Ramón Eloy Cerda Castillo
“Tarde o temprano son las ideas, no los intereses creados, las que son peligrosas para bien o para mal” Keynes
Explicar la economía no es fácil, ni siquiera para los especialistas en la materia. De hecho, son varias y diferentes las teorías que intentan descubrir su funcionamiento. Decía, John Kenneth Galbraith que la economía no se adapta a un patrón sencillo y coherente. Una de las definiciones más curiosas respecto a la ciencia económica es aquella que dice que: “Los economistas son personas que se pasan la mitad de su tiempo diciendo qué va a pasar, y la otra mitad explicando porque no ha pasado”.
Tanto se ha vilipendiado que no crece la economía de Chiapas, y es cierto ya que: “ocupa el honorífico último lugar en inversión, generación de empleos, y primer lugar pobreza, industria (o nada), expulsión de mano de obra a USA (500 mil chiapanecos), Tijuana Baja California (75 mil chiapanecos), Can Cún Quintana Roo (53 mil chiapanecos) y miles distribuidos a lo largo y ancho de la república mexicana y hay que sumarle la delincuencia, asesinatos e inseguridad y corrupción”.[ Jorge López Arévalo, Chiapas en el Laberinto: estancamiento secular y crisis estructural de su economía, 2023, pág. 128]. A nivel nacional es diferente la situación económica porque hay estados con mayor crecimiento económico y generación de empleos y con una clase empresarial productiva y rentista. Luego entonces lo que urge, pero ya en el corto plazo es inversión, pero inversión en la producción, en empresas que generen productos, mercancías, bienes (empresas industriales) y miles de empleos, impuestos y se dinamice el mercado, como las que están dentro del Parque Industrial y Recinto Fiscalizado Estratégico: “Herdez del Fuerte, Lubricantes y Combustibles Marinos S.A. de C.V., Nutrición Animal del Soconusco, Procesadora Especializada de Alimentos S.A. de C.V.(PROCESA), Crustáceos del Soconusco S. de R.L. de C.V., CAFESCA, Laboratorios JAEL, Marina Turística de Chiapas S.A. de C.V., Grupo Suvemo y Biodiesel Chiapas, en Tapachula. Por otro lado, está la empresa: PRADEL S.A. de C.V. en Berriozábal, y como 5 empresas japonesas “Arnecón “antes llamadas Axa Yasaki distribuidas en el estado de Chiapas y otras más de capital reducido.
Por lo que es de capital importancia la inversión en la industria, la inversión es la suma de los recursos que se utilizan para adquirir capital fijo con el fin de aumentar la producción y/o la productividad. Es el componente del gasto que permite lograr mayores niveles de crecimiento.
La inversión pública es el uso de fondos gubernamentales (impuestos) para financiar proyectos y actividades que aumentan la capacidad productiva del país y mejoran el bienestar general, como la construcción de carreteras, hospitales, escuelas, infraestructura y la provisión de servicios esenciales, buscando generar crecimiento económico y satisfacer necesidades sociales. Es una herramienta clave para el desarrollo, que busca incrementar la productividad y competitividad de una nación a través de la creación o mejora de bienes y servicios públicos.
La inversión privada es el capital destinan individuos o empresas no gubernamentales a proyectos o activos (como fábricas, bienes raíces, tecnología) con el objetivo principal de obtener un beneficio económico futuro, a diferencia de la inversión pública del gobierno. Impulsa el crecimiento, crea empleo e innovación, abarcando desde acciones y bonos hasta capital de riesgo y criptomonedas, y es crucial para la economía de un país.
La inversión extranjera es la colocación de capital por parte de individuos o empresas de un país en otro, con el fin de generar ganancias, crear un vínculo económico a largo plazo y participar en empresas o activos extranjeros, siendo la Inversión Extranjera Directa (IED) la más común, que implica establecer filiales o adquirir participaciones significativas, beneficiando a las economías receptoras con empleo, tecnología y divisas, aunque puede tener riesgos como dependencia o impacto en negocios locales.
Estos tres tipos de inversión son la salvación de la economía de Chiapas y de la economía mexicana.
Esto sale a colación porque hace poco un conocido economista neoliberal comentó que: “el impacto más severo de la crisis económica que se dio en 2019 en el mundo hasta la fecha, no está pegando en los bolsillos sino en los pensamientos y emociones de los mexicanos”, más adelante afirmó: “el miedo se apoderó de los mercados desde que se dio esta crisis muchos mexicanos viven en la incertidumbre y el pesimismo, exageramos todo y nos hundimos en la depresión”, o sea que es una crisis sicológica ( en nuestra mente) y no en realidad de la economía mexicana ( hasta donde llega de pendejo este cuate).
