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Más allá de la luz y la sombra…

Más allá de la luz y la sombra…
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Pepe Magaña: texto y fotografías / Foro Abierto

“Eros” es el sobrenombre con él que se le conoce a Rafael Guadarrama López, un caricaturista que nació en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, un dos de mayo de 1971. Proveniente de una familia modesta, de padres firmes y honrados, que, por muchos años fueron trabajadores incansables en Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Aún recuerda a su señor padre don Víctor Guadarrama (+), de carácter fuerte, siempre lo hace con aquella nostalgia que arropa su vida, que durante su rebeldía no entendió, pero ahora con la sabiduría de los años, lo define como su maestro y mentor; de su señora madre, doña Ermisenda López, sólo la describe como su “universo”: el primero y el más grande amor de su vida.
“Eros” a veces adelantado a su tiempo, frenado por su época, aún le perduran sus más lejanos recuerdos de niño, con sabor a tierra húmeda, tinta indeleble e imágenes que perduran con el tiempo en su estadía y, con su primer dibujo en la Escuela Primaria Ángel Albino Corzo, ubicada a unos cuantos metros del Arco del Carmen, su vida lo llevó por caminos variados, a veces llenos de luz y alegría y otros tan oscuros como una noche sin prisa, de esa forma comenzó a entrelazarse con un espíritu lúdico, dándole vida a las aventuras imaginarias que a la postre le daban esa sensibilidad artística a su obra, la cual destila enojos, reflexión, subversión y fuerza expresiva de un Chiapas en terapia intensiva.
A sus 10 años, ingresa a la Casa de la Cultura “Alberto Domínguez Borraz” en diferentes cursos de artes plásticas, pero al no tener paciencia con los pinceles, los cambia por el lápiz, la tinta y hojas que fueron testigo de sus primeros garabatos, los cuales anunciaban el nacimiento de un “magnífico” caricaturista con cualidades plásticas, perdón… mejor dicho, a la ausencia de estas formas técnicas, porque de artes plásticas no sabía absolutamente nada…
En esa vorágine de ensayos y hojas blancas echadas a perder que, terminaban en el cesto de basura, surge su primer cartón en 1994, justamente cuando estallaba el Movimiento Zapatista de Liberación Nacional el EZLN, naciendo la icónica imagen que aludiera a “Tatik” Samuel Ruiz García, con la frase: ¡Que mal pensados… sólo tengo gripa!: esto en tono sarcástico por los pasamontañas simbólicos que patento el señor de la sotana, la cruz de plata, la esclavina, la boina y el traje…
Tanto fue el impacto de dicha descripción del caricaturista, que inmediatamente le publica la revista mensual “Échale un Ojo” y los periódicos “Sin Línea” y el “Di…. del MAESTRO” de René Genaro Mandujano, donde colaboró por algunos años.
Cabe hacer mención, que a Rafa Guadarrama le caracteriza una luz explosiva y dorada que todo lo inunda en una imagen llena de humor crítico y aplastante de una sociedad pobre, subversiva y casi muerta, pero que la resucita con el carbón de su lápiz, los gises tono pastel y los colores raros de su prismacolor.
En pocas palabras, podemos entender su magistral talento para captar una diversidad de tonalidades que transpiran una denuncia ciertamente ácida, cruel, pero muy real en consecuencia con la corriente realista del momento político, social, económico y cultural, a través de la singular travesía y destino de un estado crucificado, que toma vida en el cartón que exhibe cada semana una triste realidad.
Eros en esa curiosidad y gran imaginación hace homenaje a sus propias vivencias, y a uno de sus grandes maestros: Eduardo del Río (Rius,) representante de la crítica social y política del México casi contemporáneo., quien lo destaca por ese paralelismo entre el dibujo y el mensaje que asocia al instante, dando ahí precisamente, la importancia que tiene la caricatura en su obra, emulando a “Los Supermachos”, “Los Agachados”, “El Chiapas en terapia intensiva” y “San Cristóbal en su agonía” que fueron las historietas de un caricaturista al que Rafa admiró pero que también su memorias plasmo.
Así, que esta labor expresiva en su cartón semanal tiene un significado y sentimiento especial, ya que traen a la mente los personajes del pueblo de San Garabato en el México profundo, pobre y olvidado de Juan Calzonzín, Chon Prieto, Don Perpetuo del Rosal, Doña Eme, Lucas Estornino, Fiacro Franco y Don Plutarco.
Y qué decir del pobre estado de Chiapas, donde encuentra la descripción perfecta de los sátrapas, gandules, gatilleros, politiqueros, aventureros, traidores, hipócritas, adictos, miserables y uno que otro decente.
Si bien el caricaturista siempre rechazó la idea de convertirse en especialista en las artes plásticas, sus ideas en cada cartón nos invitan a reflexionar sobre cuestiones que siguen igual de vigentes, en una época moderna donde los actores del ejecutivo, legislativo y judicial, no están en el ojo del huracán, están en el cartón del ilustrador solitario, Rafael Guadarrama López.
Así se cierra el telón de su obra llamada, “Más allá de la luz y la sobra” …

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