
Rodrigo Ramón Aquino
Una buena columna provoca, incomoda, abre conversación y obliga a mover piezas antes de tiempo.
El simple acto de nombrar lo que todos piensan pero nadie dice ya pone en juego el tablero. Y si, además, viene respaldado por los dichos del gobernador… más combustible al fuego.
Ayer se incendió la pradera sucesoria. Se destapó la caja de Pandora política en Chiapas.
Y sí, hubo reclamadera. Sobre todo de varones que ya se veían sucediendo. Pero el mensaje fue claro: la apuesta, al menos de momento y de manera estratégica, es por una mujer.
En ese escenario hay dos rutas. La de la lealtad y los méritos en la nueva era. Y la otra, la de los “buenos oficios” de saber a quién agradar en la cúpula nacional. A Sasil casi le sale la vez pasada… sin mover un dedo por Chiapas.
Esta vez, si se trata de hacer historia con una mujer al frente, no puede ser por dedazo ni por relaciones públicas. Tiene que ser por aclamación.
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