Hay que preguntarles a los grandes magnates y monopolistas del mercado mexicano en sus respectivos rubros empresariales que con la crisis económica perdieron miles de millones de dólares, y a la gran mayoría de mexicanos ni se diga que engruesaron las filas de la pobreza y pobreza extrema, y muchas medianas y pequeñas empresas quebraron y eso se vio reflejado en la tasa porcentual del desempleo que aumentó a 5.33%. La crisis de la Pandemia COVID 19 que afectó nuestra economía pasa a cuestionar la credibilidad y sustentabilidad de la política macroeconómica de estabilidad que le acompaña. El libre movimiento de mercancías y capitales y la política económica de estabilidad son responsables de los problemas que enfrenta la economía nacional, y por lo tanto incapaces para superarlos. El gobierno mexicano sigue confiando en el mercado de economía abierta y en el avance de las reformas estructurales como solución a nuestros problemas, sin considerar que ello es lo que nos ha llevado a la crisis. Lo que no reconoce, es que las posibilidades económicas de crecimiento han sido estranguladas por las políticas de apertura comercial y de estabilidad cambiaria y disciplina fiscal que han venido predominando.
Por otra, parte el sector privado no nos sacara de la crisis, gran parte de él está sobre- endeudado, sus activos están desvalorizados y sus ingresos cayendo, por lo que no tienen capacidad de seguirse endeudando, ni de invertir, y los que la tienen, prefieren hacerlo en el exterior que internamente o atesorar, esperando mejores tiempos. Por ello es de capital importancia volver a la regulación de la asignación del crédito por parte del gobierno. La desregulación del sistema financiero no puede proseguir debido a que da pauta a que continué las prácticas de especulación y distorsión de la distribución de créditos y las altas tasas de interés, que ocasionaron las crisis. Ante la vulnerabilidad del sector financiero, se debe aprovechar la posición de debilidad económica en que se encuentra dicho sector, para ejercer la fuerza del Estado para subordinar este sector a los intereses nacionales. Al respecto, mi gran amigo el Dr. en Economía por la Universidad de Santiago de Compostela, España, Jorge López Arévalo nos dice: “Lo que se debe hacer en momentos de recesión es operar con déficit fiscal y el Estado debe gastar e invertir en obras de infraestructura física e inteligente como hacen todos los países del mundo. No hay peligro de inflación pues hay más o menos control inflacionario. Se puede realizar una política expansiva de gasto público y, una vez que la economía comience a crecer, disminuir el déficit; una porque con crecimiento se incrementa la recaudación fiscal y, otra, porque puede impulsar una real reforma fiscal en la cual paguen impuestos quienes no pagan y sean progresivos. Es espantar con el petate del muerto que se irá la inversión o se contraerá”. (López Arévalo, Temas relacionados con la crisis actual, 2023, 15A).
Reforzando la idea anterior del Dr. López Arévalo, observen lo que comenta el Premio Nobel de economía 2008, Paul Krugman: “Algunos lectores pueden objetar que suministrar un estímulo fiscal a través del gasto en obras públicas es exactamente lo que hizo Japón en los años noventa, y es así. Aun en Japón, sin embargo, el gasto público probablemente evito que una economía débil se hundiera en una depresión de verdad. Además, hay razones para creer que un estímulo a través de obras públicas funcionaria mejor en un país si se hiciera pronto”. (Krugman, De vuelta a la economía de la gran depresión y la crisis del 2019, 193). Se necesita inversión inteligente y necesaria, no paliativos económicos electoreros de corto plazo.
El gobierno federal debe aumentar su participación en la economía en aquellas áreas prioritarias y estratégicas para atender los reclamos y demandas de la población, esto no quiere decir que el Estado sea el dueño de la economía y que el sector privado no participe en dicho proceso, pero con responsabilidad y a cada quien que realice su función eficaz y eficientemente en aras de mejor un México mejor para todos que sería lo más deseable; luego entonces el gobierno central tiene que incrementar su capacidad de gasto para lo cual debe tener el manejo soberano de la política monetaria, y no subordinarla a la estabilidad nominal del tipo de cambio ni a la convertibilidad de su moneda a tal tipo de cambio. Asimismo, debe tener un gravamen diferenciado que tase más a la cúpula empresarial y al sector financiero para mermar el ingreso y poder económico de dicho grupo, y mejorar la distribución del ingreso nacional. El gobierno debe intervenir en la economía a fin de garantizar condiciones de crecimiento económico y de empleo bien remunerado. Más que preocuparse por los objetivos macroeconómicos de estabilidad el sector financiero, tiene que elaborar políticas para incrementar la capacidad productiva y el empleo, ya que la fortaleza de una economía está en ello, a fin de satisfacer las necesidades de la población.
Para finalizar este artículo, como apunta nuestro amigo Yors: “reforzar la expansión es la receta mejor, tanto como contribuir a que se reabsorba el déficit como para combatir el desempleo”. Es un lugar común, desde la teoría keynesiana, que un mayor gasto público bien elegido, estimula el crecimiento y puede reducir el déficit, en vez de agrandarlo. Vale.