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Mala suerte / La Feria

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Sr. López 

Tía Lucero, de las de Autlán, tuvo siete maridos y varios intentos formales de matrimonio. Ella hacía un resumen sintético más o menos así: el primero, le puso los cuernos; el segundo era un mantenido; el tercero maltrataba a sus hijos (tres del primer esposo, no tuvo más); el cuarto no le puso los cuernos, era muy trabajador y trataba bien a sus hijos, pero le pegaba a ella; el quinto, le puso los cuernos, era mantenido, maltrataba a sus hijos y también le pegaba; el sexto era un Otelo; el séptimo nomás le cayó gordo. De los prospectos de marido no hablaba. Una tarde en una sobremesa una de las tías dijo “Lucerito tuvo mala suerte con los hombres” y la abuela Elena que pelos en la boca nunca tuvo, atajó: -A nadie le salen malos siete maridos y una docena de amantes, es ella –pues sí. 

Un bobo leyendo nuestra historia dentro de algunos siglos, podrá pensar “qué mala suerte la de los mexicanos del siglo XIX, XX y principios del XXI”, pero otro no-bobo, pensará “¿qué les pasaba a los mexicanos, que todo les salía mal?”. 

Nuestros episodios nacionales parecen una sucesión de infortunios y tanta mala pata no existe. 

Ahora mismo, resulta que sabotean el Metro de la CdMx. Y para muestra un botón: este domingo 15 de enero, se reinauguró el tramo subterráneo de la Línea 12, con Ladycorcholata Sheinbaum, muy sonriente en un vagón, oyendo a un guitarrista ambulante. El mismo día a las 15:45 horas, en la estación Polanco de la Línea 7, se desacopló el tren (se separaron dos vagones); no hubo muertos ni heridos aunque sí asustados por el estruendo y el humo provocados por el posterior corto circuito. Cosa muy extraña que no evitó la radiación salvífica de los elementos de la Guardia Nacional, presentes en el Metro. 

De inmediato se revisó qué había pasado; la primera conclusión es que no fue por falta de mantenimiento y se informó que la Fiscalía de la CdMx realiza investigaciones con el material recolectado tras la revisión. Se adelantó que de ser necesario, la Guardia Nacional cuidará también los talleres y zonas administrativas incluidas. ¡Eso!, lo que falta es ampliar el radio de acción de las emanaciones de buena vibra de los guardias nacionales. 

Como sea, lo importante ya se dijo: no fue por falta de mantenimiento. Algunos perversos enemigos de doña Sheinbaum o peor todavía, de la 4T, están saboteando el Metro, sin que les preocupe provocar muertes. Evadiendo la loca idea de que la falta de mantenimiento del sistema esté causando muertes. Eso no. Que quede claro: no hay accidentes por falta de mantenimiento, por más que el sindicato clame desde hace años que ese es el problema. ¿Sí?, pues no, no, porque no. Punto. 

El discurso lo tiene ganado el gobierno. Ya dijeron qué está sucediendo según ellos. Lo que diga la realidad es problema de la realidad, no del gobierno. Está bien o mejor dicho, estaría bien si fueran a ser gobierno los siguientes 70 años, plazo razonable para que no quede vivo nadie que haya vivido los hechos. La lástima es que en menos de dos años, todos entregarán sus despachos y ninguno de sus sucesores va a querer cargar con 

muertos ajenos. Todo se va a saber. Quienes están mangoneando los hechos, olvidan que los muertos tienen la manía de no estarse en paz hasta que se hace justicia. 

El actual gobierno federal explica todo lo que se le critica como ataque malintencionado. Los malos resultados que no puede negar, los atribuye al tiradero que les entregaron en 2018, culpando de preferencia al Presidente que se fue en 2012 (don Calderón, no se distraiga). Y para lo que le destapan a sus colaboradores, cuentan con la intervención personal del preside López Obrador, defensor de causa difíciles y desesperadas. 

Lo malo es que se ha desgastado la palabra presidencial. Tanto defender a los suyos disminuye la potencia purificadora de su poderosa palabra. Hasta los más convencidos seguidores suyos ya guardan silencio. 

Hoy defiende el Presidente a la Yasmín, Ladyxerox Esquivel, como antes ha defendido a Manuel Bartlett, director General de la CFE, por su riqueza algo cuestionable, diciendo que sus acusadores son sus adversarios conservadores: “(…) no le tengo confianza a la gente que hacen estas investigaciones (porque no son) honestos, fueron “acusaciones sin pruebas”. ‘Tá bueno. 

Igual defendió al Dr. Muerte, Hugo López Gatell, subsecretario de Salud responsable del combate a la pandemia del Covid-19, fuertemente criticado por las especialistas, exsecretarios de salud y la propia OMS, diciendo que “han lanzado una campaña” en su contra sus “adversarios” y quienes están en desacuerdo con su estrategia sanitaria… con arriba de 600 mil muertes atribuidas al virus. 

El Presidente, tiene arrestos para defender personajes de la calaña de Félix Salgado Macedonio, denunciado penalmente por violación agravada y por violación sexual a una menor de 17 años, diciendo “son acusaciones de los conservadores porque es temporada electoral y no nos quieren… y no hay sentencia”. O a Pedro Salmerón, propuesto por él como embajador de Panamá, con diversas acusaciones de acoso sexual cuando funcionario, cuando profesor del ITAM y dentro de su partido, Morena, y el Presidente dijo que era un linchamiento y que era un gran historiador (y le paró cuando Panamá, comedidamente, pidió que no se los fuera a mandar). 

Es larga la lista de defendidos presidenciales por diferentes motivos, unos graves, otros no tanto: Olga Sánchez Cordero; Javier Jiménez Espriú; Gabriela Guevara; Carlos Lomelín; Rocío Nahle; Octavio Romero y la encargada entonces del combate a la corrupción, Irma Eréndira Sandoval… y varios de sus familiares, cosa que sí se entiende defienda aunque lo mejor sería nomás no abrir la boca. 

Y ayer extendió su manto protector a un amigo, el ingeniero Riobóo, esposo de Ladyxerox, por un asunto familiar que a nadie de nosotros importa pero a él sí: “Es uno de los mejores ingenieros del mundo”, y sanseacabó, si es buen ingeniero es inocente. 

Señor Presidente, recapacite, no hay tanta mala suerte.

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