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México, entre la espada y la pared

México, entre la espada y la pared
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Manuel Ruiseñor Liévano

Ante un orden económico mundial que está cambiando por causa y efecto de la acción proteccionista de los
Estados Unidos, bien puede decirse que el esquema liberal mundial de la economía prácticamente está liquidado. Esto es, que estamos volviendo a la etapa anterior a la Segunda Guerra Mundial, derivado de que los EU y su presidente Donald Trump, están regresando a lo que Estados Unidos fue durante el siglo XIX; es decir, una potencia comercial que no se quiere implicar en el resto del mundo más allá de su patio trasero, y salvo eso, que es de su interés inmediato, no quieren involucrarse sobre cómo funciona el resto del mundo. El lider económico global lo único que quiere son garantías comerciales.

¿Por qué? Porque el comercio es la base de la riqueza, y la riqueza es la base del bienestar y de la paz social.

Tal es el escenario donde México se ve atrapado entre la espada y la pared, buscando no asfixiarse mientras que las cifras de la economía nacional apenas dan una lucecita de que al cierre de este año, no habrá recesión.

¿Qué papel juega México en este nuevo orden? ¿El de bisagra en la pugna entre EU y China, tal y como sostienen expertos como Enrique Quintana de El Financiero?

Subraya Quintana: “la economía global se reconfigura al ritmo de la geopolítica. Los viejos consensos comerciales se erosionan con rapidez, las cadenas de suministro se redibujan y el nacionalismo económico impulsado por Donald Trump se impone como criterio rector en las decisiones estratégicas por todas partes”.

“En este tablero inestable, México ocupa una posición peculiar: es un país bisagra”.

A lo cual agrega: “Por su cercanía con Estados Unidos, su red de tratados y estructura productiva y, al mismo tiempo, por su intensa relación con China, (México) se ha convertido en un eslabón entre dos potencias en tensión permanente”. Nada más, pero nada menos.

Vayamos a los datos duros, los cuales apuntalan ese ominoso escenario:

Primero, nuestro pais es, desde hace tiempo, el principal exportador hacia EU y su segundo comprador, sólo por abajo de Canadá. Y aunque México exporta poco a China, es a cambio el segundo mayor receptor de productos chinos en occidente, sólo después de EU, superando a todos los países europeos tomados en lo individual.

Sin duda como dice el financiero Enrique Quintana, “una posición que ofrece oportunidades, pero también expone al país a presiones constantes si no se gestiona con visión estratégica”

¿Tiene visión estratégica el gobierno de México?

A juzgar por el llamado Plan México presentado para estar preparados para aprovechar las oportunidades que se ofrecen para fortalecer desde adentro la economía nacional, todo parece indicar que vamos lento sobre un escenario que se mueve vertiginoso en la arena económica global. Ahí está el caso de la construcción de plataformas logísticas como los nuevos sistemas ferroviarios que, salvo el transístmico, no iniciaron su construcción en tiempo y forma (julio de 2025) y tendrán que esperar hasta inicios del 2026, sin dejar de correr el riesgo de que en las prisas multipliquen su costo hasta tres veces, tal y como aconteció con la, Refinería Dos Bocas, el Tren Maya y el AIFA, en el sexenio anterior.

La cuestión en verdad preocupante es que la fragilidad de la economía nacional se ve amenazada por el fuego cruzado de la batalla comercial entre EU y China y la falta de visión para extender los alcances de la producción nacional hacia otros mercados.

A todo esto tendríamos que agregar que la negociación bilateral con Estados Unidos intensifica aún más la presión, dado a que mañana viernes vence el plazo que Donald Trump fijó para imponer aranceles de 30% a las exportaciones mexicanas, salvo que se logre un nuevo acuerdo, algo deseable pero difícil de lograr.

El cóctel económico es de tal explosividad, dado a que por igual se aproxima una revisión a fondo del T-MEC, donde el presidente Trump ha declarado –en voz de su ministro comercial y en tono desafiante–, que “la próxima revisión del tratado será profunda y estratégica, no técnica. Y en consecuencia podrían endurecerse las reglas de origen, restringirse la participación china en la cadena de suministro regional e imponerse nuevas condiciones laborales, energéticas y de seguridad nacional”. ¿Cómo la ven?

A no dudarlo, la presión a que se está viendo sometida la economía nacional es real y asimétrica.

Veamos por qué:
Uno. Para empezar, México depende de EU para más del 80% de sus exportaciones totales.

Y Dos, representa alrededor del 15% de las importaciones totales estadounidenses y un corte abrupto sería demoledor para sectores clave como la industria automotriz, la cual concentra una tercera parte tercio del comercio bilateral.

Fuere como fuere y pasare lo que pasare, hoy México está entre la espada y la pared de una guerra comercial global, hecho ante lo cual no puede quedarse cruzado de brazos pero tampoco pidiendo austeridad y sacrificios cuando el gobierno federal no es para nada ejemplo de ello en la praxis de sus personeros tanto en la gestión gubernamental como en los demás poderes públicos.

Estaremos pendientes de lo que suceda en este drama en el cual se presentan diversos desenlaces. Vivimos momentos decisivos.

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