* Una caravana de 500 migrantes, en su mayoría venezolanos, partieron el día de ayer de Tuxtla a Arriaga. Denuncian la negación de permisos para viajar en autobús.
Daniela Alfaro
Este martes, más de 500 migrantes, en su mayoría de origen venezolano, comenzaron su trayecto desde Tuxtla Gutiérrez, con destino a Arriaga, en su ruta hacia la frontera norte de México. El grupo, compuesto por hombres, mujeres, niños y personas mayores, salió del Parque Central de la ciudad capital, enfrentando diversas dificultades mientras intentan avanzar en su camino hacia Estados Unidos.
Los migrantes, que han permanecido varias semanas en Chiapas, se han visto obligados a caminar largas distancias debido a la falta de permisos para utilizar transporte público. Muchos de ellos denuncian que las autoridades migratorias, principalmente el Instituto Nacional de Migración (INM), señalan que les han negado los permisos para viajar en autobús, lo que ha incrementado la dificultad del trayecto y expuesto a las personas a riesgos adicionales.
El grupo de Tuxtla Gutiérrez se sumó a otro contingente que salió previamente desde Tapachula, y ambos seguirán su recorrido por la carretera federal, realizando paradas en diferentes puntos para descansar y reabastecerse. A lo largo del trayecto, los migrantes denunciaron enfrentarse a la constante amenaza de ser detenidos por las autoridades migratorias. Durante su recorrido, portaron algunas insignias con la frase “No + sangre migrante” para denunciar los recientes asesinatos de migrantes.
Para muchos de ellos, la movilización de la caravana, esta es la única opción viable, ya que no han podido regularizar su situación migratoria en México. Algunos expresaron que su principal motivación para seguir adelante es la búsqueda de una vida mejor y escapar de las condiciones de violencia y crisis que enfrentan en sus países de origen, como Venezuela.
Por otro lado, organizaciones de derechos humanos han destacado la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran estos migrantes, especialmente debido a la falta de atención adecuada por parte de las autoridades mexicanas. Además, alertan sobre los riesgos de abuso y violencia que enfrentan durante su trayecto, al no contar con las condiciones de protección necesarias.
