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Mentira / La Feria

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Sr. López

 

Este López es el fruto (o deyección), del berenjenal genealógico compuesto, de un lado, por los jalisquillos de rancho del lado paterno, los de Autlán, gente sencilla de moral práctica que de nada se asustaban; y por el otro, los toluqueño-maternos, católicos a machamartillo cuya vida giraba en torno a los mandamientos de la Ley de Dios y la Santa Madre Iglesia y con eso daban explicación a todo, lo afortunado y lo trágico. Sin embargo de sus sólidos principios religiosos, la abuela Virgen se topó con quien sería su esposo, el abuelo Armando, quien no era bautizado y masón 100% ‘proof’, pero como también era el hombre más guapo de Occidente, dejó en pausa sus principios y se encaprichó en casarse con él. Intervinieron tratando de evitar el enlace, sus padres, el cura párroco y el señor Obispo: nada, se casaba y se casó (el abuelo representado por un apoderado ante el altar: no entró a la iglesia). Y la abuela Virgen a eso atribuyó el resto de su larga vida, cualquier infortunio, contradicción o pena, siendo la comidilla de toda la familia la vez que oyendo por radio el sorteo de Navidad de la Lotería Nacional, por un dígito, el último, no se sacó el premio mayor y mirando al buenazo del abuelo, le espetó: -¡Y ni así te vas a bautizar, ni así! –bueno, eran sus ideas.

 

Código Penal Federal de la república, el feminicidio se tipifica en el artículo 325: “Comete el delito de feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de género. Se considera que existen razones de género cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:

 

1. La víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo; 2. A la víctima se le hayan infligido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida o actos de necrofilia; 3. Existan antecedentes o datos de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima; 4.Haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza; 5. Existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima; 6. La víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida; 7. El cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.”

 

La Suprema Corte de Justicia de la Nación -SCJN-, establece que en el caso de muertes de mujeres se debe: 1. Identificar las conductas que causaron la muerte de la mujer; 2.Verificar la presencia o ausencia de motivos o razones de género que originan o explican la muerte violenta; 3. Preservar evidencias específicas para determinar si hubo violencia sexual; 4. Hacer las periciales pertinentes para determinar si la víctima estaba inmersa en un contexto de violencia”.

 

La definición del diccionario: “asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia”, es una babosada, pues una mujer puede ser asesinada por otra, por ser mujer; imagine a una señora lesbiana que odie a una vecina pizpireta y heterosexual, que la mate por ser mujer; o a una heterosexual que asesine a una lesbiana precisamente por ser una mujer a la que atraigan eróticamente las mujeres; a fin de cuentas, feminicidio es. O imagine a un bruto que mate a una mujer por ‘amor’ (‘mía o de nadie’), que también pasa.

 

Es más sensata la definición de nuestro Código: “Comete el delito de feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de género (…); ‘Quién’, el que sea, si mata a una mujer por ser mujer, es feminicida.

 

Algún día ya con menos rabia y más sesera, se verá que el delito así definido es de difícil tipificación y que sería mejor solo agravar severamente la pena a todo aquel que asesine a quien tiene menor posibilidad física o psicológica de defenderse. Además, tipificar no elimina los delitos.

 

Sin embargo hay una novísima explicación del feminicidio que refiriéndose al monstruoso asesinato de una niña, nos ofreció nuestro Presidente ayer lunes en su mañanera:

 

“Sostengo que se cayó en una decadencia, fue un proceso de degradación progresivo, que tuvo que ver con el modelo neoliberal (…) es el fruto podrido del egoísmo y de la acumulación de bienes en unas cuántas manos y del abandono de la mayoría de nuestro pueblo”.

 

El planteamiento es delicado: ser pobre no equivale a ser delincuente, cuantimenos feminicida. Encima: en la URSS, Corea del Norte y Cuba, había y hay feminicidios.

 

Mal análisis, mala conclusión: el feminicidio no tiene que ver con el modelo económico, pues entonces, en 300 años de colonia y de 1810 a 1988 (primer año de Salinas), en México nadie hubiera matado a una mujer por ser mujer.

 

Además, si es por el neoliberalismo, señor Presidente, se le recomienda cambiar su Ley de Ingresos y Decreto de Egresos 2020, neoliberales por los cuatro costados, como verificaron el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

 

Y plantear como solución de fondo el bienestar del alma, ¡caray!, en Occidente la iglesia lleva dos mil años en ese afán de salvar almas sin resultados definitivos.

 

Lo que sí corresponde al Estado, neoliberal o no, es disminuir la impunidad. Tenemos el más alto índice de impunidad del continente: se denuncian 4 ó 5 de cada cien delitos y se investiga el 12%: la impunidad por delitos en el país es del 99.3% y poco menos del 95% de los asesinatos tienen sentenciado. Eso no tiene que ver con la tendencia política del gobierno de turno. Eso tiene que ver con saber qué importa e invertir dinero en eso, pero para este 2020, algunos de los que sufrieron mayores recortes fueron la Suprema Corte de Justicia de la Nación, 200 millones menos; la Fiscalía General 1,500 millones de pesos menos de lo solicitado; y 1,037 millones de pesos menos, al Consejo de la Judicatura Federal (CJF). 4T o no 4T, con menos recursos, más obstáculos a la procuración e impartición de justicia.

 

Créanos señor Presidente, lo que dice El Rey de que con dinero y sin dinero, es mentira.

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