Me quedo con su voz profunda
Se dice que nadie -cuando nace- elije a su familia, es a lo largo de la vida cuando uno elige a sus amigos. Ricardo fue mi amigo y si hubiera tenido oportunidad de elegir a mis hermanos, él hubiere sido uno de ellos.
Ricardo me regaló generosamente su amistad fraternal y muchas horas de convergencia intelectual, también de diferencias superfluas. Siempre compartimos nuestra rebeldía y asumimos a la par, intereses políticos, éticos y estéticos.
Escribió con gran talento muchas cuartillas llenas de inteligente reflección, en torno a mi trabajo. Nunca se lo agradeceré suficientemente. Me quedo con su voz profunda y arrabiada, con su amistad franca y su intransigente vocación por la poesía que libera.
Manuel Suasnávar