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Los huérfanos del feminicidio, invisibles, desamparados y a merced de los depredadores / Palabras JJustas

Los huérfanos del feminicidio, invisibles, desamparados y a merced de los depredadores / Palabras JJustas
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Lulú Ovilla 

Hablar de feminicidios, es hablar de muerte y orfandad, pero el tema que no se toca después de una muerte brutal hacia una mujer, es de los huérfanos que ese asesinato impune deja, la vulnerabilidad de los niños se acentúa en un contexto de impunidad y violencia constante, ante la incapacidad del estado para protegerlos, pero sobretodo su crisis se acentúa cuando se redujo el presupuesto para la niñez en un 16 por ciento, desde el inicio del gobierno de la esperanza. 

Estas niñas, niños o en algunos casos, bebes, no solo se convierten en huérfanos, sino que también son menores que quedan expuestos a un futuro incierto, con la vida totalmente destrozada, olvidados y abandonados por el estado, por lo que generaciones y generaciones de huérfanos por el feminicidio, terminan en las calles, drogándose, prostituyéndose o en muchos casos, son presa fácil del crimen o la delincuencia organizada. 

Alguno de estos niños huérfanos, se queda bajo el cuidado de la abuelita, una persona adulta mayor, sin esposo, sola y cuidando nietos, quien no tiene tiempo de vivir su dolor, su pena, ni la fuerza para andar en alguna dependencia pidiendo justicia para el feminicidio de su hija, ella lo único que le preocupa de ahora en adelante es que hará para darles de comer y hasta donde la vida le alcanzara para protegerlos. 

Cuando el padre del o los menores es absuelto por la incapacidad de algunos jueces, este regresa al hogar, con sus mismos traumas, sus mismas frustraciones y su mismo rencor por la vida, a desquitarse con ese ser que no puede ni defenderse, le teme, tiene en su mente el trauma psicológico de haber visto como su padre mato a su mamita, ese miedo que lo paraliza no le permite hacer nada y se vuelve vulnerable, ante su atacante que abusa sexualmente de él. 

Ese es el destino de los niños que quedan huérfanos por el feminicidio de sus madres, son niños que quedan en un desamparo total y legal, existen personas que ante el conocimiento de la orfandad de esos niños, deciden adoptarlo pero se encuentran con autoridades que lejos de ayudar para que estos niños tengan un mejor futuro, bloquean toda posibilidad. 

Comúnmente la custodia de los pequeños no se gestiona, por lo que se quedan en un desamparo legal, que poco le ha importado a alguien, sobre todo aquellos que andan por la vida política de nuestro país, con bandera de humanistas y es todo lo contrario, pero aun con todo y eso, es importante que alguien voltee a ver a esos niños y se conmuevan por su orfandad y modifiquen la ley para facilitar el proceso y se pueda integrar a una nueva familia, ya sea la materna, o una externa. 

Salvaguardar la integridad física de los niños de México, es materia que también se tiene pendiente, así como acabar con los feminicidios, el tema agrario, para mujeres indígenas, las bodas infantiles y muchos más, si ha habido avances, aunque lentos, en los asesinatos de mujeres en razón de género, pero está pendiente también, brindarles protección integral a las victimas indirectas del feminicidio, a los hijos de las madres asesinadas. 

La orfandad de los niños es muy preocupante, ya que el contexto de violencia feminicida establece un evento sumamente traumático, quebrantando el vínculo familiar como un espacio de protección, vulnerando sus derechos humanos, el evento que vivieron esos niños es muy grave y requiere la intervención de las instituciones de gobierno responsables como el DIF, la Procuraduría de Protección de niñas, niños y adolescentes, ente otras. 

Estos huérfanos, son víctimas colaterales, derivado de los feminicidios, estas consecuencias deben atenderse con perspectiva en derechos humanos y restituírselos en un corto plazo, porque su crecimiento es lastimoso y preocupante, 5 mil 72 niños quedaron huérfanos, es decir que en México casi seis niños pierden a su madre en cada jornada laboral. 

Cuando el estado decide hacer su trabajo, por alguna extraña razón y solo en algunos casos y muy contados, el niño recibe de una a dos terapias creyendo que con eso el pequeño o pequeña, queda totalmente curado del evento tan traumático que vivió, sin asistencia económica, médica o alimentaria la abuelita, una mujer que vive en extrema pobreza, que apenas camina y que sirve de compañía al menor, se trasladan a la institución competente. 

