Noé Juan Farrera Garzón
El complejo lagunario de Chiapas, un destino preferido por los amantes del turismo de aventura, alberga la impresionante Laguna Metzabok, cuyo nombre en Maya Lacandón significa “Dios del Trueno” o “Dios del Agua”, paraíso natural que se encuentra en la Selva Lacandona, en el municipio de Ocosingo, al oriente del estado.
Metzabok es un área natural protegida desde 1998, reconocida por su impresionante biodiversidad. En sus alrededores, es posible encontrar especies como el jaguar, el venado de campo, tucanes y la majestuosa águila arpía. Además, el entorno está lleno de árboles emblemáticos como la caoba, el cedro y la ceiba, que conforman un ecosistema único y vital.
Además de ser un lugar que permite la convivencia con habitantes de la comunidad lacandona de la selva de Chiapas, quienes se distinguen por vestir sus icónicas túnicas blancas, cabello en su mayoría largo, navegando en sus canoas por la laguna o en actividades agrícolas.
Este lugar es fundamental para la comunidad lacandona que habita la región. Los visitantes pueden navegar en cayucos, pequeñas embarcaciones tradicionales conducidas por los lacandones locales, quienes comparten su cultura y conocimientos sobre la laguna y su entorno.
Rodeada por comunidades de lacandones y mayas, Metzabok no solo ofrece un viaje a través de paisajes exóticos, sino también una inmersión en una mezcla cultural rica y una experiencia de conservación ambiental única. La preocupación y el respeto por la naturaleza que muestran sus habitantes hacen de este lugar un destino especial y memorable.
Para aquellos interesados en explorar este maravilloso destino, es importante estar preparados para la complejidad del viaje, ya que llegar a la laguna requiere atravesar senderos y caminos que realzan la experiencia de aventura, en el municipio de Ocosingo, Chiapas, tierra del tradicional queso de bola.
