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OPINIÓN | Chiapas en caída libre

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Jorge López Arévalo y Baltazar Mayo Mendoza [1]
Chiapas y su folclore se recrean cada 6 años, es el mismo libreto, solo que ahora se ha adelantado, muchos funcionarios del gobierno andan en campaña. Parece, Narnia, tierra de fantasía y magia creada por C. S. Lewis e ilustrada por Pauline Baynes, y poblada por animales parlantes y criaturas mitológicas que se ven envueltas en la eterna lucha entre el bien y el mal. Aslan, el legendario león creador de Narnia, se constituye como el auténtico protagonista de todos los relatos.

Nada más que aquí casi siempre gana el mal. No puede ser que se haya dado el saqueo más grande de la historia de México y nadie ve nada, no hay responsables del saqueo de recursos superiores al Plan Marshall. La ceguera no se quita, se habla de los Duartes, Yárrington, Padrés, Borges y otros, pero no de Chiapas. Nosotros nos hemos pasado años arando en el mar, alertando por todos los medios a nuestro alcance, a riesgo de nuestra seguridad personal y familiar, y nadie nos hace caso. En Chiapas a lo largo de estos años se ha cometido el fraude del siglo con las transferencias y participaciones federales, y es por ello, que la economía no crece, ya que el gasto público creciente ha tenido un escaso efecto multiplicador.

En una publicación de mayo de 2015 Baltazar Mayo señalaba que en 2015 la actividad económica de la entidad podría caer -3.1%, (http://www.chiapasparalelo.com/opinion/2016/05/la-actividad-economica-de-chiapas-en-2015/) y hace unos días el INEGI publicó los resultados oficiales del PIB en el Estado y muestran que la actividad económica cayó -3.3%, la peor en los últimos 12 años. Con este resultado el actual gobierno promedia un crecimiento negativo de -0.6%, lo cual quiere decir que cada año la riqueza generada en la entidad es cada vez menor y no es suficiente para asegurar el nivel de bienestar de muchas familias chiapanecas.

En el sector primario (agricultura, ganadería y pesca) donde se emplea más del 30% (734,687) de la población económicamente activa. El sector, en 2015 también retrocedió -0.5%, acumulando con esta cifra dos años consecutivos de caída. En 2014 retrocedió -6.7%, la más pronunciada en los últimos ocho años.
La riqueza generada en Chiapas durante 2015 fue valuada en 293,793 millones de pesos. Esta cifra per se pareciera muy grande, pero si lo comparamos respecto a la riqueza total del país (17.1 billones de pesos), apenas representó 1.72 %, lo cual quiere decir que de cada 100 pesos que se generó en el país el Estado apenas aportó $1 con 72 centavos. La Ciudad de México, los estados de México, Nuevo León, Jalisco, Veracruz y Guanajuato generaron en conjunto la mitad de la riqueza nacional. Por eso no son de extrañar los comentarios respecto a que Chiapas es una entidad fuertemente subsidiada por otros estados que sí están creciendo económicamente y produciendo riqueza, en cambio aquí la producción es tan magra que se crea y reproduce pobreza.
La aportación de la entidad a la riqueza nacional desde 2011 viene cayendo, y el año pasado fue el menor valor obtenido en los 10 años recientes.

Si comparamos respecto al estado de Querétaro, una de las economías emergentes con altas tasas de crecimiento, en 2003 Chiapas aportaba a la riqueza nacional 1.91% y Querétaro 1.71. Doce años después esta cifra se ha invertido, pues Querétaro en 2015 generó 2.35% de la riqueza nacional y Chiapas sólo 1.72. Sin embargo, éste tiene 5’252,808 habitantes y Querétaro apenas 2’004,472 habitantes, es decir apenas el 38.16 por ciento de la población de Chiapas.

La consecuencia directa del empobrecimiento estructural en el estado es que hoy hay 1 millón 654,400 personas viviendo en pobreza extrema. Esto es, disponen de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicasen por completo a la adquisición de alimentos, no podrían adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana. No obstante que en los 10 años recientes los recursos de la federación para combatir los grandes rezagos sociales (ramo 33) han pasado de 21,439 millones de pesos en 2005 a 57,368 millones en 2015, con una tasa de crecimiento promedio anual de 10.3%. El tamaño de estos recursos es muy grande si lo comparamos respecto al total de la riqueza generada en Chiapas. En 2005 el total de recursos por este rubro representó el 13% del PIB y 10 años después 20.

Y la pregunta que todos los chiapanecos nos hacemos es: ¿A dónde han ido a parar tantos recursos públicos? La respuesta es tan simple, la corrupción. En Chiapas se ha invertido en transferencias y participaciones federales de 1995 a la fecha más recursos en dólares actuales que los del Plan Marshall para reconstruir Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, Chiapas está peor que en 1994, el parteaguas con el movimiento zapatista.
A dos años de que acabe esta administración, quienes han ocupado los principales puestos de gobierno están activando toda la maquinaria electoral para atraer los votos necesarios y mantener el status quo, creyendo que haciendo lo mismo van a obtener resultados diferentes, que Chiapas debería seguir siendo el estado más pobre para recibir mayores recursos públicos que fácilmente se puede desviar a otros fines.

“Chiapas está en el cuarto lugar con el mayor monto de presupuesto federal bajo la lupa de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), con 114 acciones en seguimiento, que implican tres mil 785 millones 300 mil pesos, a ella le sigue Tabasco que gobernó Andrés Granier y que ahora administra Arturo Núñez, pues suma 140 acciones en seguimiento, que representan tres mil 546 millones de pesos” (Excélsior, 10/01/2017).

Chiapas se ha empobrecido en la actual administración, lo cual se puede ver en términos del PIB per cápita de 2012 y el empequeñecimiento del que tenemos en 2015. Es decir, a cuatro años del gobierno de El Güero los resultados en materia de PIB por habitante son peores que en los de Juan Sabines Guerrero, que ya es decir mucho. Éste recibió en 2006 un PIB per cápita de 43,882 pesos de 2008 y en 2010 tenía uno de 44,996, en cambio Velasco recibió uno de 45,904 pesos y tiene en 2015 uno de 43,329 e incluso inferior a la distancia de PIB per cápita que tenía Chiapas en relación al resto de México en 1900, hace más de un siglo.

Chiapas requiere un cambio, pero no vendrá solo. La economía lo demanda, aunque eso no se define ahí, sino que es un problema de correlación de fuerzas en el terreno de la política. Las élites de Chiapas no tienen intención en cambiar las cosas, pues le es funcional el modelo actual, les permite apropiarse de la renta pública para los pobres, mientras más haya, mejor para ellos. Es lo que llamamos política Hood Robin, el reverso de Robin Hood, quien robaba a los ricos para dar a los pobres, aquí los recursos federales que llegan son del resto de los mexicanos, en el que también hay muchos pobres, pero van a parar con los poderosos chiapanecos. Es decir, si un trabajador formal de Nuevo León o la Ciudad de México paga impuestos, éstos son transferidos en parte a Chiapas, pero lejos de servir a que los pobres dejen de serlo, van a parar a las élites locales.

En Chiapas se siente una anomia social, incluso hay problemas de despidos masivos en el sector público, falta de pagos a proveedores y trabajadores. En muchas dependencias, como nunca, no se pagó el aguinaldo en tiempo y forma, como sucedía en otros años. No hay justificación ya que Chiapas es de los estados más subsidiados del país. Es un atraco en despoblado. Y mientras tanto fue viral la noticia de niños comiendo en el basurero de Villaflores. Chiapas no es una flor al viento, como decía el poeta Enoch Cancino Casahonda, sino una herida abierta.

Se ve que hay una refeudalización de Chiapas y las élites se han distribuido el dinero público que comenzó a fluir desde el levantamiento zapatista; han saqueado las arcas públicas. Es decir, las élites chiapanecas han sido beneficiadas. Los indígenas por lo que se alcanza a ver con los indicadores y al recorrer sus pueblos no, han sido los perdedores, los de siempre. Chiapas tiene gobiernos mediáticos que dan idea que todo va bien, pero al rascarle un poco se da uno cuenta de que es como la tierra de Disney: todo muy bonito en el discurso, pero construido de cartón. Los cimientos están muy frágiles mientras que las paredes y el techo son muy vulnerables y tiene goteras por todos lados.
Economistas chiapanecos.

[1] Jorge López Arévalo es doctor en economía por la Universidad Santiago de Compostela, España y  Baltazar Mayo Mendoza, maestro en economía por la Universitat de Barcelona, España.

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