+ Luz para ellos en el paraíso eterno de Dios…
+ Nunca mueren en nuestra memoria…
+ Lloro y elevo una oración por su paz…
+ Palabras, amor, sentimiento y evocación…
Ruperto Portela Alvarado.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- “Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando como se pasa la vida como se viene la muerte”. En las palabras hay sortilegio con la muerte después de la vida y la vida va junto con la muerte desde nuestro nacimiento.
Queremos vivir, pero tenemos que morir. Festejamos el día de muertos y al parecer nos burlamos e ella. Todo es cierto, pero solo cuando la muerte es lejos de nosotros y fuera del seno familiar que nos abriga. En fin, hoy es “Día de los Santos Difuntos” y como todo en México, se celebra con cánticos, alegría y el disfrute de las “bebidas espirituosas” en un romance con la “calaca huesuda y flaca” que tarde o temprano habrá de alcanzarnos.
Entre lo alegre y funesto que algunas veces resulta el acontecimiento, esta vez llevamos cinco días de un largo puente de asueto laboral y “Días de Muertos” que hoy termina; y, por lo tanto, hago esta remembranza de “Oración y Recuerdos por Mis Muertos”. Luz para ellos en el paraíso eterno y siempre porque nunca mueren en nuestra memoria. Por eso y por muchas cosas más que están en mi corazón, hoy,
“LLORO POR MIS MUERTOS”.
Lloro en silencio y sin lágrimas.
Solo escurre por mis mejillas,
El agua que me baña el cuerpo.
Solo, en el umbral del baño;
Solitario, todas las noches,
Me vienen los recuerdos
De mis queridos muertos.
Éramos, una familia de diez;
De doce con mis padres;
Menos ella, Gracielita,
Que se nos fue antes del amanecer,
En la alborada de su vida.
Mamá Goya, Gregoria Alvarado
Valerio;
Papá Cele, Celedonio Portela
Sánchez.
Los dos grandes pilares
Que no alcanzaron a ver,
El fruto de sus entrañas;
Sus hijos realizados.
Me cae el chorro de agua
Y a la vez el torrente de
Recuerdos de mis padres,
Y hermanos idos.
Cecilio “Chilo” Portela
Alvarado.
Aquel niño alegre y precoz,
De juventud dedicada al trabajo,
Se nos fue el 4 de abril de 2010,
El mero día del cumpleaños
De mi hija Ana Lilia.
De Chilo guardo el recuerdo,
Del apoyo que nos dio a todos.
Fue el hermano amoroso;
Qué más puedo decir,
Quererlo y extrañarlo.
Mario, el extraño hermano
Solitario;
El que siempre jugó
Sus cartas solo;
Con la libertad del águila
Que vuela
y desciende al atardecer.
También te nos adelantaste
En el camino,
Un 26 de enero de 2015.
Gabriel, el infalible “Gaby”;
El hombre alegre y
Desenfadado.
Popular entre la tropa,
Como la Adelita.
Romántico, dicharachero,
Cómo su propio nombre
De batalla lo delataba:
Wilibaldo Alfredo Epitacio
Gabriel Matías José.
Bailar era su gusto
Y cantar su devoción,
Porque fue su vida
Pura, llena de pasión.
Luz que se fue apagando
Con la agonía de la vida;
Pues todavía recuerdo
Aquel 9 de marzo (2017)
En que me avisaron
Que te nos habías ido.
No sé si lloro,
Pero las gotas del agua
O el chorro de la regadera,
Simulan mis lágrimas.
Lloro a mis muertos;
Los recuerdo
A cada instante.
Hoy que están distantes
Sé cuánto los he
Querido;
Pero lloro
Ahora que han partido…
Dejo un poco la vida cuando sueño que los estoy mirando; dormido y pensando que no se han ido.
MORIR DURMIENDO…
Dormir es Gozar,
Sentir el
Sueño… la vida.
El dulce placer
De la muerte…
Solo, por un instante
inerte.
El arrullo,
El vaivén
De la vida
Que reconforta
El placer
De dormir.
Que alimenta el cuerpo,
El alma,
El sueño celestial.
Sentir el descanso,
Volver las fuerzas;
Levantar el cuerpo.
Porque,
Dormir es morir,
Vivir al mismo tiempo,
Nuestros sueños
Y recuerdos.
Pues siento que los tengo junto a mí con el amor y la pasión que un día disfrutamos con fuerza,
DEL ALMA VIVA…
No quiero flores
Ni homenajes
Cuando muera.
No más lutos
Ni tristezas;
Que en la vida
De felicidad
Me invadieron.
Quiero luz,
Alegría
Y consuelo;
Alimento sublime,
De fuerza, vigoroso
Que la vida y Dios
Me entregaron
Jubiloso.
Pues en la nostalgia de haberlos perdido en el camino, solo me queda decir que cuando yo me vaya y los alcance, no quiero,
SIMPLEMENTE NADA…
Cuando oigo el ruido del silencio,
Me despierta el rumor de ultratumba;
Te llamo con gritos que no se oyen;
Te pierdes…
Y las olas de la vida
Qué retumban.
No estás,
Porque ya no existes;
Te haces presente,
Solo en mi mente.
Acaba,
Con lo que no empezaste
Nunca:
Termina,
Con lo que nunca construiste.
Y así, en ese camino que todos habremos de recorrer, pasamos por cada una de,
LAS ESTACIONES DE LA VIDA.
Sol de Primavera
Que ilumina mi presencia.
Alegría de Verano
Que estimula mi esperanza.
Experiencia del Otoño
Que aclara mi destino.
Blanca tranquilidad de Invierno
Que se aloja en tu aposento,
Que confirma mi esperanza
Y que cumple mi destino.
Somos luz y sombra,
Rocío y viento;
Alma y carne,
Que se lleva el tiempo.
Lo sé también, que en un momento nos alejamos tanto que el encuentro será en cualquier instante. Estamos a la distancia, pero a la vez tan cerca, porque el umbral de la vida y la muerte es solo una delgada línea que nos separa el tiempo. Puedo decir, que “no le tengo miedo a la muerte; Si no a no morir tengo miedo”, porque el fin de la felicidad será el dolor del sufrimiento.
Un día más de celebración, de tristeza, de pesar por “los nuestros idos”; aunque nos queda el consuelo y la resignación de que en el mundo del misterio y lo desconocido, quizá, habremos de reencontrarnos, si es que existe ese paraíso sin dolor y sin sufrimiento que nos han ofrecido… RP@.
LUZ PARA AQUELLOS QUE SE NOS ADELANTARON EN EL CAMINO…