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Nueva ‘bomba’ tras caso Mariana amenaza a rectoría de la Unach / En la Mira

Nueva ‘bomba’ tras caso Mariana amenaza a rectoría de la Unach / En la Mira
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Héctor Estrada 

Una nueva bomba está a punto de estallar al interior de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) que involucra de manera directa al aún rector Carlos Natarén Nandayapa y al controversial caso de la estudiante de medicina Mariana Sánchez, asesinada a principios de año, en medio de la omisión, indiferencia y negligencia de las autoridades de salud y la propia institución universitaria. 

Y es que, lo que parecía un asunto cerrado de manera parcial está por ventilar otra cadena de abusos cometidos a consecuencia del mismo. Las represalias emanadas desde rectoría en contra de quienes, desde el interior de la universidad, apoyaron al movimiento feminista que exigía justicia por Mariana siguen en pleno proceso silencioso.

Lo que las autoridades han querido ocultar de manera sigilosa es que tras concluir el semestre pasado iniciaron un proceso de “persecución simulada” contra los docentes y administrativos que se atrevieron a firmar documentos en favor de las estudiantes huelguistas. Muchos académicos, mayoritariamente mujeres, fueron hostigadas por allegados a rectoría para detener el respaldo público a las estudiantes.

Las amenazas respecto a la implementación de supuestas investigaciones administrativas corrieron como advertencia entre pasillos, por lo que muchas docentes decidieron replegarse y guardar silencio. Sin embargo, la “venganza fácil” terminó con consumarse en el eslabón más débil. Así, a finales del mes de julio varios de los docentes de contrato que firmaron el pliego petitorio en apoyo a la exigencia de justicia para Mariana fueron notificados de sus despidos.

A ellas y ellos simplemente les avisaron que ya no serían contratados para el siguiente semestre, bajo el argumento de que no había más horas disponibles para ellos. Con otros tantos ni siquiera hubo la cortesía de informales de la no recontratación. En varios de los casos fueron académicos que tenían siete o más años prestando sus servicios de docencia para la universidad. Su delito fue haber firmado el documento de respaldo a las alumnas. 

Aunque durante los últimos dos meses hubo silencio respecto al caso, el asunto apunta a estallar nuevamente al interior de la Autónoma de Chiapas; sobre todo en facultades como Humanidades donde ya se han documentado las evidencias de semejantes irregularidades ejecutadas por los directores, pero orquestadas desde rectoría, según evidenciasde documentos y testigos dispuestos a romper el silencio.

Y el escándalo no sería para menos. Una denuncia pública de los acontecimientos en próximos días, con nombres y apellidos, revelaría la simulación y “falso arrepentimiento” que se orquestó desde la Colina Universitaria; pero sobre todo la persecución que se ejecutó en silencio contra el personal académico, la mayoría mujeres, que apoyó la lucha estudiantil contra las omisiones y negligencias institucionales que abonaron a la muerte de Mariana Sánchez.  

Es así como lo que parecía un caso cerrado, y bastante bochornoso, para Carlos Natarén podría reavivarse en cuestión de días. Lo sucedido con Mariana durante la primera mitad del presente año no sólo dejó expuestas las deficiencias universitarias en materia de seguridad para sus estudiantes de servicio social o la evidente impunidad en los casos de violencia de género cometido contra alumnas, sino también la intolerancia violenta y silenciosa que se ejerce contra ellas y quienes las apoyan abiertamente… así las cosas.

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