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La Rial Academia de la Lengua Frailescana: Un Desconcierto de Genialidad

La Rial Academia de la Lengua Frailescana: Un Desconcierto de Genialidad
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Hernández León Velasco

El 29 de noviembre, en Villahermosa, tierra de ceibas y aguas eternas, el auditorio del Museo Regional de Antropología “Carlos Pellicer Cámara” se transformó, por unas horas, en un teatro de maravillas. La Rial Academia de la Lengua Frailescana, ese mágico colectivo de letras y risas, integrado por el Dr Marco Antonio Besares, Héctor Cortes Mandujano, Roberto Juan Flores, Enrique Orozco González y Oscar Márquez Ovando, irrumpieron en el escenario como un ventarrón tropical, llevando consigo el desparpajo de las montañas frailescanas y la profundidad de las raíces que las sostienen.

El evento, apropiadamente titulado Platicatorio de La Rial en Desconcierto, no podía haber tenido un nombre más acertado. Los académicos, lejos de la solemnidad y el tedio, demostraron que la cultura también puede vestirse de humor y, al hacerlo, mostraron una verdad simple pero poderosa: que el arte no solo informa, sino que encanta. Entre carcajadas y aplausos, los asistentes no solo escucharon palabras, sino que se bañaron en ellas, como si cada sílaba fuera una gota de lluvia que alivia y renueva.

La presidenta de Villaflores, la Lic. Valeria Rosales Sarmiento, lo había dicho con acierto: la Frailesca tiene en esta academia un tesoro que no solo refleja su esencia, sino que la reinventa con cada verso, con cada anécdota. Y en Villahermosa, los frailescanos desplegaron su arte como un mantel festivo, extendiéndolo sobre la mesa de un público que, fascinado, degustó la riqueza de su humor y el sabor inconfundible de su identidad.

El auditorio, al principio tan pulcro y contenido, pronto se transformó en una feria de risas. Los académicos, maestros de lo cotidiano, convertían lo simple en extraordinario. Las palabras que parecían tan familiares cobraban nuevas dimensiones en sus voces, como si el español de las Frailesca fuera un idioma propio, cargado de ironías tiernas y verdades indiscutibles. No era solo un desconcierto; era un carnaval lingüístico, un homenaje al habla que vibra, canta y se burla de sí misma con la nobleza de quien sabe que reírse es también una forma de resistir.

El Festival Ceiba 2024 será recordado por muchas cosas, pero pocos eventos tendrán la huella imborrable de este platicatorio. Los integrantes de la Rial Academia no solo enaltecieron a la Frailesca; la proyectaron como un universo donde las palabras, el humor y la cultura son herramientas de transformación.

Al salir del auditorio, la gente comentaba con ojos brillantes y sonrisas cómplices. “Esto no es solo un acto cultural”, dijo alguien mayor, con el sombrero en la mano. “Es una fiesta de la palabra”. Y tenía razón. Los frailescanos no fueron solo invitados en Villahermosa; fueron sus dueños por una noche, demostrando que la risa, como la ceiba, también puede echar raíces profundas y duraderas.

Con este desconcierto tan lleno de encanto, la Rial Academia ha demostrado, una vez más, que la cultura es un espejo en el que todos podemos vernos, y si ese reflejo viene acompañado de una sonrisa, entonces es aún más valioso.

Villahermosa no volverá a ser igual después de esto, y tampoco quienes tuvieron el privilegio de escuchar y reír. La Frailesca, con su humor único y su poesía escondida, se ha reafirmado como el corazón palpitante de una región que vive y respira a través de sus palabras.

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