Aunque en la ley existe la orden de garantizar sistemáticamente el bienestar de los niños, esto no se lleva a cabo, especialistas afirman que 3 mil 600 niños habrían quedado huérfanos hasta el 2018 y más de 23 mil en la última década, pequeños que no están sanos y requieren atención inmediata, tienden a mostrar, culpa, miedo, tristeza, depresión aislamiento, trastornos del sueño, conductas antisociales y hasta pérdida de memoria como mecanismo de protección. 

Los vacíos legales existen, ya que no visibilizan la situación del menor y mucho menos son protegidos legalmente, esto lo perjudica en mucho, es un flagelo que crea un drama paralelo, el de un niño que pierde a su madre por ser asesinada y a su padre porque permanecerá en la cárcel ¿Y bajo la protección de quién se quedan? De la abuelita, una anciana que apenas y puede con su vida, eso en caso de haber alguien, y si no, terminan en la calle. 

En nuestra Constitución establece en su artículo primero que, todas las autoridades de los tres órdenes de gobierno tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos de los menores de edad, así como prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a sus garantías fundamentales. 

Quienes deben de seguir los protocolos de cumplimiento para la protección de los menores son: El Sistema Nacional del DIF, en coordinación con las instituciones que integran el Sistema Nacional de Asistencia Social Pública y Privada y de orientación para las demás autoridades federales, locales y municipales, personal del servicio público en el ámbito de sus respectivas competencias. 

En lo que va de la pandemia, se han registrados datos muy alarmantes, ya que no existe un registro a nivel nacional, ni estatal sobre las condiciones de los niños huérfanos del feminicidio, son niños invisibles, porque no se lleva un registro de sus nombres o una imagen con la que se puedan identificar, la ayuda es nula, aun cuando en muchos casos, estos pequeños son testigos del brutal asesinato de sus madres y el daño psicológico es muy fuerte. 

Como se logra obtener una estimación sobre los niños que han quedado en una total orfandad, multiplicando los feminicidios y homicidios dolosos en contra de las mujeres, según el registro del Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), por la tasa de natalidad de 2.21 hijos por mujer, según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID). 

Esta mujeres que hoy ya son estadísticas por ser asesinadas a mano de un hombre, muchas eran madres solteras, de uno a tres o 5 hijos, algunos de esos pequeños, tienen alguna discapacidad, enfermedad degenerativa, síndrome de down, desafortunadamente sino les importo encontrar al asesino de sus madres, mucho menos les va a importar protegerlos, salvaguardarlos y brindarles ayuda alimentaria, medica, etc. 

Es muy lamentable que ninguna entidad federativa haya podido proporcionar hasta el momento el registro de cuantos menores se encuentran en orfandad y requieren ayuda del estado, hasta hace muy poco tiempo se ha solicitado a los Ministerios Públicos que integren a los expediente de algún feminicidio, el registro de cuantos pequeños quedan huérfanos con la muerte de sus madres. 

Estos pequeños huérfanos por el feminicidio de sus madres, son el daño colateral que nadie quiere voltear a ver, las casas hogares solo son lugares de explotación infantil y de cualquier tipo de abusos, los recursos económicos, los programas sociales, que se les pueda brindar, no ayudan en nada, si el apoyo primordial que es curar sus heridas a través de un psicólogo no se le brinda. 

Los duelos que esos pequeños tienen que vivir son muy dolorosos para ellos, como: los rechazos, los cuestionamientos sobre lo que sucedió con su madre, tienden a mostrar culpa, miedo, tristeza, depresión aislamiento, trastornos del sueño y conductas antisociales, cualquier recurso es insuficiente sino tienen ayuda psicológica. 

Estos niños que hoy viven en la orfandad, no pueden seguir siendo invisibles ante una sociedad que ignora cuantos niños ya no tienen su madre, políticos van, políticos vienen en cada legislatura y nada se ha hecho hasta el momento, al menos que este cerca algún proceso electoral, empiezan a abanderar causas que les permita conseguir un cargo político, después todo sigue como siempre, como si nada pasara, al menos que el destino los toque, todo cambia. 

Lulu_oc1507@hotmail.com 

Cel 9612335699

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