* Las autoridades desplegaron más de 2 mil 200 militares para contener la violencia, mientras que escuelas suspendieron clases.
La guerra interna entre las facciones del Cártel de Sinaloa ha dejado un saldo de 32 muertos y 30 detenidos, informó el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval. El conflicto, que estalló tras la captura de Ismael “El Mayo” Zambada el 25 de julio, enfrenta a “Los Chapitos”, liderados por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y “Los Mayos”, el grupo que seguía a Zambada. Según Sandoval, la violencia inició el 9 de septiembre, luego de cinco semanas de relativa calma.
La ciudad de Culiacán ha sido el epicentro de los enfrentamientos, donde se han registrado 22 homicidios, de los 32 que se han contabilizado hasta la fecha. Además, 13 ataques dirigidos contra las fuerzas armadas han provocado la muerte de dos militares y varios heridos. Entre las víctimas también hay nueve civiles que resultaron heridos en el fuego cruzado.
Para contener la violencia, el Gobierno desplegó 2 mil 200 efectivos militares en Sinaloa, junto con helicópteros artillados, vehículos blindados y equipo táctico. Durante los operativos, las autoridades han decomisado más de 100 armas de fuego, vehículos y drogas como cocaína, marihuana y metanfetaminas. A pesar de estas acciones, los enfrentamientos continúan.
Las escuelas de los municipios más afectados, como Culiacán y Cosalá, suspendieron clases durante varios días para proteger a los estudiantes. Incluso, los festejos patrios del 15 de septiembre fueron cancelados en varias localidades debido a la inseguridad. Sin embargo, algunas instituciones educativas reanudaron actividades de manera virtual por temor a nuevos brotes de violencia.
El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, ha sido blanco de amenazas, mientras que la ciudadanía vive bajo el temor constante. La situación ha generado pérdidas económicas considerables, especialmente en áreas como Mazatlán, que han visto una caída en el turismo debido a la incertidumbre. Los narcobloqueos y tiroteos en las principales carreteras agravan la tensión en la región.
Las autoridades han señalado que continuarán reforzando la seguridad en Sinaloa, aunque reconocen que el fin de la violencia depende de que los grupos delictivos cesen sus enfrentamientos. Mientras tanto, miles de habitantes permanecen bajo el asedio de una de las crisis más graves que ha sacudido al Cártel de Sinaloa en la última década.