1. Home
  2. Columnas
  3. Malas mentiras / La Feria

Malas mentiras / La Feria

Malas mentiras / La Feria
0

Sr. López

Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, era un mentiroso grado ‘summa cum laude’, insuperable, pero mentía poco, cuando era indispensable y no era posible que lo desmintiera nadie. Así, una vez, tía Jose -su mamá-, lo encontró con la hija de unos vecinos, sin nadie más en la casa y conociéndolo, lo puso pinto y él no abrió el pico. La verdad, no había “pasado” nada y este menda le preguntó por qué no lo dijo, y negando con la cabeza, explicó: -No digas mentiras ni verdades que nadie te va a creer, no seas tonto -usó un adjetivo que rima con conejo.

Algo anda mal. Sin cambiar su expresión de paciente en la sala de espera del proctólogo (muy serio), el secretario de Seguridad García Harfuch, el Kalimán (Batman es gringo), aclaró en la madrugadora del martes pasado, con la Presidenta a su lado, que el coche bomba (era una camioneta), que explotó el sábado pasado, en el municipio de Coahuayana, Michoacán, frente a la base de la Policía Comunitaria con un saldo al momento de seis muertos y 12 heridos, no fue un coche bomba y no fue un acto de terrorismo. El señor piensa que todos somos sus estúpidos o no y dice estupideces. Algo anda mal.

Sobre calificar el atentado como un hecho terrorista, dijo que “está totalmente descartado, pues de acuerdo con las leyes nacionales e internacionales, el terrorismo ocurre cuando una acción se ejecuta para imponer objetivos políticos, ideológicos, religiosos o sociales, lo cual no se cumple”. Vaya, vaya, con que esas tenemos.

En primer lugar, don Harfuch, no existe esa ley internacional, ni siquiera la definición de la ONU sobre qué es terrorismo, es aceptada por todos (es muy malita).

En segundo lugar, conforme a nuestras leyes, al Código Penal Federal se le adicionó desde el 29 de julio de 1970 (hace 55 años), el Capítulo VI, sobre Terrorismo y ahí en la fracción primera del artículo 139 después de enlistar varias maneras de causar una tragedia, define clarito que comete el delito de terrorismo quien “(…) intencionalmente realice actos en contra de bienes o servicios, ya sea públicos o privados, o bien, en contra de la integridad física, emocional, o la vida de personas, que produzcan alarma, temor o terror en la población o en un grupo o sector de ella, para atentar contra la seguridad nacional o presionar a la autoridad o a un particular, u obligar a éste para que tome una determinación”.

Que se lo lean despacito al Kalimán Harfuch, nada de “imponer objetivos políticos, ideológicos, religiosos o sociales”. Y si la versión del señor serio de que así se llevan de pesado los del Cártel Jalisco Nueva Generación y los Cárteles Unidos, da lo mismo, sigue siendo terrorismo.

En esta vida se puede ser bueno mintiendo o malo. Don Kalimán Harfuch es de los malos. Antier también dijo: “No fue un coche bomba que hayan dejado y que después hayan detonado, sino que llegan, se estacionan y es cuando explota”. ¡Ah!, claro, entonces tampoco fue terrorismo cuando estrellaron dos aviones en las Torres Gemelas de Nueva York: no estacionaron los aviones y los terroristas no se bajaron (y la camioneta llevaba plátanos, cuándo se ha visto eso entre terroristas que se respeten).

Este gobierno sigue con fe de converso, los pasos del anterior arrimado en Palacio y eso incluye mentir sin pausa, sin pudor. Un riesgo cierto de mentir a mansalva es que el mendaz acaba creyéndose sus mentiras y eso parece que ya le pasó al equipo de sucesores del Pejehová: su rascuache populismo ya hizo metástasis y ese cáncer de mentir por sistema, se regó al cuerpo completo del gobierno federal.

Si la Presidenta miente con el desparpajo que miente, sus segundos no tienen por qué ruborizarse. Y la señora miente, mucho, nada más acuérdese de eso de que gracias a la 4T tenemos crecimiento sin más deuda. Miente.

Hay quien pide comprensión: el gobierno no puede tipificar como terrorismo lo del coche bomba, porque le daría armas al Trump.

Los EUA definieron que son narcoterroristas el 23 de enero de este año. En los gobiernos cuatroteros, ha habido ocho atentados terroristas, seis antes de la declaratoria de la Casa Blanca. En 2019 dos: una camioneta cargada de explosivos afuera de la refinería de Salamanca en una visita del entonces Pejecutivo, con un mensaje de amenaza contra el señor de Badiraguato; otro en 2020, un coche bomba afuera de la misma refinería, neutralizado por militares.

Sí explotaron: en diciembre de 2021, en Tula, Hidalgo, tres coches bomba el mismo día. En Celaya, Guanajuato, en junio de 2023, y también en Guanajuato, en Jerécuaro y Acámbaro, los dos en octubre de 2024. Ya en tiempos de doña Sheinbaum en Palacio, son dos: en junio de 2025, en Coronango, Puebla, y este más reciente, el de Coahuayana, Michoacán.

Todos los ocho, incluidos los que no explotaron, conforme a nuestra ley, son terrorismo, sin trapitos calientes, aunque el Kalimán Harfuch diga que no, que los delincuentes se hacen bromas muy pesadas.

La pregunta es por qué niegan que es terrorismo… porque los cuatroteros sostienen que nos transformaron la patria, que ahora más pura la luna brilla y se respira mejor. Y porque piensan que con sostener la mentira basta.

Tal vez tengan razón en México, total, el tenochca simplex nivel banqueta, todo traga. El problema es que en el extranjero, nos observan y que los EUA nos vigilan. El gobierno cuatrotero ha pasado de ser el hazmerreír a ser escándalo. El deslenguado patán del Trump sí dice cómo nos ven desde la Casa Blanca:    

El 1 de septiembre pasado, dijo el tipo ese: “México está dirigido por los cárteles”… y añadió que doña Sheinbaum no acepta su ayuda “porque tiene miedo. Tiene mucho miedo”. Luego, el 23 de octubre, machacó: “México está gobernado por los carteles”.

Y mientras, acá: ¿terrorismo, cuál terrorismo, cuáles coches bomba?, acá todo es paz y el pueblo está feliz, feliz.

La apuesta de doña Sheinbaum es perdedora, el tío Sam no le cree nada y no respeta nada. Y está atrapada, ya no puede salir de esa red de siete años de malas mentiras.

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *