Home Chiapas Las flores de Rosalba

Las flores de Rosalba

Las flores de Rosalba
0
0

* Un homenaje de la ciudadanía contra la injusticia del olvido

Edgar Zenteno Sol / Director de la Casa Cultural Napiniaca

El día que nació, nacieron todas flores como se acostumbra a cantarle a los festejados en su día, y así, en la campiña, nació una flor llamada Rosalba Cameras Balbuena un 16 de diciembre de 1930 en nuestro bello pueblo de Chiapa de Corzo.

Como toda gran maestra, primero fue alumna y en el caso de doña Chalbita (como cariñosamente le decían) traía en su destino la fantasía e imaginación con la que cuajaron, en sus manos, los pigmentos en el decorado de jícaras, cofres, calabazas, camarines, entre otros artículos.

Tuvo como maestra a doña Adelfa Ruiz, viuda de Aguilar (también chiapacorceña), que tenía su tienda de artesanías en donde hoy se encuentra el banco Banamex de nuestra ciudad; de ella heredó sus conocimientos.

Rosalba se inició en la laca desde muy joven y gracias a su esmero, dedicación y paciencia logró convertirse en una de las máximas exponentes en el dominio de ese arte y el decorado tradicional en el siglo XX; mujer que preservó este arte nacido hace muchos siglos como prueba este viejo pasaje de Fray Tomas de la Torre, quien citando a Francisco Ximénez dice lo siguiente:

No dejare de decir de las calabazas que aquí hay. Haylas muy mayores que grandes arneros y aquellas pártelas por medio y píntalas para servirse de ellas en lugar de cestas de platos y son tan galanas como platos de Valencia.

En lo anterior queda plasmado que estos utensilios precolombinos como la jícara, tecomate y xicalpextles, eran bellamente pintados y decorados con este barniz duradero, de muy buena calidad, que preparaban los indígenas y que los españoles le encontraron un parecido al barniz oriental, por lo cual también lo llamaron laca.

Las manos jóvenes de Chalbita se tiznaron, la mayor parte de su vida artesanal, de tierras (tizate) y caliches; preservó las técnicas tradicionales con los conocimientos que su mentora le enseñó a temprana edad. Como todo taller de nuestros artesanos locales, emprendió esta aventura en su casa, donde tenía la visita de personas del ámbito cultural, investigadores, estudiantes y público interesado; ella consideraba que no enseñar era una forma de egoísmo.

Su trayectoria y trabajo fue reconocido en el estado de Chiapas y logró incursionar en el mercado estadounidense al conseguir un canal de comercialización en El Paso, Texas. Otro espacio que dio buena cobertura fue el instituto de las Artesanías del Gobierno del Estado.

Durante su larga trayectoria como artesana realizó los más bellos productos. Perteneció como trabajadora al antiguo Museo de la Laca, fundado en 1952 por don Armando Duvalier de quién por cierto, este próximo 26 agosto se celebrán 110 años de su nacimiento; pero sobre la laca, además del museo nos regaló aquel bello haikus titulado Xicalpestles: ¿Qué manos indias pusieron/ alrededor de estas lacas/ el crepúsculo de México?

Chalbita en su haber tuvo participaciones relevantes como en la Feria Nacional de Arte Popular de la Ciudad de México; la Feria Mundo Maya, donde coincidió con dos celebridades que en ese entonces eran las esposas de mandatarios nacionales: Nilda Patricia de Zedillo, esposa de Ernesto Zedillo y Hillary Clinton, esposa de Bill Clinton; impartió talleres en Bogotá, Colombia, por medio de la embajada y ganó el máximo galardón al que aspira todo artesano chiapaneco, el Premio Estatal de Artesanías “Fray Bartolomé de Las Casas” en el año 1993.

Fiel a las técnicas tradicionales, utilizó siempre la pluma de gallina y el pelo de gato para crear sus propios pinceles y así dibujar sus flores silvestres endémicas, tan singulares y únicas a las que ella misma bautizó como: Reunión de señoritas, Nubes, No me olvides, Nanguipos, Flor de mayo, San José Trinitarias, todas ellas entremezcladas con amapolas, rosas, crisantemos, orquídeas, tulipanes… a todo ese grupo de flores solo les faltaba la fragancia.

