Florentino Pérez Pérez
Al entrar en un libro, al empezar a leer un libro
uno entra en otra vida, y en otra vida de uno.
Así como cuando se queda dormido,
se despierta al sueño. Soñar es despertar.
Cuando uno entra en un libro se vuelve a animar.
Puede estar tendido, y puede estar tendido
espiritualmente, de alguna manera derrotado,
desanimado, y resucita en otro lado.
Cada libro es una segunda oportunidad para el lector.
Al leer la primera oración de un libro, algo se abre.
Raquel Garzón
La poesía es olvidar, para poder recordar, escribió Paul Valéry. En efecto, recordar para nombrar lo que fuimos y somos; los territorios que nos vieron nacer; la morada que habitamos y nos habita; los aromas de la infancia y la evocación de los padres y hermanos; los sueños y anhelos profundos; las frustraciones y deseos, así como los amores y desamores que pautaron nuestras existencia remota y cercana y configuraron la educación sentimental.
Todo este universo está en la narrativa del poeta Uvel Vázquez que, con la fuerza de su palabra, la armonía de la música de su poesía, recrea el mundo, despiertan las emociones dormidas y sensibiliza nuestra relación con los otros y nosotros, en esta sociedad posmoderna, cosificada e individualista que está depredando la vida e imaginación y también al pensamiento.
Uvel Vázquez, oriundo del municipio de Jiquipilas, es un ser que ha sobrevivido a las calamidades de su tiempo y de la vida; un ser de la especie del homo sapiens que está en peligro de extinción. Cree fervientemente en la importancia de la palabra y la lectura para enriquecen nuestro lenguaje y mundos reales y simbólicos, para ser y estar gozosamente en el mundo y poder recrear las cosas cotidianas que se vivieron y se viven traduciéndolas en relatos poéticos.
Conocí a Uvel Vázquez en mil novecientos ochenta y tres. Llegó a formarse como lector y escritor en la carrera de Letras latinoamericanas, en la Facultad de humanidades de la Universidad Autónoma de Chiapas. Tímido, pero sociable, de carácter afable, caminar sereno y mirada, Uvel Vázquez dio sus primeros pasos como escritor, que describe las cosas del mundo terrenal. Al evocarlas señala: “acompañaba a mi padre a la milpa. Aprendí a sembrar frijol, cacahuate y algodón, a manejar el machete, el arado, la cultivadora, a uncir los bueyes y a manejar la carreta. Me alegraba la cosecha y también me daba profunda tristeza”. Un día decidió dejar atrás la tristeza, y emprendió el camino a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez. Ahí empezó a construir otros horizontes de vida.
Loa paisajes de la infancia se fueron quedando en la lejanía, pero también en la memoria. Uvel Vázquez empezó a aprender otro oficio en la universidad: leer, manejar el lenguaje y a escribir y disfrutar la poesía.
Leer le posibilitó escribir libros, entre otros, ha publicado, Paradigmas de un mismo paisaje, Plática inconclusa, Relojería erótica y ¿El poeta? Ejercicio del absurdo, Recomendaciones para matar la tristeza y Prohibidas anáforas. Además, tiene varios textos inéditos, entre ellos Preámbulo del alba, La muerte de Clara Isabel, y un libro de cuentos y canciones.
El poeta sevillano Cernuda se pregunta si le ha cerrado la puerta a la memoria y a la realidad, para adentrarse a dónde habite el olvido. Escribe: ¿He cerrado la puerta? /El olvido me abre sus desnudas estancias grises,/ blancas, sin aire.
A diferencia de Cernuda, Uvel Vázquez no sabe olvidar su origen ni cerrar la puerta a su pasado; al igual que André Breton piensa todo lo contrario, que uno despierta cuando empieza a soñar la vida vivida. Y Uvel Vázquez empezó a evocarla, a dibujarla y recrear el mundo lejano y cercano en sus poemas que nos dona, donde inevitablemente existe las sombras de su andar por la vida, que los alumbra y desvanece las sombras de la tristeza. Está, también, la música de los versos armoniosos del universo literario y las lecturas que lo acompañan, estableciendo un diálogo sublime con la realidad, los sueños y recuerdos, pero sobre todo con el deseo de seguir viviendo.
En la obra poética de Uvel Vázquez hay erotismo que transforma y trastocar la falsa moral que nos impone el poder hegemónico, la prohibición del goce y del disfrute del cuerpo y la vida que provoca la transgresión. El afán de normar, deviene en un placer poético de pecar.
Se están cumplido seis décadas de la fecunda vida del poeta Uvel Vázquez. Los celebra con la fiesta de la palabra, la imaginación y la recreación de mundos reales o imaginarios.
Felicidades querido y estimado amigo Uvel Vázquez. Larga vida a la palabra, escritura y a la poesía que escribes.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Julio 28 de 2025.