* Han rechazado el traslado a Tuxtla Gutiérrez debido a experiencias previas en las que fueron abandonados en las calles sin asistencia.
Redacción / Alfaro Noticias
La caravana migrante que partió el 2 de diciembre desde Tapachula avanza hacia el norte de México, los integrantes destacaron que en su camino han enfrentado bloqueos y presiones constantes de las autoridades mexicanas. El grupo ha denunciado que ha sido vigilado y perseguido por el Instituto Nacional de Migración (INM), que intenta evitar su salida de Chiapas. A pesar de los esfuerzos para dispersarlos, los migrantes continúan su camino, con la esperanza de llegar a la Ciudad de México para buscar empleo y regularizar su situación migratoria mientras esperan su cita para solicitar asilo en Estados Unidos.
Los migrantes aseguraron que han recibido un trato hostil por parte de las autoridades, quienes, según ellos, intentan alejarlos de la vista pública y de los medios de comunicación para reducir la visibilidad de la caravana. Algunos aseguran que las autoridades buscan fatigarlos para que se vean obligados a regresar a Tapachula. Además, las condiciones de la caminata, el calor y la fatiga han generado tensiones dentro del grupo, fragmentándolo en varias secciones a medida que avanzan.
La caravana ha experimentado dificultades adicionales, como el cansancio extremo de algunos de sus miembros, especialmente mujeres, quienes pidieron un descanso. Sin embargo, no todos los migrantes estuvieron de acuerdo con detenerse, lo que llevó a fragmentar aún más el grupo. Algunos decidieron seguir hacia Escuintla, mientras otros permanecieron atrás.
El INM explicó que ha ofrecido a los migrantes ser trasladados a Tuxtla Gutiérrez para que continúen con su proceso legal y reciban atención adecuada. Sin embargo, varios migrantes han rechazado esta opción debido a experiencias previas en las que, según ellos, fueron dejados en las calles de la capital chiapaneca sin la debida asistencia. Muchos consideran que el traslado busca dispersar la caravana y no resolver sus problemas de fondo.
Algunos han expresado su deseo de llegar a la Ciudad de México, donde creen que pueden encontrar más oportunidades de trabajo y un entorno más seguro para tramitar su solicitud de asilo. “Nosotros tememos que nos desarticulen y regresarnos a Tapachula, pero seguiremos adelante”, comentó Genaro Cárdenas, un migrante venezolano.