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Lo que Obrador no dijo sobre el rezago de vacunación en Chiapas / En la Mira

Lo que Obrador no dijo sobre el rezago de vacunación en Chiapas / En la Mira
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Héctor Estrada

En medio de los señalamientos por el rezago en la aplicación de vacunas dentro de Chiapas, esta semana al presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, no le quedó de otra que “repartir culpas” e intentar explicar una serie de razones contradictorias que ni el mismo pudo definir. Todo para evadir una cadena de responsabilidades que inicia justo con su gobierno y, por más justificaciones, no resultan tan fáciles de eludir.

En el nudo de explicaciones contradictorias dadas a la pregunta expresa de un reportera, Obrador primero responsabilizó a las autoridades locales en Chiapas por la falta de coordinación; luego usó como ejemplo a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, por sí estar al tanto de sus vacunas y solicitarlas cuando son necesarias; pero después, al darse cuenta del sentido de sus acusaciones, terminó por exculpar al gobernador chiapanecoa quien de paso reconoció también por hacer un buen trabajo durante la vacunación; entonces, no quedó de otra que dejartoda la culpa en el delegado federal.

Para el presidente de la república la razón principal por la que en Chiapas no se ha superado aún el 20 por ciento de la vacunación es simplemente porque no se habían solicitado las vacunas suficientes, como si el suministro, logística y asignación de dosis por lote a cada entidad fuese un asunto de complacencias y no de una estrategia nacional basada en datos estadísticos, reportes periódicos y planes de logística previamente autorizados por la Secretaría de Salud Federal.

Lo cierto es que, de acuerdo a lo establecido por la “Política Nacional de Vacunación contra el virus SARS-CoV-2”, es la Secretaría de Salud del Gobierno de México, con la participación de varias dependencias federales, incluido el Ejército, quien define la priorización y los criterios de distribución de los lotes recibidos hacia todas las entidades del país. Así está determinado en el plan nacional.

Desde diciembre de 2020 cada una de las entidades del país envió su concentrado de datos a la Coordinación de la Estrategia Nacional de Vacunación. A través de la participación del INEGI y los gobiernos estatales, el Gobierno de la República supo desde el inicio las necesidades de cada entidad por rango de edades, personal de salud y, posteriormente, sector docente.

Aunque existen mesas de trabajo permanente entre los tres niveles de gobierno, la responsabilidad de coordinar la asignación y distribución de vacunas está sobre los hombros de tres figuras: Jorge Alcocer Varela, secretario de Salud; Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud; y Ricardo Cortés Alcalá, director general de Promoción de la Salud. Marcelo Ebrard es el responsable de negociar la compra de vacunas, Arturo Herrera el encargado de los pagos y Luis Cresencio Sandoval el encargado de la logística de distribución.

No son ocurrencias. Así está distribuido el esquema de atribuciones y responsabilidades dentro del Plan Nacional de Vacunación. Lo que no se dice es que en el fondo el orden de priorización está supeditado al nivel de crisis epidémica que enfrenta cada entidad y, sobre todo, a la cantidad vacunas disponibles a nivel nacional. No es casualidad que Chiapas yCampeche sean, además de las que estuvieron primero en semáforo verde, las entidades que menos dosis proporcionales habían recibido hasta antes del 8 de julio.

Otra muestra clara de ello es justamente lo que sucede en Chiapas con la segunda dosis de la vacuna Pfizer. El último lote de vacunas (de esa marca) arribó a la entidad chiapaneca el pasado 1 de mayo para la aplicación de la primera dosis a personas de entre 40 y 49 años, y desde entonces no ha llegado un lote adicional para la segunda dosis. Han transcurrido varias semanas después de los 21 días establecidos para completar el cuadro de vacunación y Chiapas no recibe todavía las vacunas Pfizer requeridas desde hace casi un mes.

El último lote de vacunas Pfizer llegó al país el pasado 13 julio con 296 mil dosis. Sin embargo, solamente en Chiapas 62 mil personas esperan urgentemente la segunda aplicaciónde un lote general que tendrá que ser repartido entre las 32 entidades. Ahí está la muestra más clara de que no se trata solamente de “solicitudes”, sino de disponibilidad y priorización. Porque la realidad es que México no cuenta con las dosis suficientes en existencia para activar la “vacunación universal” a los rangos de edades pendientes.

Obrador no quiso reconocer que Chiapas no fue prioridad durante los primeros meses de vacunación, que la disponibilidad de dosis no permite saciar la demanda real de todas las entidades al mismo tiempo, y que su gobierno también ha priorizado la ayuda humanitaria a otras naciones menos favorecidas con el envío de vacunas. Por eso no supo qué explicar con claridad cuando se le preguntaron las razones reales sobre el rezago en entidades como Chiapas, y terminó “repartiendo culpas”.

Lo positivo del caso es que la entidad cuenta hoy con un enlace directo del propio López Obrador para resarcir el déficit. Así, desde la asignación del director general del IMSS, Zoé Robledo Aburto, en menos de una semana han arribado a Chiapas más de 400 mil dosis que representan más del 70 por ciento de las recibidas entre enero a mayo. Con el nuevo esquema emergente de vacunación la responsabilidad ahora recae en la ciudadanía para acudir a los centros de aplicación y aprovechar la oportunidad que muchos hubiesen deseado tener en su momento… así las cosas.

entre las que él mismo se contradijo. 

Hasta antes del 8 de julio pasado el gobierno federal, mediante un total de 16 lotes, había enviado a Chiapas 668 mil vacunas para una población de 5 millones 500 mil personas, la menor cantidad proporcional de vacunas respecto a su población total del estado.

Las principales figuras del plan nacional son 

La Ciudad de México ha acaparado alrededor del 30 por ciento de las vacunas.

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