Sr. López
Tío Alfredo era de la Orden Terciaria franciscana. En su casa se rezaba mucho y se comía poco. Tía Luisa y sus siete hijos, sorteaban la anemia con una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes yalgún palomino los domingos (con perdón de Cervantes). Tristeando y pobreteando los tenía aunque, cosa rara, a él le crecían vientre y cuerpo,hasta que se vino a saber (¡la vida!), que no era un modesto tenedor de libros sino un rico usurero, cliente de finos restaurantes, habitual de centros de esparcimiento masculino, que jamás fue a un retiro espiritual sino a viajes de placer (nunca mejor dicho).Así fue el primer divorcio en la familia toluqueña, alegrón para los abogados facinerosos que dejaron forrada a la tía que se fue a vivir a un caserón en‘Chapultepec Heights’, hoy Lomas de Chapultepec.Dios existe.
Póngase en guardia cuando oiga a un político decir que lucha contra la pobreza, la desigualdad, la economía de mercado y el neoliberalismo. Habrá quienes lo digan con buena intención (y poco seso), otros por la dicha inicua de ventilar la garganta y hasta los que tienen esas convicciones; en todo caso:¡cuidado!
En los tiempos que corren en nuestro país, presenciamos la cúspide de la ramplonería izquierdista que predica “el fin de la oscura noche del neoliberalismo” (Sheinbaum ‘dixit, discurso, que no informe, del 1 de septiembre pasado), al tiempo que se aferra con uñas y dientes a la apoteosis del neoliberalismo, el tratado de libre comercio con los EUA y Canadá.
No hay que meterse en meandros de discusiones ideológicas al oír a la Presidenta de México decir queen 36 años de neoliberalismo lo único que se generóen el país fueron más pobres -no es cita textual pero lo dijo el mismo 1 de septiembre-, porque la realidad es como una vaca echada y con ella no se discute:
El neoliberal T-MEC según el Inegi, significa el 55% de nuestro producto interno bruto y son 14.6 millones de empleos vinculados a sectores asociados a la integración comercial, el T-MEC, antes TLC. ¡Viva Salinas!
Ándele doña Sheinbaum, sea coherente, saque al país del renegrido capitalista-neoliberal T-MEC… a ver qué hace con menos de la mitad del PIB y con 14.6 millones de desempleados que van a ir a darleserenatas de mentadas de madre al palacio en que vive.
Hay políticos que tienen poco qué ofrecer y toman el atajo facilón de hablar mal de lo que se pueda, puesreditúa seguidores y votos, son esos expertos que saben cada vez más sobre cada vez menos, y acaban sabiendo todo sobre nada, parafraseando a Salvador de Madariaga. Y no es una desmesura de este menda, la Presidenta dijo el 14 de agosto de 2025, en éxtasis, que la cuarta transformación “Es una política que tiene una palabra, tiene dos: justicia social y bienestar”, fíjese bien: es una política que tiene una, tiene dos, y dijo cuatro (y, es palabra, conjunción copulativa). Olé.
El capitalismo tiene mala prensa en el mundo y su contrario, el socialismo y sus variantes, la tiene muy buena. No es tan disparatado, ¿quién no está de acuerdo en que disminuya la pobreza?, aparte de los que lo dicen verdes de envidia, ese pecado tan aburrido, porque hay quienes tienen lo que ellos jamás tendrán.
La ONU misma tiene su programa contra la pobreza,predica que se trata de acabar con la pobreza en todas partes; y da sus cifras: 1,100 millones enpobreza multidimensional en el mundo; 700 millones con 2.15 dólares diarios de ingreso; y 600 millones en pobreza extrema; suman 2,400 millones, un horror… ¿sí?… no, fíjese bien: ¡NO! La población mundial somos 8,200 millones, hay 5,800 millones que no son pobres y esos pobres son el 29% del total.
No es un cínico este junta palabras, tome en cuenta que a principios del siglo XIX, los pobres eran por ahí del 90% de la población mundial (parece que hasta el 94%, da lo mismo). La pobreza siempre fue general y no está nada mal que se haya disminuido a ese 29% (aceptando esos pobres “multidimensionales”, que sinellos, los pobres de no comer o apenas comer, son con los datos de la ONU: el 16%).
Por cierto, que no se le olvide a los izquierdista mexicanos de ocasión y francachelas, que su ídolo, Carlos Marx predijo en el siglo XIX, la necesaria caída del capitalismo por la “ley férrea” de la pauperización de los trabajadores que significaba el desarrollo capitalista. Muy atinado.
A brocha gorda la tasa de pobreza de las democracias occidentales, ronda el 9.8%; en los EUA es el 7.8% según la SPM (Medida Suplementaria de Pobreza), y su pobreza extrema es del 0.25%; y no se le pase: a fines de los años 1950, en EUA la pobreza alcanzaba casi el 25% de su población.
Lo que ha sacado de la pobreza a la gente en el mundo es el capital, el capitalismo, ese que empezó con la Revolución Industrial a mediados del siglo XVIII… y si duda, haga el favor de pensar qué país ha salido de la pobreza o progresado, aplicando las recetas del socialismo o del comunismo… diga uno… no hay. Nada más recuerde la miseria que resultó del régimen de la URSS en Bulgaria, Checoslovaquia, Alemania del Este, Hungría, Polonia, Rumania, Yugoslavia… todos hoy, muy neoliberales capitalistas, digo, ya les andaba.
China es el mejor ejemplo de lo que hace el capitalismo, el neoliberal: con Deng Xiaoping en 1982, adoptaron la economía de mercado y de literalmente morirse de hambre (millones), con el 80% de la población comiéndose las uñas, ahora, en menos de medio siglo, son la segunda economía mundial.
… a todo esto, qué es el capitalismo: respeto a la propiedad privada y respeto al producto del trabajo. Lo demás es música de viento.
Como van a escasear los pobres, ahora ya se inventaron los irredimibles vendedores de imposibles,la desigualdad de la riqueza. ¡Dioses!
¡Ah!, para que vean en Palacio que quiere uno ayudarlos: eso de la “guerra contra la pobreza”, lo acuñó Lyndon B. Johnson, como parte central de su programa de gobierno… es que no tienen idea de nada. ¡Muy bien Palacio!