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Ojalá nos equivoquemos

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Juan Carlos Cal y Mayor

GERMAN MARTINEZ
Como panista conozco a German Martínez de hace muchos años. Lo he tratado ocasionalmente, pero conozco bien su pensamiento a través de su actuar político, sus comentarios y entrevistas, pero sobre todo sus textos publicados. Me pareció innecesaria su renuncia a la presidencia del PAN –hace 9 años- después de una elección intermedia en que asumió culpas por derrotas que no le correspondían del todo. Respetable su retiro como una decisión de vida y su entrega a la academia como director de la facultad de Derecho en la Universidad La Salle. Tampoco le ha ido mal porque instaló un despacho jurídico en el que litiga buenos asuntos desde hace años. Que yo sepa, no intentó regresar a la política activa dentro del PAN y nadie le ha cerrado los espacios para hacerlo.
Sigo sorprendido por su sorpresiva decisión de aceptar una senaduría plurinominal por Morena y el estar literalmente llamando a creer y votar por Andrés Manuel López Obrador. Sigue sorprendiendo por insinuar que Amlo lo tomó en cuenta, cuando bien pudo seguir participando para cambiar las cosas que no le gustaban dentro del PAN. Pese a ello se sintió elogiado cuanto en un primer intento le ofrecieron ser fiscal general del nuevo gobierno morenista, propuesta que al parecer canjeó por un cargo plurinominal y absolutamente asegurado en el senado. Gane o pierda Amlo, él ya está dentro y de regreso a las ligas mayores de la política.

LA CRITICA
Esto viene a colación por mis reiteradas críticas a ideas, propuestas y a ciertos rasgos psicológicos característicos de la personalidad de quien aspira a dirigir los destinos del país. Yo ya comenté en un texto anterior que en el 2012 voté por Amlo en el ejercicio libre, secreto de mi voluntad ciudadana, al ver que Josefina Vázquez no repuntaba y pensado que el regreso del PRI sería lo peor que le podía pasar al país después de 70 años de hegemonía de este partido en el poder. Después me arrepentí. El PAN sanciona con la expulsión de sus filas a quienes hagan campaña por otros partidos políticos y sus candidatos lo cual me parece correcto. Cosa distinta es el fuero interno donde yo en lo personal he votado indistintamente por candidatos que considero personas buenas sin importar su filiación política. En el 2012 no he estuve de acuerdo en la forma en que literalmente impusieron a Nivón como candidato del PAN a la gubernatura de Chiapas, pero esa es otra historia. He colaborado por dos sexenios con gobiernos emanados de otros partidos en Chiapas, pero los estatutos del PAN lo permiten, por lo que no los he contravenido y tampoco he renegado de mi filiación a un partido en cuyos principios de doctrina creo firmemente y en cual permanezco activo ejerciendo mis derechos como militante.

EL POPULISMO
Me preocupa sinceramente que las ideas en materia económica propuestas por Amlo pongan en riesgo la estabilidad financiera del país. Más gasto público en políticas paternalistas que ya probaron su fracaso en el pasado. Ideas obsoletas que pueden revertir lo que por muchos años ha costado construir como el TLC y la apertura comercial de México en el mundo. La inversión privada en el sector energético para detonar nuestras potencialidades y dejar de ser rehenes de una empresa incompetente y arcaica como Pemex con el garlito de que no pertenece a todos los mexicanos como si recibiéramos en un cheque las utilidades que genera. Por el contrario, pienso que su sindicato así como los sindicatos magisteriales han secuestrado al país. Esas ideas de la izquierda defendidas a capa y espada han retrasado el crecimiento. En la educación pública, por anteponer ante todo los derechos laborales de manera violenta, han condenado a la mediocridad a millones de mexicanos provocando la proliferación de escuelas privadas. Es el estado quien debe proteger el derecho de los ciudadanos a una educación de calidad tanto pública como privada, pero el magisterio se ha convertido en una fuerza política que primero secuestró al PRI y después ya como partido optó por negociar los privilegios gremiales como sucedió con Fox y Calderón. Como esas, muchas propuestas más con las que no estoy de acuerdo y no creo que beneficien a México.

