Guillermo Ochoa-Montalvo
Querida Ana Karen,
Las fechas se celebran con júbilo; las conmemoraciones, con tristeza, generalmente recordando tragedias y actos heroicos. Por ello, causa sorpresa que en México se celebre el 7 de junio el día de la libertad de expresión y la libertad de prensa en vez de conmemorarse como una lucha constante por obtenerla, cuando la historia nos narra los hechos sangrientos que colocan al periodismo en uno de los oficios más peligrosos.
De acuerdo con el Instituto Belisario Domínguez del SENADO mexicano, la impunidad en los asesinatos de periodistas es del 99.75%. Finalmente, solo hubo dos condenas, un 0.25%. La organización Reporteros Sin Fronteras, afirma que México es el tercer país, más peligroso para la prensa después de Siria y Afganistán.
Desde 1805, la historia del periodismo en México ha estado marcada por episodios de violencia y represión, especialmente contra periodistas que criticaban al gobierno o se oponían a la censura. Desde la fundación de “El Diario de México”, la prensa ha sido vista como un arma política, lo que ha provocado persecuciones, cárcel y, en algunos casos, la muerte de periodistas.
Durante la Guerra de Independencia de 1810, la prensa se convirtió en un arma de propaganda tanto para los insurgentes como para los realistas, en ambos bandos, los periodistas enfrentaron la censura estricta, persecución y muerte, lo cual está documentado.
Con el gobierno de Santa Anna, también fueron encarcelados o exiliados. Más tarde, con el gobierno de Juárez y Porfirio Díaz censuró se reprimió a la prensa crítica vaciando los archivos donde se documentaban los hachos sangrientos. Como ejemplo de ello, recordemos a Luis Díaz Coudert, editor del periódico El Diario de Chihuahua a quien mataron en 1908.
Durante la guerra de la revolución mexicana, la cantidad de periodistas caídos fue impresionante como las sucedidas con José Sabás de la Mora, editor de la revista Voz del Norte en 1911; Ignacio Herrerías, Periodista de El Tiempo fue asesinado en 1912 y Humberto León Strauss, Periodista de El Imparcialasesinado en 1912 por los zapatistas. Su muerte fue un ejemplo de la violencia y peligro que enfrentaban los periodistas durante la Revolución Mexicana.
En 1920, el gobierno de Venustiano Carranza decretó la Ley de la Imprenta permitiendo, sin embargo, la censura y persecución a aquellos que se oponían al gobierno.
Otros casos de gran resonancia fu el asesinato de periodistas como Miguel Ángel López, quien investigaba el crimen organizado, o de José Luis Ruiz, quien denunciaba la corrupción junto con las amenazas al periódico “Crónica” o “El Heraldo de México” por su cobertura crítica del gobierno, sin olvidar a los periodistas que investigan casos de corrupción o crimen organizado, como los que cubren laguerra contra el narcotráfico.
Estos son solo algunos ejemplos de los muchos hechos sangrientos que han marcado la historia del periodismo en México. La violencia contra los periodistas sigue siendo un problema grave en México, y es necesario que las autoridades tomen medidas para proteger la libertad de prensa y garantizar que los periodistas puedan trabajar sin miedo a represalias.
La muerte de Manuel Buendía nunca fue esclarecida ni siquiera la versión de que fue un policía quien ordenó el crimen para ocultar sus nexos con el narco. Más tarde, en el año 2017, asesinan a Javier Valdez Cárdenas, autor de obras como “Los morros del narco” y “Narcoperiodismo” que documentan la violencia del crimen organizado.
En los estados de Oaxaca, Veracruz y Chiapas, las denuncias son innumerables creando un ambiente de temor y autocensura.
En 2006 se creó una fiscalía especial de delitos contra los periodistas, Entre el 2006 y mayo del 2027, solo ha conseguido generar tres condenas de los cientos de denuncias presentadas. La impunidad ha contribuido a que los criminales se sientan más seguros de actuar contra periodistas exacerbando la violencia contra los periodistas, en los últimos años. ya que han sido blanco de grupos criminales y políticos que buscan acallar la crítica.
El miedo a la violencia ha generado un ambiente de autocensura que impide que los periodistas investiguen y publiquen informaciones que podrían ser peligrosas para ellos.
¿Cómo puede hablar de democracia en un país donde la violencia Imperia y se impide que la ciudadanía tenga acceso a información libre y objetiva?
Desde Venustiano Carranza a la fecha, cada gobierno ha simulado tener una relación cordial con la prensa. Después de la sangrienta elección de 1940 cuando Andreu Almazán es derrotado por el colegio electoral quien declara ganador a Ávila Camacho con 93.89% de los votos contra tan solo 5.72% para Andreu Almazán, los medios de comunicación afines al gobierno empiezan a gozar de privilegios. Así es como florece la televisión y la radio a cargo de las amistades de los Ávila Camacho.
El 7 de junio de 1951, el presidente Miguel Alemán firma el decreto para “celebrar” cada 7 de junio el “Día de la Libertad de Prensa”. El promotor de dicho acuerdo entre gobierno y periodista fue el Coronel José García Valseca, fundador de la revista “Antequera” en 1929. Crea la revista ”Provincias” en 1932. En 1937, crea el cómic y así nace Paquito, después llega Paquita vendiendo 320,000 ejemplares. Nace”Pepin” y “Mujercitas, Manos arriba y Farsas”, que se vende diariamente.
Después, funda todo un imperio periodístico en el país, siendo ícenos, el Sol de México, el Estodeportivo, y otros más bajo la protección del gobierno.
Con el gobierno de Adolfo Lopez Mateos, se crea la alianza con los periodistas fundando el Club de Periodistas de México en un edificio donado por su gobierno; nace la la asociación Primera Plana y mediante convenios de publicidad y propaganda oficial, se canaliza la censura y autocensura a los periodistas. Del gobierno del Días Ordaz, no deseo mencionar nada que no se sepa.
Luis Echeverría Álvarez estatiza la cadena García Valseca por un adeudo fiscal. Reprime al periódico Excelsior y a sus periodistas. Al final del sexenio presidencial la Cadena García Valseca, convertida en OEM fue vendida a Mario Vázquez Raña.
Con los gobiernos posteriores, los medios de comunicación avanzan entre oscurantismo y la contemplación. A partir del 2018, con el gobierno del señor López, la violencia, asesinatos y represión contra con los críticos del autoritarismo crece a grados insospechados, Tampoco hablaré de ello por estar ampliamente documentado.
Por donde se le vea, no encuentro motivo de celebración, si acaso, habría que conmemorar la memoria de quienes fieles a su profesión han entregado la vida, como una cuestión de amor.
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