Sr. López
Quién sabe si tenga nombre médico lo que padecía tío Lorenzo (de los toluqueños), pero exageraba todo a tal grado que a veces daba risa, otras, coraje, pero siempre hacía el ridículo. Una vez le sacaron una muela y guardó cama 40 días (la cuarentena), diciendo que se reponía de una ‘intervención quirúrgica de alto riesgo’ (de las de dar risa); otra vez, en la fiestecita que se le hizo a la abuela Virgen (Virginia, la de los siete embarazos), para celebrar sus 90 de edad, le dijo ‘tienes el porte y la belleza de María Félix’ (se indignó la abuela, sabedora de la ruina que era); también afirmaba que los frijoles negros (refritos), eran mejores que el caviar y el huachinango, al salmón; y sin haber puesto jamás un pie en Europa, sostenía que Guanajuato era “muchísimo más bello” que París. Murió en una cena de año nuevo porque nadie le prestó atención cuando dijo: -Llamen al médico, creo me está dando un ataque cardiaco –le dio.
Como es lunes y no se trata de amargarle a nadie el inicio de semana previa a la Navidad, comentando los peligros imaginarios (y reales), que corre la patria bajo el gobierno (es un decir), de la 4T, repasemos algunas frases del Presidente, más que simpáticas, divertidas, empeñado él en el solaz de todos nosotros los del peladaje, aunque incomprendido.
Desde su campaña por la presidencia de la república, aseguró que sin corrupción, el país se ahorraría 500 mil millones de pesos cada año. El 31 de agosto de 2019, previo a su Primer Informe, dijo que ya había logrado los primeros 500 mil y agregó: “Cuando hay corrupción no rinde el presupuesto; si no hay corrupción, el presupuesto alcanza (…) y no hay necesidad de endeudar al país”… tómeselo como lo que es, una broma inocente para que el tenochca hambreado sonría. Y puede soltar una risita discreta si recuerda que el 21 de diciembre del 2020, dijo que él calculaba que el ahorro ya iba en 1.5 billones de pesos… ¡cosa más grande!: 500 mil millones al año, en dos años, le dio 1.5 billones (si la tabla del 5 es muy difícil, se recomienda usar la del 2).
¡Ah!, y no se le olvide que la deuda pública como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), ha aumentado más que en tres sexenios, conforme a los datos de Hacienda (Fox en 2006, la dejó en el 28.2% del PIB; AMLO cerrará el 2024 con el 48.8%, según Hacienda, que trabaja para él)… y como sin corrupción no hay más deuda, tiene su mérito aumentarla sin corrupción, porque de eso no se vale dudar: no hay corrupción (carcajadas del respetable hasta el dolor de panza; esas son puntadas, Brozo sufre).
En la mañanera del jueves pasado, en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, se andaba arriesgando el Presidente a quedarse solo, porque todos los presentes casi salieron corriendo a buscar un baño porque de tanta risa, ya les andaba. Resulta que tranquilamente, presentó los nuevos otros datos sobre los desaparecidos en el país.
El gobierno había informado que en total eran 110 mil 964 desaparecidos y por favor olvídese de que el gran amigo del Presidente, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, informó en enero de 2021 que desde 2019, se reportó la desaparición de 37,806; no se ponga a hacer cuentas, no sea aguafiestas, mejor entérese de los nuevos datos de esto: los desaparecidos nada más son 12 mil 377.
La encargada de aclarar el asunto fue la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde llevando a la audiencia del pasmo a la carcajada: 16 mil 681 personas aparecieron y 1,951 eran registros duplicados… nos quedan 92,332 por localizar.
Peeero, según doña Alcalde (hablando bajo la mirada vigilante del Presidente), se restan los que se “consideran ubicados” (aunque no localizados, fíjese qué suave), esos son 17,843; también se descuentan 26,090 de los que no se tienen “suficientes datos” (tampoco han aparecido, pero, oiga usted, ni sus datos completos dan, ni modo que los siga considerando desaparecidos); y por último, sacaron de la lista a 36,022 de los que no tienen su dirección (dato indispensable en el caso de que estén en sus casas, claro). Así, restando estos, quedan solamente los 12,377, consiguiendo desaparecer desaparecidos. ¡Qué venga la ovación!… risas delirantes, aplausos (y serían menos desaparecidos si hubieran restado el número que cada uno de los presentes pensó).
Para que no decaiga ese ánimo, tenga presente que el viernes pasado el Presidente inauguró el Tren Maya, ocasión histórica en la que enfatizó que es “una obra magna”, presumiendo que “no hay una obra así en la actualidad en el mundo” (mundial, claro), y destacó que “se construyó en un tiempo récord”, bueno, cuando esté construida porque la están construyendo, él inauguró 470 kilómetros de un total de 1,525 y cuando los reporteros se lo hicieron notar, respondió con esa su pícara sonrisa cautivadora: “poco a poco, ahí va” (le faltó agregar no coman ansias). Imagina uno las risotadas de los que lo acompañaron en el recorrido inaugural.
Y aprovechando la ocasión, el Presidente explicó que los que usen el Tren Maya (o vayan por avión, autobús, coche, motocicleta o patín del diablo), llegarán a Campeche (“una de las ciudades más bellas, si no es que la más bella de México”… ¡ajúa!, Puebla, Guanajuato, Querétaro, San Luis y algunas otras, verdes de envidia).
Y preparando la frase cómica del día, añadió que llegar a Campeche los pone a tiro de piedra de la zona arqueológica de Edzná donde “hay un hotel que se está construyendo” (o sea donde algún día habrá un hotel), y que (agárrese la barriga), “guardadas las proporciones, es como ir a Egipto”. Ni Polo Polo.
Lo de “guardadas las proporciones”, no mitigó el alborozo general, las risotadas. Edzná (que es bellísimo), es como ir a Egipto.
Por supuesto podemos confiar en el sentido del humor de los egipcios y su gobierno porque si no, ya estaríamos con la noticia de que expulsaron a nuestro embajador y rompían relaciones con México.
Se vale apreciar lo nuestro, pero no, Guanajuato no es mejor que París.