LA PERSONALIDAD
Otro punto aparte es la personalidad de un candidato como Andrés Manuel, que con sus invectivas ha polarizado a la sociedad mexicana y nos ha dividido entre buenos y malos sin respetar el derecho a la discrepancia. Una característica del Movimiento de Regeneración Nacional es la inoculación de un germen violento en sus seguidores que recurren al insulto y la descalificación de quien no piensa igual que ellos. Ciertamente ha habido una mutación en el discurso de Andrés Manuel a lo largo de 3 campañas electorales. Ahora se ofrece el perdón y la reconciliación pero sólo como discurso y no como plataforma de campaña o plan de gobierno. No quiero creer en quien ha mandado al diablo a las instituciones, descalificado a los ministros de la corte o los altos mandos del ejército. En quien piensa que un buen salario para quienes tienen alta responsabilidad en el manejo de los recursos públicos –más allá de los privilegios- debe reducirse como si fuera indebido. La “honrada medianía” a la que se refería Juárez nunca significó salarios mediocres para sus ministros.

EL REDENTOR
No tengo ninguna animadversión personal contra Amlo. Pero pienso que antes de redimirnos debe redimirse. Me preocupa que la falta de fortaleza institucional del país no resista a la conducción arbitraria de un liderazgo que no tolera la disidencia, la crítica y los contrapesos necesarios que son propios de una República. Que piense que encarna los Sentimientos de la Nación pero no actúe como Morelos quien se declaró su Siervo y dejó en el Congreso de Apatzingan la consagración de los derechos constitucionales, sin ocupar un cargo ni autoproclamarse Emperador como Iturbide o “Alteza Serenísima” como Santa Anna. Tampoco perpetuarse hasta la senectud y el otoño de su vida como Porfirio Díaz.

LA DESCONFIANZA
Son muchos los intelectuales, políticos, analistas y periodistas quienes piensan que la formación intelectual, académica, el talante y la personalidad de Andrés Manuel representa un riesgo para la institucionalidad, las libertades, la economía y de ahí las comparaciones con regímenes como el de Venezuela y otros gobiernos populistas y dictatoriales. No comparto la idea de que el futuro se construya a partir del enojo, el odio y el resentimiento social.

LOS CHIAPANECOS DE MORENA
En contraste confieso tener amistad con Pío López Obrador y ya no se diga otras personalidades de la política chiapaneca como Plácido Morales, Carlos Morales y Zoé Robledo. Los considero chiapanecos de buena cepa, con profundo amor a nuestro estado; aunque pensemos diferente. Es a partir de la diversidad como se construye. No creo en el pensamiento único, ni en las profesiones de fe.

RUTILIO, EL CANDIDATO
Un caso particular es el de Rutilio Escandón, el candidato de Morena al gobierno de Chiapas con quien me une una amistad de muchos años y al que considero una persona decente y bien intencionada. Muy lejano a las descalificaciones de que ha sido objeto, infundadas, pero que también demuestran el temor por su clara ventaja al arranque del proceso electoral.

EL PRONOSTICO
Cierro mi análisis con la consideración de que ha así como Amlo tiene una ventaja y un voto duro que lo puedo llevar a la presidencia, también somos más los que pensamos diferente y nos sentimos agraviados por los autómatas seguidores morenistas coprolálicos a la menor provocación. Esa preferencia hoy se la disputan Ricardo Anaya y José Antonio Meade. A cambio de no tener segunda vuelta electoral, las encuestas pueden ser el indicativo de un voto útil que modifique los pronósticos.

OJALÁ NOS EQUIVOQUEMOS
En la democracia se gana y se pierde. Si gana Amlo, ojalá yo y muchos de los que pensamos los mismo nos equivoquemos. Ojalá que Silva Herzog, Denise Dresser o Enrique Krauze también estén equivocados. Ojalá que los presagios y malos augurios no se conviertan en realidad.

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