cada ramo y diseñan junto con ellos los programas que seguirá su administración, acordes, sí, con su ideario político, pero no discordantes con la realidad, las leyes y la ética (que no moral, eso es otra cosa).
Por eso son de desconfiar los programas que requieren primero, cambiar las leyes, como fue el caso de don Peña Nieto y de otro que ya sabe usted, y claro que se vale proponer cambiar las leyes y hasta reformar la Constitución, si así se dijo en campaña, porque si no, la gente votó por un proyecto oculto, lo que ya se podría tipificar como ‘fraude político’. Sí, cómo no.
Los políticos con sentido común y recta intención, delegan responsabilidades en sus ministros o secretarios; estudian lo que les llevan a acuerdo; conceden la razón al que la tiene (aunque sea diferente a su previa opinión); corrigen cuando no se consiguen los resultados esperados; y asumen la responsabilidad completa de los actos de su gobierno.
Pero hay de otros, que simplifican todo y explican el ajedrez como un juego de damas pero con muñequitos o la complejísima ingeniería para extraer petróleo, como algo sin ninguna ciencia pues es perforar un pozo como si se fuera a extraer agua. Fácil.
Ven todo simple, incluido el gobernar -la actividad humana más complicada, ardua, ingrata y hasta peligrosa, que por algo se levantan monumentos a quienes la desempeñan bien-, y cuando ven con desconsuelo que la terca y enrevesada realidad no se somete a sus designios y que no llegan los resultados que como por ensalmo esperaban obtener, aparte de negar los hechos, recurren al autoritarismo intentando con órdenes, decretos o acuerdos, sustituir la eficiencia de lo bien concertado; y esto exige buscar colaboradores que las ejecuten sin chistar… las fuerzas armadas, por ejemplo.
Este menda no puede saber qué tiene en la cabeza el Presidente de nuestro país. Claro que no. Pero algo debe explicar que habiendo hecho largamente campaña por la presidencia, asegurando entre otras cosas, que regresaría los soldados a los cuarteles (hasta plazo puso: seis meses), ahora sea el principal promotor de la intervención de las fuerzas armadas en actividades que le corresponden a los civiles. Tal vez sea eso, la urgencia de dar resultados; y también puede ser que además, quiera asegurar la
continuidad de sus decisiones una vez que entregue el poder. Puede ser, ayer mismo declaró que en el próximo gobierno debe existir continuidad a su proyecto. Bueno.
El Presidente ha trasladado a las fuerzas armadas al menos, 113 funciones civiles, entre las que destacan la construcción del aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía, aparte del de Tulum (que se los dejó como en propiedad y los van a administrar); tramos del Tren Maya y del Istmo de Tehuantepec; 2,700 sucursales del Banco del Bienestar; construcción del Parque Ecológico Lago de Texcoco; terminación y remodelación de 32 hospitales; distribución de libros de texto, gasolinas y medicinas; apoyo a programas sociales (Sembrando Vida); aparte de la seguridad pública del país, la administración de aduanas y puertos y la contención de los inmigrantes. Y todo esto son cataratas de dinero.
El ejército recibe órdenes y las cumple. Pero no es secreto que el ejército se maneja con cero transparencia en el ejercicio del gasto, cero. A ver cuánto tardan en estar chapoteando en el pantano de la corrupción, si no es que ya están.
La agencia oficial de noticias del gobierno alemán, Deutsche Welle, que está difícil clasificarla de conservadora, enemiga de la cuarta transformación, el lunes pasado publicó un reporte titulado “Estudio: los militares acumulan poder y recursos sin precedentes en México”, en el que alerta sobre el peligro que entraña dar tanto poder a las fuerzas armadas y en el resumen inicial ponen: “La militarización alcanza en México niveles récord sin mejorar la seguridad y poniendo en peligro la democracia, advierten expertos en entrevista con DW”. Léalo completo en https://www.dw.com/es/estudio-los-militares-acumulan-poder-y-recursos-sin-precedentes-en-m%C3%A9xico/a-62893517.
Cualquiera pensaría que están encantados de la vida nuestros militares y fíjese que no. No son pocos los rumores y hasta abiertas declaraciones de altos mandos, mostrando su desacuerdo con lo que está haciendo con las fuerzas armadas este gobierno y va a estar difícil que se traguen sin hacer gestos, la embarrada que les ha puesto la Comisión de la Verdad sobre lo de los normalistas de Ayotzinapa, que ya se tradujo en 20 órdenes de aprehensión que incluyen altos mandos militares.
Cuando lo del general Cienfuegos el Presidente dijo de su ronco pecho y después, sin inmutarse se echó para atrás porque nuestras fuerzas armadas no entienden del arte de la grilla y el doble discurso. Cuando dicen no, es no, solo no y sin matices.
La travesura de acusar altos mandos en lo de Ayotzinapa puede ser la gota que derrame el vaso y aliente a algunos militares de alto rango a incursionar en la política (y ahora, dinero les sobra), cosa que no hemos visto desde 1940, cuando asumió la presidencia el general Manuel Ávila Camacho, el último Presidente militar.