* Más de 200 activistas denunciaron que la urbanización, invasiones y deforestación amenazan el ecosistema vital para la región.
Daniela Alfaro
El 2 de febrero, con motivo del Día Mundial de los Humedales, un grupo de más de 200 ambientalistas y defensores del medio ambiente se congregó en San Cristóbal de Las Casas para exigir la protección de los humedales y manantiales que abastecen de agua potable a la ciudad. Los participantes en la marcha manifestaron su preocupación por la constante amenaza a estos ecosistemas, que son vitales para la fauna local y la seguridad hídrica de la región.
El evento comenzó en la Plaza Catedral, donde los manifestantes, provenientes de 16 colonias, se unieron para recorrer las principales calles de la ciudad. El contingente llegó hasta el Manantial Navajuelos, ubicado en el boulevard San Cristóbal, en la zona sur-oriente, donde finalizaron con una oración tradicional para bendecir los humedales y manantiales que existen en la región. Los participantes reafirmaron su compromiso de continuar luchando por la preservación de estos espacios naturales.
Durante la marcha, los activistas denunciaron la urbanización desmedida, las invasiones y la deforestación que han puesto en peligro estos humedales, a pesar de los esfuerzos legales a nivel federal. Señalaron que el gobierno federal ha tomado algunas medidas positivas, como la declaración de áreas naturales protegidas y el Plan Nacional Hídrico, pero consideraron que aún son insuficientes para frenar la destrucción de estos ecosistemas.
Los humedales de San Cristóbal de Las Casas, incluidos los sitios Ramsar de María Eugenia y Lakiss, representan una de las principales fuentes de agua potable para la ciudad, abasteciendo aproximadamente el 70 por ciento de la misma. Estos humedales son además un refugio para especies endémicas y migratorias, como el pez popoyote, la cerceta ala azul y la garza grande, algunas de ellas en peligro de extinción.
Los ambientalistas indicaron que, a pesar de las leyes existentes y los acuerdos internacionales como la Convención Ramsar de 1971, que promueven la conservación de los humedales, las autoridades estatales y federales no han actuado con suficiente urgencia. En particular, denunciaron que los humedales han sido objeto de invasiones y rellenos ilegales, lo que pone en riesgo la biodiversidad local y el suministro de agua para miles de habitantes.
En su declaración final, los organizadores de la marcha instaron a los gobiernos de los tres niveles a tomar medidas concretas para proteger los humedales y garantizar que se cumplan los acuerdos internacionales. “La protección de los humedales no es solo una cuestión ambiental, sino también de seguridad hídrica para la población. Si no actuamos ahora, el desabasto de agua que ya hemos sufrido podría empeorar”, concluyeron.