
* Este programa ha sido implementado en municipios con mayor afluencia como Tapachula, San Cristóbal de Las Casas y Tuxtla Gutiérrez.
Redacción / Alfaro Noticias
Con el aumento de la migración irregular en la frontera sur de México, más de mil 300 niños migrantes han recibido educación en varios municipios del estado a través del Programa de Educación Migrante del estado (Pemch). Este programa ha sido implementado en municipios con mayor afluencia como Tapachula, San Cristóbal de Las Casas y Tuxtla Gutiérrez, con el objetivo de mitigar la pérdida de meses o incluso años de educación debido a la migración hacia Estados Unidos.
El Pemch fue creado como respuesta a las dificultades que enfrentan los menores migrantes para ingresar a las escuelas regulares debido a su estatus migratorio. En Tapachula, tres maestros imparten clases de preescolar, primaria y secundaria a los niños migrantes, mientras que en otros municipios, 35 docentes brindan apoyo en albergues y fincas. Los menores provienen de una amplia variedad de países, como Cuba, Haití, Honduras, El Salvador, Guatemala, Venezuela y Brasil.
Pablo Arriaga Velázquez, uno de los maestros del programa, explicó que la creciente migración ha hecho más difícil que los niños accedan a la educación convencional. Muchas veces, los niños no pueden ser aceptados en las escuelas regulares debido a la falta de documentos oficiales o a la sobrecarga de cupos. Por esta razón, el Pemch ofrece una alternativa para que los menores continúen con su educación, brindándoles una oportunidad de no quedarse atrás en su formación académica.
Este programa no solo atiende a menores de educación básica. También ha logrado integrar a 238 migrantes en el nivel medio superior, como preparatorias y telebachilleratos. Alumnos provenientes de países como Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala han accedido a estos niveles educativos, y muchos de ellos estudian en instituciones privadas y estatales que colaboran con el programa.
El flujo migratorio de menores ha aumentado de manera alarmante. Según la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), desde 2018 la migración infantil ha crecido un 514 por ciento. En 2024, más de 108 mil niños migrantes han sido detectados en México, lo que ha generado una alta demanda de programas de apoyo como el Pemch. Esta situación refleja las dificultades a las que se enfrentan los menores migrantes en su travesía hacia el norte.
Mientras tanto, en Tapachula, la ciudad fronteriza que ha sido un punto clave para los solicitantes de asilo, la situación continúa siendo crítica. Más de mil migrantes se presentaron recientemente en las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), buscando información sobre el estatus de su solicitud de asilo. La fila, que se extendía por más de una cuadra y media, estaba compuesta por migrantes de diversas nacionalidades, incluidos haitianos y africanos, que buscaban conocer la fecha de su próxima cita o recibir asesoría sobre el proceso.
A pesar de los esfuerzos de la COMAR por atender a los solicitantes de manera más eficiente, muchos migrantes han expresado su frustración con la lentitud del proceso. Paola, una migrante cubana, señaló que la espera puede prolongarse hasta un año, lo que dificulta su estancia y la posibilidad de encontrar empleo legal en la ciudad. Sin un estatus regularizado, los migrantes no pueden acceder a trabajos formales, lo que aumenta su vulnerabilidad.
Para hacer frente a esta creciente demanda, la COMAR ha inaugurado un nuevo centro de atención en Tapachula, con el objetivo de agilizar los trámites. Este centro ha recibido a más de 800 migrantes en un solo día, lo que refleja la alta demanda de servicios de asilo en la región. A pesar de estos esfuerzos, aún no se han divulgado cifras oficiales sobre el número total de solicitudes presentadas.