Ernesto Gómez Pananá
En marzo de 2019, tal vez alguno de mis cinco lectores lo recuerde, esta columna habló de lo inédita y lo extraordinaria que resultaba la presente administración. Eran sus inicios.
Hoy, cerca de terminar enero del 2023, estamos cerca de terminar también el sexenio y algunas cosas pareciera que se ven más claras. Pongo un ejemplo: cualquier analista o ciudadano mínimamente informado sabe que en el ánimo del presidente no está la idea de la reelección ni la perpetuación personal en la silla del águila. Antes al contrario, lo que busca es garantizar una sucesión que dé continuidad a sus anhelos, ejecutándose en alguien de su confianza. Hasta aquí, dentro de todo, el escenario pareciera natural y estable.
La ecuación se descuadra si consideramos algunos elementos intrínsecamente inéditos. Digo que son intrínsecamente inéditos porque este último adjetivo viene de la mano del hecho de que lo son, en tanto es la primera ocasión en que Morena gobierna todo el país, que Andrés Manuel López Obrador ocupa la presidencia, que se sustituye a la anterior clase política por otra en gran medida nueva y que el actual gobierno echó a andar una serie de modificaciones-transformaciones- profundas. Lo sucedido con nuestro país de diciembre de 2018 a la fecha puede gustar o no, pero es innegable que son escenarios extraordinarios e inéditos. También lo está siendo la “sucesión”. Intento explicar:
El destape de los aspirantes se dió no bien pasada la primer mitad del sexenio y fue el mismo presidente quien enlistó a quienes bautizó como “sus corcholatas”. De entonces a la fecha, giras al interior del país, conferencias, eventos en el extranjero, presentaciones de libros. Más recientemente incluso, la petición del presidente de Morena a los gobernadores para abrir espacios de expresión para las corcholatas. Nunca antes tuvo nuestro país tal efervescencia abierta entre aspirantes a presidente. Si esto es lo más adecuado o no, puede ser discutible. Lo que es innegable es que es Inédito.
Así también, el presidente ha insistido en que el mecanismo de designación de la persona que irá por la presidencia serán encuestas. Una forma extrema de pragmatismo en la que se da por sentado que cualquiera de los aspirantes, el más popular también desde luego, comparten y representan el ideario del partido-movimiento del presidente. La popularidad puede gestarse en infinidad de variables. Por fortuna ni Luisito Comunica ni Chumel Torres aspiran a ser presidentes.
De entre las corcholatas, un primer análisis perfila una clara favorita, un aspirante con gran experiencia pero que no necesariamente sería la opción primera y otro que llegó básicamente para evitar la polarización entre dos. Luego de meses de resistir y persistir, un cuarto suspirante fue reconocido: Monreal representa un capital que no es menor. Falta ver qué hará cuando “la encuesta no le favorezca”. Nuevamente inédito. Monreal no es Camacho y no tiene para dónde crecer. Tampoco Marcelo.
Conocimos de las sucesiones de López Portillo, De La Madrid, Salinas. De Fox, Calderón o Peña. No conocemos realmente cómo será la del actual gobierno. Inédito.
Oximoronas 1. Tuxtla y prácticamente todo Chiapas inundado por espectaculares que “promueven” una revista. Príncipes que creyéndose ataviados de astucia, no hacen sino evidenciar que se burlan de la ley, que desdeñan a la ciudadanía y más aún, que su inteligencia es inversamente proporcional a su dinero.
Oximoronas 2. Luego de dos años sin celebrarse, este 2023 Chiapa de Corzo volvió a tener su Fiesta Grande. ¡Que vivan San Antonio y San Sebastián muchachos! ¡Que viva la celebración orgullosa de nuestro real y profundo mestizaje!