Juan Carlos Cal y Mayor
Tengo más de tres años de venir observando a un personaje llamado Javier Milei, el ahora candidato presidencial de Argentina que llegó a la recta final a celebrarse el próximo 19 de noviembre. Gracias a los algoritmos de las redes sociales (YouTube en particular), pude dar seguimiento los distintos programas en la televisión en donde participaba un personaje singular, maestro en economía, liberal a más no poder y disruptivo con críticas frontales al fracaso del populismo, socialismo o comunismo, que para el caso es lo mismo.
ZURDOS
“Zurdos de mierda“ es uno de los tantos adjetivos con los que ha criticado al peronismo, el kirchnerismo y las políticas estatistas que tiene sumido en la miseria a ese hermoso país que es la Argentina, ahora en su calidad de candidato no lo hace. Ese panelista que hizo de sus entrevistas y debates, clases de economía básica para explicarle a los argentinos el porqué de la hiperinflación, el endeudamiento, el incremento de la delincuencia y el empobrecimiento, no imaginó qué, de la nada, acumularía la simpatía lo mismo de los más jóvenes y las clases populares que de los empresarios y agricultores.
LA ESCUELA AUSTRIACA
Por Javier Milei me interesé por estudiar a los economistas liberales de la escuela austriaca a la vez de aprender de mi querido amigo y maestro José Antonio Molina Farro, quien fue premio nacional de economía, un político de larga data, pero sobre todo un intelectual fuera de serie, una rara avis de la política chiapaneca. Y es que toda una generación de mexicanos se adoctrinó con Marx, se apasionó con la revolución cubana y endiosó a Fidel Castro y el Che Guevara. Primero los clásicos Adam Smith, John Locke, Jean-Baptiste Say, Thomas Malthus o David Ricardo y la escuela austríaca Ludwick von Mises, Carl Menger o Friedrich von Hayek. Además, la escuela de Chicago con el nobel Milton Friedman y escritores liberales más contemporáneos como Murray Rothbard, Thomas Sowell y Deirdre McCloskey.
EL PENSAMIENTO LIBERAL
El pensamiento económico liberal promueve la libertad económica y está en contra de la intervención del Estado en la economía. Más allá de los abusos en la dictadura de Pinochet, reprobables como en cualquier otra, los jóvenes chilenos de la escuela de Chicago y alumnos de Milton Friedman idearon la política económica que colocó a Chile en el camino de la prosperidad económica. La pobreza disminuyó al 9%, cifras equivalentes a las de los países más desarrollados de Europa. Un caso excepcional en América Latina imbuido entre dictaduras militares y modelos estatistas campeones del atraso y democracias inestables.
LOS POPULISTAS
La contraparte ha sido el fracaso de Cuba y el socialismo del siglo XXI, en Venezuela con Hugo Chávez, más de los mismo, que llevaron a sus países a la miseria y son los mayores expulsores de migrantes en busca del sueño americano capitalista. Desde ahí se exportó el socialismo que llevó al poder a más gobiernos de izquierda, sumando a Bolivia, Brasil y hasta Chile. Ecuador se logró librar del demagogo Rafael Correa y ha colocado recién a un joven empresario en el poder.
LA PRIMER VICTORIA DE MILEI
En plena expansión de los gobiernos populistas surgió el liderazgo de Javier Milei en Argentina. Una esperanza contra el hartazgo y el fracaso del actual presidente Alberto Fernández. Fue así que Milei sorprendió ganando la primera etapa de las elecciones llamadas las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) por encima de Massa el candidato oficial y Patricia Bullrich la candidata de la centro derecha tradicional que agrupa a varios partidos. Hasta ahí los resultados resultaron creíbles y acordes, incluso por encima de los sondeos de opinión. En ese momento el oficialismo prendió los focos rojos y aplicó un plan que incluyó el aumento de dinero en apoyos sociales, la reducción de impuestos en algunos sectores, un, eso sí, fallido control de precios, además de una campaña mediática inmisericorde para destruir a Javier Milei haciendo parecer como una persona inestable emocionalmente y con ideas radicales.
ALLÁ NO TIENEN UN INE
Por increíble que parezca, en Argentina no existe un organismo autónomo del gobierno como nuestro INE. Las elecciones son organizadas por la Dirección Nacional Electoral (DINE), que depende del Ministerio del Interior, es decir el Gobierno quien es responsable de la compra de material electoral, la impresión de los padrones, la realización del escrutinio y el conteo de votos. Todo apunta hacía un megafraude por los resultados que inflaron a Massa por encima de Milei después de que el primero casi queda en tercer lugar en la primera vuelta electoral. Muchos argentinos denunciaron trampas durante la jornada de votación. Por ser un partido con menos de 2 años de creación, no tuvo representantes electorales (fiscales les llaman) en muchísimos centros de votación.
OPOSITORES ALIADOS
Apenas pasaron las elecciones y la candidata perdedora Patricia Bullrich no dudó en reunirse con Milei para anunciar públicamente su apoyo. Milei tiene un 30% y Patricia Bullrich 20%, eso parte entonces de un empate. Massa el candidato del oficialismo tiene 36%. La encrucijada ahora es el cómo será el comportamiento de los argentinos. La economía no puede estar peor. La inflación es galopante, se calcula un 140% al final del año. Tan solo el mes pasado se duplicaron los precios de los alimentos.
FRAUDE
No hay nada de qué sorprenderse. Vienen preparando un fraude porque no van a soltar el poder si tienen el control de las votaciones. La única manera es que haya representantes de la oposición en todos los centros de votación. Esa película ya la vimos en México y por eso es tan importante la autonomía de nuestro INE y la Suprema Corte que, a pesar del embate sistemático del gobierno, siguen vigentes. ¡Suerte para Argentina!…