Sr. López
¡Nunca te he mentido!, bramó tío Ernesto cuando tía Marita le pidió el divorcio, entre otras razones, porque era un mentiroso contumaz. La tía, con cara de “no lo puedo creer”, le recitó sin tomar aire unas veinte de las mentiras en que le había caído. Y el tío que alegando se trepaba por un chorro de agua, dijo: -Entiende, es por no ser cínico –hay de esos.
Caradura, dice el diccionario, es el sinvergüenza el descarado; hay varios sinónimos pero estos bastan para entendernos: quienes están transformando a México, son caraduras. Y sí lo está transformando, espérese, cuando terminen -si los dejamos-, no vamos a reconocer al país.
Dicho lo anterior, por prudencia, supongamos que la señora Presidenta no es una caradura, lo que nos llevaría a concluir que es la mujer más cándida en la historia de México, y que a pesar de tener desde hace poco más de un año, toda la información sobre los destrozos causados intencionalmente por su antecesor, sigue creyendo en sus patrañas (y no se le olvide que patraña es la invención urdida con propósito de engañar).
Como sea, ayer en su ‘stand up’ cotidiano, le preguntaron sobre su reunión del lunes con quien ya es el nuevo presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), José Medina Mora, y la dama del bastón de caramelo, dijo que la relación con la iniciativa privada seguirá en términos institucionales y añadió con esa su gracia de sepulturero:
“No podemos regresar al pasado de corrupción, de privilegios, donde había un grupo que gobernaba México. México lo gobierna su pueblo. En México quien manda es el pueblo, porque esa es la democracia, esa es la verdadera democracia”.
Por esta ocasión, este su texto servidor, no dirá nada de la parte cómica de la respuesta, eso de que el pueblo gobierna. Atendamos solo a lo primero:
“No podemos regresar al pasado de corrupción (…)”. ¡Ay, señito!, viera usted que nos iba mejor.
Los corruptos de antes no tenían la protección presidencial y… bueno, a querer o no, robaban menos. En ese pasado un asunto como el huachicol fiscal era imposible y nada más en ese chistecito se birlaron 600 mil millones de pesos según informó Grisel Galeano el 3 de octubre pasado, su Procuradora Fiscal de la Federación, suya de usted, doña Sheinbaum, no es dato del Reforma ni de TV Azteca; y por cierto, según doña Galeano, solo se han abierto carpetas de investigación por 16 mil millones (el 2.7%).
Y lo del huachicol fiscal, es apenas una parte. Hay otros enjuagues de plano muy descarados; por ejemplo la Refinería Olmeca (Dos Bocas), que se presupuestó en 8,900 millones de dólares (mdd) y costó 20,959 mdd (un sobrecosto que con dólares de a 18, suma la bonita cantidad de 217 mil millones de pesos); y otra vez, doñita, no es información de Loret sino de Pemex que para conseguir prestado en los EUA, no tiene más remedio que informar a la Comisión de Bolsa y Valores del gobierno de allá (Securities and Exchange Commission); y la Comisión de los EUA no esconde la información, ni la clasifica de seguridad nacional (mala pata, ¿no señito?).
Otro ejemplo de cosas que en ese fétido pasado no sucedían y sí en este luminoso presente, es el Tren Maya que iba a costar 159 mil millones y salió en 540 mil millones, cualquier no se equivoca, digo, nada más 381 mil millones de pesos (de los que 341 mil son de los tramos 5 Norte, 6 y 7, a cargo de los militares, chistocitos).
Podríamos mencionar más casos de esa inocultable corrupción institucionalizada que se instaló en el país desde la llegado del Pejecutivo a Palacio, pero no hay espacio. Quede como resumen que del total de pedidos y contratos, se asignaron a dedo el 80% y que en el primer año de la señora del segundo piso (al 25 de agosto de 2025), de un total de 81 mil 862 contratos, solo 16,856 de han licitado (el 20.59%; o sea, sigue la mata dando).
De veras, señito, esa corrupción de ese pasado, es de niños de pecho junto a la actual, nada más acuérdese usted, mientras recorre sola, muy sola, los pasillos de Palacio, el escandalazo que fue lo de la casa de la esposa de Peña Nieto, que decían costó 7 millones de dólares… y fue la muerte de ese sexenio, de ese Presidente, en cambio a su prócer de Macuspana ni un pelo se le movió por los negocios de los amigos de sus hijitos, nada más le recuerdo el contrato con Pemex de 15 mil millones de pesos, de un amiguete de Andy por la renta a 10 años de un barco.
¿Señora Presidenta, en serio se cree usted lo de la honestidad valiente de su prócer chancla pata de gallo?… piense usted qué justifica que la compra de las vacunas contra el Covid 19, se haya reservado de dos a cinco años. No fueron cuatro pesos, no, fueron 29,880 millones (con dólares de a 18 pesos); y ni la burla perdonó el Pejehová que anunció muy orondo “total transparencia” en esa compra. Claro.
Dejemos lo del saqueo cuatrotero. Pasemos a la otra parte de lo que dijo ayer la dama del ‘stand up’: “No podemos regresar al pasado (…) de privilegios, donde había un grupo que gobernaba México”. ¡Vaya!
En su sexenio el Pejestorio, por sus presidenciales calzones, otorgó a dedo 735 mil 679 millones de pesos a cuatro empresas: CICSA, de Slim; ICA; Mota-Engil y Grupo INDI. Y en su primer año, doña Sheinbaum a esas mismas cuatro les sigue dando chambitas para hacer sus trenes -rutas Querétaro-Irapuato y Saltillo-Nuevo Laredo-: CICSA, de Slim, 31 mil 843 millones de pesos; ICA, 14 mil 676 millones de pesos; Mota-Engil, 26 mil 783 millones de pesos; y Grupo INDI, 12 mil 669 millones de pesos. Eso señora, son privilegios.
Nomás por no dejar, eso de que en el pasado “había un grupo que gobernaba México”, es cierto, sí se acabó, porque hubo cambio de grupo, nada más que, ¡chin, qué pena!, en el nuevo grupo algunos (no tantos, pero no pocos), dice el tío Sam que son cómplices del crimen organizado.
Seguirán mintiendo, no por el gusto de ser desfachatados, sino porque todo en su “movimiento” es mentira.
Dice la Presidenta que no pueden regresar a “ese pasado”, sin ver cuánto daño hacen en este presente.