Rodrigo Ramón Aquino
Dispuesto a romper la mala racha de las sucesiones en Chiapas, el gobernador Manuel Velasco Coello analiza con detenimiento sus definiciones. El tiempo ya lo tiene contra la pared.
Próximo a saberse si la alianza PRI-Verde va o no, el mandatario presta atención al rejuego electoral en otros estados. Por la proximidad, Tabasco resulta un interesante botón de muestra del actuar del partido en el poder.
Allá, el alcalde capitalino Gerardo Gaudiano Rovirosa venció al presidente del Congreso local, José Antonio de la Vega Asmitia (el delfín de Arturo Núñez), y al senador Fernando Mayans Canabal. Una encuesta definió al precandidato del PRD al gobierno del estado.
Con una administración mal evaluada, vayan o no con el tricolor, El Güero debe apostarle a un proceso interno real. Una medición sin trucos ni maquillaje, en donde gane el mejor, el más competitivo.
Al mirar al vecino, Velasco Coello aún puede hacer mucho por su sucesión. No encapricharse con un perfil, lo principal. Debe convencerse que los números no se equivocan, el corazón, sí.