Las flores de Rosalba se marchitaron un 27 de octubre del 2013, fecha en que falleció; pero su inmensa flora artesanal, pintada con las yemas de los dedos quedó en la memoria de sus alumnas quienes ahora se encargan de preservar este Patrimonio Artesanal dándole continuidad al quehacer tan bello con el que cuenta cada uno de los barrios tradicionales de Chiapa de Corzo, en especial la vieja Napiniaca (hoy San Jacinto), barrio donde ella vivió en la calle Domingo Ruiz.

Desde su fallecimiento hasta la reciente fecha pocos recordaban su paso por esta tierra chiapaneca a la orilla del Rio Grande, incluidos el gobierno estatal y municipal, esto por las propias palabras de la familia Marina Cameras; pero el pasado diciembre del 2023 en su natalicio, se le brindó un humilde pero simbólico homenaje a cargo de la Casa Cultural Napiniaca, un espacio independiente que opera desde el 2018, surgido de la pandemia. Sus integrantes se encargaron de la investigación y gestión para el evento reuniendo anécdotas y testimoniales, además de presentar material inédito; usando como sede las instalaciones de la Casa Museo Ángel Albino Corzo se exhibieron piezas originales de laca que la familia aún conservaba celosamente, además de fotografías y reconocimientos que obtuvo en vida,.

Posteriormente, se inició un taller artesanal de laca y decorado que estuvo a cargo, por 8 meses, de la artesana Esperanza Díaz, oriunda del barrio de Santa Elena quien fue una de las alumnas que mejor resguardó las enseñanzas y  los recuerdos que en vida se dieron mutuamente. Prueba de ello es la fortuna que tuve al coincidir con ella a través de un retazo de periódico que publicó en sus redes sociales, donde comprobaba su acercamiento y cariño hacia ella. También se integró a este homenaje la antropóloga Wendy Moreno y el profesor Julio Molina. Aprovecho este espacio para el agradeciendo a la Revista Primer Plano Magazine, la óptica guadalupana, por su aporte del material para el taller y a la artesana Teresa de Jesús Gómez Santiago, quien dedicó un bordado en forma de flor de amapola (la flor favorita de doña Rosalba) para recordarla.

Todo lo mencionado anteriormente tuvo eco en los oídos del gobierno ya que las piezas de la exposición viajaron a la capital y tuvieron como segunda sede la Casa de las Artesanías de Chiapas y actualmente se escucha que el próximo LXXI concurso estatal de laca, que se llevará a cabo en Chiapa de Corzo, será dedicada a ella, después de 10 años de su ausencia.

Esto solo nos demuestra que las iniciativas independientes, conformadas por ciudadanos del mismo pueblo, pueden darle un jalón de orejas al gobierno en turno para que las personas que tanto sirvieron a la sociedad sean reconocidas y recordadas; además de que se sigan fomentando las artes populares, no solo en los Altos o en las comunidades indígenas (como lo fue en esta administración), sino también voltear a ver otros pueblos con tremenda historia como es Chiapa de Corzo.

Las iniciativas independientes están atendiendo actualmente parte de la necesidades y demandas que existen en materia cultural y que poco se les ha apoyado, alzando la voz por aquellos que permanecen en el anonimato u olvidados.

Estamos contentos de que Chalbita nos haya pintado el corazón de alegría en este homenaje y responderle con el egreso de mujeres y hombres de diferentes edades del taller Las Flores de Rosalba es un satisfacción que seguramente  se verá reflejada en cada una de las piezas que por ellos mismos realicen, dibujando en ellas sus queridas amapolas, orquídeas, tulipanes, que con tanto amor pintaba en vida y en que el próximo homenaje, dedicado a su trayectoria, les pinte un NO ME OLVIDES a las instituciones gubernamentales que la mantuvieron por mucho tiempo olvidada.

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *