Por Manuel Ruiseñor Liévano
Sostienen especialistas en ciencias sociales, que la memoria histórica y cultural de Chanal nos remite a un lugar sagrado del pueblo tseltal en la región de Los Altos de Chiapas, que los cohesiona, emocional, cultural y socialmente en torno a mitos fundacionales, aún a pesar de cierto abandono. Lo asienta en su investigación Miguel Sánchez Álvarez, publicada en el foro de la Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales y en donde agrega que “se requiere vitalizar los movimientos sociales (…) y la dinámica sociocultural de los pueblos originarios y campesinos cuando ocurren procesos de pérdida cultural, adopción y nuevas formas de pensar, modos de vida (…) generados por el proceso de modernización y por la globalización ideológica”.
En este contexto antropológico y en su visita proselitista a Chanal, el candidato a la gubernatura de Chiapas por la coalición “Sigamos Haciendo Historia en Chiapas”, Eduardo Ramírez Aguilar expresó: “Conozco a Chiapas; corre en mi sangre, sangre chiapaneca; corre en mi sangre, sangre indígena; corre en mi sangre, sangre mestiza; soy el resultado del esfuerzo y la dedicación”.
Como es costumbre en la tradición cultural de Chiapas, en la plaza central donde los guardianes espirituales tutelan al pueblo, Eduardo Ramírez, dijo: “Los altos de Chiapas representan para mí la asignatura pendiente desde tiempos inmemoriales, representan para mí la reivindicación de sus derechos, la reivindicación de sus usos y costumbres, el reconocimiento pleno de la cosmovisión de los pueblos originarios”.
Nada más certero, para dar un mensaje de aliento a los pueblos originarios de Chiapas, los cuales y no es un misterio, hace tiempo sufren procesos de erosión cultural, cuyas repercusiones afectan fuertemente sus sistemas de conocimientos y saberes tradicionales.
Ramírez Aguilar sigue evidenciando –algo muy apreciable en la desgastada praxis política de hoy–, sensibilidad y humanismo; conexión con la gente y, sobre todo, conocimiento y respeto por lo que es Chiapas en su diversidad lingüística, étnica y cultural. Una cuestión no siempre atendida y entendida por quienes están inmersos en los usos del poder.
Más allá del reconocimiento a la pluralidad, el candidato al gobierno de Chiapas por la coalición encabezada por MORENA, se pronunció por la modernidad necesaria en todo el territorio del estado, al asegurar que en Chanal, como en las zonas más pobres de Chiapas, habrá conectividad digital, para que ya no exista la brecha social con los demás municipios de nuestro estado. Aquí vale la pena referir que tradición y modernidad no están reñidas, como regularmente se piensa.
Tal y como lo hizo patente en su gira por la Sierra, Ramírez Aguilar refrendó un mensaje que, a nuestro parecer, no dejará de tener eco en la mente ciudadana: “Queremos llevar paz, queremos construir la paz y vamos hacer la cultura de paz, desde la educación, desde el kinder y la primaria, vamos a generar una nueva cultura de paz para que tengamos paz siempre en Chiapas”.
En la gira por Los Altos, se hizo presente en la capital cultural del estado, San Cristóbal de Las Casas, en la cual el político, popularmente identificado como el JAGUAR NEGRO, sostuvo un diálogo abierto con representantes de los diferentes sectores sociales y económicos del municipio.
Lo destacable de ese encuentro, fue haber manifestado su compromiso de que las primeras obras de su gobierno, habrán de arrancar con toda la fuerza del Estado, siempre y cuando hayan pasado por el tamiz de la consulta ciudadana, empezando con la autopista que va a conectar a Palenque con Ocosingo. Cerró así esta etapa de su gira proselitista el hombre de Comitán, ya estaremos pendientes de lo que sigue.