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LA FERIA / La viña del Señor

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Sr. López

 

Tía Sita (de Elsa, Elsita… bueno, así le decían), era prima hermana de la abuela Elena y este menda solo la conoció de oídas. En la familia paterna decían que en vida fue una de las explicaciones de la supervivencia de la especie: era una fábrica de hijos: tuvo 19… diecinueve (empezó su esforzada labor a los 13 de edad), pero se le ‘lograron’ 16 (dieciséis) ¡nada más!, siete mujercitas y nueve varoncitos, que ya de grandes fueron siete redomadas güilas y nueve brutos que fueron dejando el pueblo -Autlán-, y el estado -Jalisco-, ellas, por escándalos misceláneos (guapotas -decían- y de faldas ligeras -son decires-, provocaron tragedias conyugales y encelamientos dirimidos a tiros entre los simultáneos novios que se echaban encima, literalmente); y ellos, por algunas deudas de diversa índole con familias de señoritas, que dejaron de serlo sin cubrir ningún trámite previo de los normalmente acostumbrados; con otras familias que se vieron obligadas a organizar precipitadamente velorios y sepelios, y finalmente con la ley, que aunque tarda y lerda, los tuvo que corretear. Contaba la abuela Elena que si alguien mencionaba alguna andanza de cualquier de sus hijos, ella siempre contestaba: -En toda familia hay de todo –bueno, sí, pero en la de ella, todos eran de excomunión o prontuario judicial.

 

Un señor de nombre Fidel Kuri Grajales, veracruzano de Orizaba, político del PRI, declaró ayer refiriéndose al sonado caso de Javier Duarte: “Todos tenemos en la familia un hijo descarriado”. Sí, no hay que generalizar, a cualquiera se le descarría un crío.

 

Don Kuri, aparte de dueño del club de futbol de primera división, Tiburones Rojos, fue diputado federal de 2009 a 2012, portando con orgullo los colores de su partido, hoy es lo mismo otra vez, desde 2015; y ahora aspira a ser alcalde del mero puerto del rinconcito donde hacen su nido las olas del mar, Veracruz.

 

Su declaración (si la prensa nacional la consignó fielmente), fue esta: “Es como cuando uno tiene un hijo, un hijo descarriado, todos tenemos en nuestra familia uno descarriado, entonces ni modo que deje de ser el hijo de uno porque se descarrió” (y por si aparecen fotos comprometedoras de él con el temporal residente en Guatemala): “no podemos negar que fue priista y que todos tenemos fotografías con él pues era el gobernador de Veracruz”. Cierto. Los políticos se toman fotos con mucha gente y no pueden estar pidiendo certificados de no antecedentes penales antes de que algún imprudente haga ‘click’.

 

Interesante sin embargo, resulta que este mismo señor don Kuri sale en una fotografía publicada el 16 de enero de 2011, en un medio llamado ‘Contacto Político’, de Orizaba, Veracruz, cosa muy natural siendo oriundo de esa hermosa ciudad. La foto ilustra la siguiente nota: ‘Acompaña Fidel Kuri al maestro Sergio Castro López en la entrega de reconocimientos del hombre fiscal de año’ (sic).

 

Bueno ¿y qué?…no nada, es que ese tal Sergio Castro, dicen las autoridades (dicen, uno qué va a saber si es calumnia), fue el encargado de establecer la base de operaciones en Guatemala de Javier Duarte (a) El Sonrisas; la versión es de Televisa y Carlos Loret de Mola, que sustentan su dicho con una nota al final del reportaje en que dan pelos y señales de todo el sainete: ‘Este reportaje está basado en los testimonios de agentes de inteligencia y altas autoridades del gobierno mexicano que en distintos momentos de los últimos meses describieron a Despierta el proceso de investigación y captura del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa’… y altas autoridades (¿cómo de qué pelo?, ¿el mero Procurador General?, ¿o un judicial grandote?… no se sabe).

 

Dirá usted, ¿y?, no, nada, solo que ya es mucha mala pata de don Kuri que aparte de las posibles fotos que aparezcan de él con el rotundo Duarte, haya fotos de él con don Castro, operador financiero de Duarte y responsable de organizarle su estancia y ‘operaciones’ en Guatemala, porque debe usted saber que el tal Sergio Castro, aparte de merecedor del galardón a “El Mejor Fiscalista del Año”, mereció a juicio del SAT, ser boletinado como uno de los principales ‘outsorceros’, evasores de impuestos del país, motivo por el cual le obsequiaron una orden de aprehensión por la que fue detenido por aguerridos integrantes de la entonces  Agencia Federal de Investigación (AFI), hoy Policía Federal Ministerial (PFM), pagó su fianza, huyó, lo boletinó la Interpol, lo buscaron en 150 países… y nada que apareció, nunca.

 

Es interesante la aparición del Castro López en esta comedia del Duarte, porque se le achaca haber sido la eminencia de los asuntos fiscales del exgobernador de Puebla, Mario Marín; del de Oaxaca, Ulises Ruiz; del de Chiapas, Pablo Salazar; de doña Elba Esther Gordillo (Grupo Peredo, que vendía desde una engrapadora hasta casas a los afiliados del SNTE), y se le ha llegado a vincular con gente muy pero muy cercana a Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Martha Sahagún (son decires).

 

Pero siendo decires, la PGR y el SAT encontraron razón suficiente para acusarlo de trampas fiscales por miles millones de pesos y lavado de dinero por más de 100 mil millones de pesos.

 

Ha de ser calumnia, pero igual, en 2010, intervinieron simultáneamente sus oficinas en la CdMx, Chiapas, Nuevo León y Puebla, la PGR, la Secretaría de Seguridad Pública, el SAT, la Secretaría del Trabajo, el Seguro Social y el Infonavit. Envidiosos, ardidos, y todos juntos le hicieron los mandados.

 

Ya en plena corretiza, don Castro después de haber llegado a tener oficinas en más de 30 ciudades del país (sin contar las de Guatemala y Belice), perdió clientela que hoy manejan entre otros despachos los de Francisco López Aragón y los hermanos Álvarez Puga (afamados por entrones, esos que tenían de  empleados a Pablo Salazar y José Antonio Aguilar Bodegas).

 

El cielo es el límite al hablar de don Castro y sus relaciones están hasta por arriba del cielo. Créamelo. Arriba.

 

Pero, tiene razón don Kuri… hay de todo en la viña del Señor.

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