1. Home
  2. Columnas
  3. Pablo, librovejero por naturaleza / Al Sur con Montalvo

Pablo, librovejero por naturaleza / Al Sur con Montalvo

Pablo, librovejero por naturaleza / Al Sur con Montalvo
0

Guillermo Ochoa-Montalvo

Querida Ana Karen,

Pablo Pascual Gómez pertenece a la respetable clase de los libreros de viejo, librovejeros, pregoneros de libros, de esos a quienes escuchamos gritar: “¡Pásele, mire, toque, elija y lléveselo; los libros no muerden”. 

Pablo nació para vender libros y con orgullo cuenta su historia.

—Yo he vendido libros sentado en las banquetas, en mercados, en las plazas públicas; en fin, he vendido casa por casa; en las calles de San Cristóbal de las Casas, en las de Tuxtla y donde sea, vendo; bajo la lluvia o al rayo del sol; esa es mi pasión. Lo que me motiva a ofrecer libros baratos es el deseo de provocar el interés de alguien por la lectura, no importa el género, sean de superación personal, de organización laboral, de cómo hacerse rico o la forma de multiplicar su dinero; si quieren leer a Cohelo o a Cortazar, no juzgo; lo importante es que la gente lea porque en este país, el promedio de lectura por habitante es del 0.8%. Lo hago para aportar mi semilla a la esperanza de ver un país combatiendo la ignoranciaa, raíz de la pobreza material, espiritual y cultural.

¿Cómo te iniciaste en la lectura?, le pregunto , Sonríe y responde.

—Empecé a los siete años leyendo las historias de la Biblia. Imaginaba las batallas de los Reyes, las plagas, el éxodo de los judios perseguidos por el Faraón; en fin, esa fue mi introducción a la lectura. De ahí, salté a Kafka devorando El Castillo. 

Cuando Pablo menciona esta obra donde el personaje abandona abandona su patria, su trabajo y su familia para realizar trabajos propios de su profesión, recuerdo que él sale de su casa a los 11 años dejando atrás los paísajes selváticos de Frontera Corozal, su pueblo natal en el municipio de Ocosingo. Quise preguntarselo, pero me abstuve y seguí el hilo de su conversación.

—Mi padre leía y el ejemplo jala. Un día salimos de paseo a internarnos entre los árboles selváticos y las riberas del Río Usumacinta, ahí, en la frontera con Guatemala. Nos sentamos a escuchar la historia de mi padre narrándonos a un hombre hambriento que soñaba con comerse un pavo entero sin compañía alguna. De pronto, se le aparece el ánima de la muerte, quien le entrega un frasquito de agua con la cual podrá salvar vidas a excepecion de aquellas donde la muerte se ubique frente a la cama del moribundo. Aquella historia “inventada” por mi padre, motivó mi interés por la lectura imaginando miles de aventuras. Pasaronm muchos años, para enterarme que ese relato pertenecía a Bruno Traven, autor de Macario. Pero así es la imaginación de los lectores creando mundos nuevos a partir de las historias de otros.

Pablo sonríe, bebe café y en su rostro veo la selva, el Usumacinta, Yaxchilán, Tominá, Bonampak; veo fundida la nostalgia con la esperanza de emprender su misión de motivar la lectura entre la gente.

—Como te comenté, a los 11 años abandoné la casa decidido a darle un rumbo distinto a mi vida deseando leer cuanto libro estuviese a mi alcance. Viví en Jalpa de Méndez en Tabasco y a los 17 años, llegue a San Cristóbal de las Casas durante el movimiento zapatista que viví con intensidad con tanta gente importante. En ese tiempo, el acceso a los libros era más fácil, no tan costosos como ahora. Por desgracia los libros en México son caros , hasta cuatro veces más costosos que en países altamente desarrollados. Mi opción eran las bibliotecas. Ahí nació la idea de intercambiar libros y vender libros usados a muy bajo precio en las calles de Sancris. Cuando había oportunidad, me colaba a las presentaciones de libros para escuchar a los autores y a participantes letrados quienes nutrían mis conocimientos. En una época, las librerías de San Cristóbal de las Casas eran recintos de sabiduría, puntos de encuentro amigables donde la función comercial no era tan importante como el deseo de motivar la lectura.

Hace tres años, Pablo llegó a instalarse en la comunidad de las Tinajas en Comitán. Mónica lo alcanzó hace un año y apenas en el 2025, se les unió su hijo Gandhi inciando la venta de libros a través de las plataformas del WhatsApp y Faceboock, De eso nos comenta.

—Al leer las reseñas de libros publicadas en Internet descubrimos que la mayoría contenían fichas técnicas poco atractivas. Nosotros deseabamos presentar los libros con su sinopsis, reseñas motivacionales, comentarios inspiradores, recomendaciones para lectores inciados, intermedios y avanzados. En la colonia obtuvimos unna gran respuesta y de esa manera saltamos a los Bazares en otros barrios como el de Guadalupe, San Sebastián, San Caralampio y en fin, el resultado fue positivo. La gente encontraba una alternativa viable al alcance de su bolsillo.

—Pablo, hay personas deseosas de leer, pero no saben qué libros elegir. Es necesario que alguien los guíe…

—En efecto, guiar a los lectores es indispensable. Para ello, desde la LIBRERÍA LA RUEDA DEL HAMBRIENTO trabajaremos en recomendaciones para diferentes gustos y tipo de lectores. Somos respetuosos sin imponer nuestras preferencias. Ya sabes, en gustos, se rompen géneros.

—El proyecto de la Librería es bastante ambicioso, coméntame acerca de la Librería que inauguran este sábado 4 de octubre en La Pilita.

—Todo se alineó de pronto. Asistimos el 25 de mayo al homenaje a Rosario Castellanos y ahí, nos surgió la iniciativa de establecernos en un local donde podamos combinar la venta de libros usados con una serie de actividades culturales: círculos de lectura, presentación de libros, promoción de autores comitecos y chiapanecos; talleres de creatividad literaria; clubes infantiles de lectores; exposiciones de artes visuales; performance e intercambio de libros como los que se realizan en los pasillo del Centro Cultural Rosario Castellanos. Nos dimos un plazo de un año para establecernos en forma, pero como uno genera lo deseado, el sueño se nos cumplió con anticipación.

—Sarita, nuestra amable casera deseaba rentar el local para actividades culturales y justo, nosotros cumplíamos con ese requisito. Ahora estamos en la tarea de adecuar espacios, acomodar libros, decorar y ya sabes lo que implica esa tarea. Es como estrenar casa. Ponemos todo nuestro entusiasmo en esta Librería y para nosotros es un sueño realizado.

Pablo contagia su entusiasmo de librovejero y nosotros lo festejamos como una cuestión de amor.

​​

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *