Sr. López
Contaba la abuela Elena que allá en Autlán de la Grana, su tierra natal, nadie se metía con las mujeres de la familia, pues se sabía que cada hombre de la parentela cobraba la afrenta sin fijarse cuántas veces ya estuviera pagada; y también decía que en la familia no había mujeres golpeadas por los maridos… que había viudas, eso sí.
Como bien sabe el tenochca simplex, siempre atento a la situación geopolítica mundial, el conflicto bélico desatado por la invasión rusa a Ucrania, está que arde.
No es cosa de nuestro interés saber quién tiene o no la razón, si Rusia por no querer que la OTAN pudiera poner armamento en su frontera con Ucrania, apuntando a Rusia; o si Ucrania porque Rusia teníaarmamento en su frontera, apuntándole. Pleito de ellos.
Y lo mismo piensa el tío Sam que ha dejado muy claro que no va a mandar soldados a Ucrania, porque no es una amenaza a su seguridad nacional; es un agarrón en otro barrio; Ucrania no es su socio comercial, no tiene reservas de energéticos ni base militar yanqui.
Se equivoca quien piense que eso es porque Joe Biden es pacifista o le saca ronchas intervenir en asuntos ajenos. Siendo senador Biden en los años 90 del siglo pasado, apoyó la intervención militar de su país en los Balcanes cuando se desmembró Yugoslavia (guerra en que los crímenes de lesa humanidad fueron cosa del día a día); y siendo presidente del Comité de Relaciones Exteriores delSenado de los EU, aprobó la invasión de Irak en 2003. No es un viejecito apacible…
Ahora, sin involucrar a su país directamente, brinda un gran apoyo a Ucrania, mandándole armamento y promoviendo rigurosas sanciones económicas y comerciales contra Rusia; y en los ‘think tanks’ de los EU (‘tanques de pensamiento’, llaman a los grupos de expertos que producen ideas, con su envidiablecreatividad lingüística), en los ‘think tanks’, repito, tienen muy claro que al oso ruso más vale no rascarle en mal lugar, pues cuenta con sobrado armamento nuclear.
Don Biden lo dijo muy claro en declaraciones a la NBC, a principios de febrero de este año: “No es como si estuviéramos lidiando con una organización terrorista: estamos lidiando con uno de los ejércitos más grandes del mundo. Esta es una situación muy difícil y las cosas podrían descontrolarse rápidamente”… y “descontrolarse” se debe entender como un intercambio de bombazos atómicos del que el mundo entero quedaría en una nueva prehistoria y con un “invierno nuclear” inimaginable. Hay fichas que es mejor no tocar.
Eso no quiere decir que en la Casa Blanca crean que Rusia se va a comportar o que el tal Vladimir Putin, sea de fiar. Para nada. Y en previsión de que el Putin pudiera querer seguir de bravucón y creerse que puede amedrentar al resto de Europa, los EU han fortalecido su relación con la OTAN (el ejército multinacional de Occidente, creado contra la entonces URRS, hoy Rusia), y han enviado más tropas a Europa y redistribuido sus ejércitos en los países de la OTAN que tienen frontera con Rusia… por si las dudas, desenfundaron el revólver, por si se ofrece.
La estrategia de los EU tenía un objetivo ya conseguido: empantanar a Rusia en una larga guerra en Ucrania. Saben que al Putin a fin de cuentas, se le va a acabar el dinero, elemento que -dicen que decía Napoleón-, es lo que gana las guerras; y también saben que esto no tiene a los ciudadanos rusos así como que muy contentos.
Así, quedan claras dos cosas: los EU no pelean pleitos ajenos sino los que pueden comprometer su seguridad nacional o les reditúen beneficios estratégicos o económicos y -la más importante-, a las organizaciones terroristas las miran como una amenaza que no están dispuestos a tolerar.
El ciudadano de los EU, en un 72% -según encuestas que allá sí son fiables-, no aprobaría que su país se involucrara en lo de Ucrania, les importa un pito; pero más del 94% apoya la lucha contra los terroristas, estén donde estén: lo del 9/11 cuando alguien derribó las Torres Gemelas de Nueva York, para ellos es una afrenta que nunca van a acabar de cobrar; por eso no hay repudio popular por las prisiones ilegales que tienen en el mundo para alojar terroristas, particularmente la de Guantánamo, con presos anónimos, sin juicio, sin causa legal abierta, sin defensa y sometidos a tortura (aceptado por el gobierno de EU… y hasta tienen un manual en que prescriben los tormentos recomendados, de ese tamaño).
Bueno, despachado el tema, se le hace saber que ayer, 15 de junio, inició el 25º Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF, por sus siglas en inglés). El SPIEF es la conferencia económica anual más importante de Rusia; termina el sábado 18 de junio… está bien.
Ayer un querido amigo que tiene la cabeza en su lugar (gracias, don Raúl), hizo llegar a este menda el siguiente comunicado del Citibank:
“Rusia buscará el apoyo de sus aliados en el 25º Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF), en el contexto de las sanciones impuestas por Occidente por la campaña militar rusa en Ucrania. Además de Kasajistán y Armenia, otros países aliados de Rusia, como Bielorrusia, Egipto, China, Irán, Tayikistán y Siria, ya anunciaron su participación en el evento. De América Latina, además de Venezuela, Nicaragua, en el evento participarán delegaciones de Uruguay, México, Colombia y Belice”. ¡México!
Nuestro país por primera vez, participó en el SPIEF en 2018. Entonces, nuestra embajadora allá, Norma Pensado, informó: “Este año por primera ocasión México participará con un pabellón en el Foro Económico de San Petersburgo” y aludió al “interés creciente de las comunidades empresariales de los dos países”.
Ahora, la participación de nuestro país en ese Foro de “aliados de Rusia” en este nuevo contexto de guerra,es un gargajo en la fachada de la Casa Blanca.
Nuestro Presidente insiste en que se está con él o contra él. Se le anticipa que le van a aplicar la misma receta con el detalle de que cualquier sanción económica yanqui, revienta nuestra economía entera. Pero, qué necesidad, qué necedad.