Por Rodulfo Reyes
La difusión de las fotos en las que se observa al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, acompañado de su esposa, en actividades que lo muestran como un funcionario sencillo, viene a comprobar que hay un plan en marcha para que el segundo tabasqueño del gabinete sea visto como presidenciable.
Que dentro de su cargada agenda como responsable de la gobernabilidad del país, el inquilino de Bucareli tenga tiempo para darse baños de pueblo, necesariamente debe enmarcarse en el contexto de la sucesión presidencial, por más que por lo menos en dos ocasiones el mandatario Andrés Manuel López Obrador lo haya descartado como precandidato.
Durante los tres años que fue gobernador de Tabasco, el titular de la política interna nunca realizó actividades como esas que hoy está poniendo en práctica desde su encomienda federal. Por eso llama la atención que, de pronto, se le vea en lugares públicos como si se tratara de un mexicano más que gusta de las cosas cotidianas.
De hecho, a diferencia de otros ejecutivos estatales que eran dados a compartir las actividades públicas con sus cónyuges, como fue el caso del perredista Arturo Núñez Jiménez, el secretario de Gobernación nunca privilegió en su tierra esa fórmula que tan malos resultados dio en la administración de Núñez.
Por eso hoy, más que sorpresa, provoca certeza ver las imágenes de López Hernández en diligencias propias de un ciudadano común y corriente, lo que parece dar señales de que, en realidad, lleva un papel en el adelantado proceso interno de Morena para elegir al abanderado a la presidencia.
El martes, en su rueda de prensa mañanera, López Obrador pareció abrir su terna para sucederlo: de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, dijo que “yo la quiero mucho”; del secretario de Gobernación soltó un “imagínense, es mi paisano”, y del canciller Marcelo Ebrard sostuvo que “está habiendo un trabajo de primera”, frase que repitió en dos ocasiones.
De los tres, subrayó que lo importante era ver cómo se iba a resolver la nominación. “Va a decidir el pueblo, que es el soberano”, subrayó mientras enchuecaba la mejilla a manera de sonrisa.
Otra vez volvió a excluir al líder del Senado, Ricardo Monreal, quien continúa metido en el hándicap pero sin el permiso de Palacio Nacional.
En síntesis, aunque ya es algo de todos conocidos que en la mente del presidente solo existen Claudia, Adán y Marcelo, antier volvió a dejar en claro que bajo ninguna circunstancia tiene contemplado al senador por Zacatecas.
De igual manera, dejó constancia que su paisano el titular de Gobernación sí es precandidato, aunque el rol que juega lo está definiendo él y no se trata de una inquietud propia de López Hernández.
Por el trato que le dio a los tres en su mañanera del martes, en donde dijo que a la Sheinbaum la quería mucho, que Adán era su paisano y que Marcelo estaba haciendo
“un trabajo de primera”, no parece reflejar que tenga un favorito, aunque la referencia al trabajo de primera del canciller pudiera dar alguna pista.
Para su información…
En la tierra del jefe del Ejecutivo federal se hacen esfuerzos por meter al responsable nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, en la sucesión presidencial. Pero con tal mal tino que quien lo está promoviendo abiertamente es el secretario general del Movimiento Territorial de ese instituto, el tabasqueño Erubiel Alonso Qué, quien ya fue dirigente estatal del partido y en su gestión fue acusado en medios electrónicos de cobrar varios millones de pesos por las candidaturas para las elecciones intermedias de 2015. El destapador del campechano, además, se promueve para ser candidato a la gubernatura de Tabasco en 2024. Por cierto, por ser encargado de un sector del tricolor, Erubiel está impedido estatutariamente para hacer un pronunciamiento por algún precandidato, pues eso da pauta para que, en caso de darse, esa candidatura podía ser impugnada ante las autoridades electorales.