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La inminente traición de Manuel Velasco al proyecto PRI-PVEM / En la Mira

La inminente traición de Manuel Velasco al proyecto PRI-PVEM / En la Mira
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Héctor Estrada

Lo que parecía un secreto a voces se habrá de consumar durante los siguientes días. El aún presidente estatal de Partido Verde Ecologista en Chiapas (PVEM), Eduardo Ramírez Aguilar, está inscrito para participar como aspirante externo en la encuesta que se realizará al interior de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Acción Nacional y Movimiento Ciudadano para definir al candidato o candidata que los abanderará en los comicios del 1 de julio al gobierno de Chiapas.
Las posibilidades para encabezar una candidatura de coalición al gobierno del estado entre el PRI y el Verde se han reducido con el paso de las semanas y la ruta hacia las advertidas traiciones parecen comenzar a materializarse. Desde el interior de las cúpulas nacionales de la denominada coalición “Por México al Frente” se ha filtrado la información sobre su registro formal a la encuesta, muy lejos de la fórmula presidencial encabezada por Meade.
Aunque su registro como contendiente a encabezar el “frente” en Chiapas se ha tratado de mantener en lo más profundo de la discrecionalidad, su inscripción al proceso es un hecho corroborado. No resulta nada inesperado. Los coqueteos de Ramírez Aguilar con los partidos involucrados en dicha coalición (aún sin registro oficial en Chiapas) fueron asunto del dominio público durante los últimos años.
Para nadie es un secreto que el aún dirigente verde mantuvo operando una vía alternativa para su candidatura desde el PRD estatal. Sabía perfectamente que la ruta prevista mediante la coalición PRI-PVEM se vería seriamente obstaculizada por las aspiraciones de Roberto Albores Gleason y sus promotores a nivel nacional; pero nunca pensó que el panorama se complicaría tanto con la eliminación de Miguel Ángel Osorio Chong de la contienda electoral y la asunción de José Antonio Meade.
La distancia con el proyecto de Meade y los antecedentes de oposición sistemática han provocado un distanciamiento inevitable e irreconciliable entre Ramírez Aguilar y la cúpula nacional. No lo quieren como candidato de la fórmula en Chiapas y la situación luce francamente complicada. Por eso su búsqueda desesperada de otras opciones. Por eso la aplicación de métodos poco ortodoxos para garantizar su aparición en la boleta electoral a como dé lugar.
El episodio más reciente de dicha desesperación tuvo lugar este mismo jueves 18 de enero. Su mismo equipo cercano dedicaron gran parte de la mañana para contactar a toda la estructura verde (presidentes municipales, diputados locales aspirantes a cargos de elección de ese partido) para la elaboración de una “carta de apoyo a su candidatura” que se lanzaría durante los siguientes días como “bomba” mediática.
Pero el apoyo no sería del todo voluntario. Para infortunio del dirigente verde el contenido de las reuniones terminó filtrándose mediante las redes sociales, y lo que se supo no dejó bien parado a Ramírez Aguilar. De acuerdo a las versiones, el propio Eduardo Ramírez amenazó a los convocados con firmar la carta de apoyo o atenerse a las consecuencias que implicarían no permitir sus candidaturas o dejar caer todo el peso del Órgano de Fiscalización del Congreso de Chiapas.
Lo que no dijo Ramírez Aguilar a las estructuras verdes de Chiapas es que de manera alterna cocinaba una traición a hurtadillas. Que se había inscrito ya como aspirante externo a la coalición opositora del proyecto presidencial para enfrentar la encuesta de selección junto a personajes como María Elena Orantes López, José Antonio Aguilar Bodegas y Francisco Rojas Toledo. La salida a la luz pública de la carta de apoyo será la primera gran constancia de lo que ha sucedido en las entrañas de ese partido y la determinación de Eduardo Ramírez para buscar sus objetivos por encima de sus propias estructuras partidistas.
La participación en la encuesta del frente conformado por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano expone una evidente traición de Eduardo Ramírez a la fórmula impulsada por el propio presidente de la república, Enrique Peña Nieto, pero también un traición consecuente de Manuel Velasco Coello quien parece decidido a dar la espalda a quien sea para colocar en su puesto a uno de sus alfiles, más allá de los efectos contraproducentes que podría generarle a la coalición que lo llevó al poder… así las cosas.

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